Correspondencia

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—Tenemos que ir. Va... ¡Todo el mundo! ¡Real! ¡Toooodo el puto mundo!

—Pero no puedo, tenemos los finales, Jimena. Si yo no estudio, ¿cómo vas a conseguir resúmenes?

Ella me sacude del hombro mientras salimos del colegio.

—¡Estudiás un montón! ¿Sí prometo comprarle los resúmenes a la nerd del "C", venís?

La verdad es que nunca fui a una de las miles de fiestas que empiezan al final del año escolar. Está la de disfraces, la de fin de curso, la de Navidad y la de fin de año. Me parece algo repetitivo y excesivo. Antes, no tomaba nada y no me apetecía ver a mis compañeros de clase alcoholizados. Ahora, creo que solo no me quiero disfrazar. Además, sé que van a ir todos los amigos de Esteban, porque Berni dijo algo al respecto.

—¿Esteban? ¿Vos vas?

Le pregunta ella a Esteban que está en la puerta del colegio esperándome porque salió de prácticas de natación. Levanto la mirada para encontrarme con la suya y me acomodo la mochila mejor sobre la espalda cuando paramos frente a él.

—Hola, ¿cómo están?—Saluda a mis amigas y me da un beso en la frente. —¿A dónde?

—A la fiesta de disfraces.

Lo miro rendida, él se ríe por mi expresión, sabe que no quiero ir, ya se lo comenté.

—No, no puedo, tengo finales y competencia de natación ese mismo fin de semana. ¿Vas a venir a verme?

Me pregunta y apoya su brazo sobre mis hombros, rodeándome y llevándome contra su pecho.

—No me lo perdería.

Mis amigas bufan.

—¿Tenés tiempo para ver la aburrida competencia de Esteban y no para salir con nosotras?

Comenta Berni, con ese poco filtro y con cero intenciones de ser amable, que a Esteban tanto le divierte.

—Perdón, chicas. Estoy atrasada con los resúmenes, me la paso todos los fines de semana con ustedes.

Berni se peina su oscuro cabello con los dedos y pone esa cara intimidante.

—Una noche más no te va a hacer mal. Nunca fuiste a una. Es el último año. Te vas a arrepentir de no haberlo hecho.

Ahora estoy sospechando que quieren que vaya para que lleve a Andy y él arrastre a sus amigos, así Berni puede ver a Ian sin hacerle una invitación formal ¿Por qué no puede invitarlo a él directamente y ya? Me muerdo la comisura del labio y ella pone una cara de nada. Si van los amigos de Esteban... No. La competencia. No van a ir.

—Lo voy a pensar.

—Vas a venir cansada a verme. No me vas a ver ganar si te quedas dormida.

Reclama Esteban a mi espalda y miro a Jimena que se ríe bajito.

—Volvería temprano.

Berni revolea los ojos como "Sí, claro" y Jimena deja de reírse repentinamente. Me giro sobre el brazo de Esteban y veo a nuestras espaldas a Andy, quien está caminando hacia nosotros mientras capta las miradas de las chicas que también salen del colegio. Está para comérselo vivo con los pantalones negros, una camisa a cuadros atada a su cintura, su remera blanca y su campera de cuero. Se quita los lentes de sol como una estrella de televisión, porque se da cuenta de que está causando conmoción y cuando la chica linda de mi curso pasa a su lado, da un giro para verla seguir caminando, de atrás.

Lo que no comprendo es: ¿por qué está acá? Sabe que tiene prohibido venir a mi colegio y le prometí a Esteban que no iba a tener que cruzárselo más. Miro a mi novio y le pido perdón con la mirada, no lo invité y yo tampoco quiero que aparezca en este momento. Además de que ahora lo odio. Sigo más que enojada.

VirgenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora