Intriga

7.5K 714 87
                                    

Intento convencerme a mí misma de que todo está normal en mi vida, pero nada es normal. Paso los días yendo al colegio y terminando con las últimas materias, me cuesta un poco más ahora que con mis amigas me la paso charlando en clase. El gemido de la laguna las dejó totalmente convencidas de que no soy virgen, ahora me incluyen más en sus charlas y yo estoy más interesada que nunca en sus relatos eróticos, sobre todo en la historia de cómo Berni intentó acostarse con Ian, pero fue un fracaso total porque ella estaba muy ebria. Las tardes las uso para estudiar, no quiero bajar el promedio, pero todavía no tengo decidido que voy a hacer cuando termine el colegio, por primera vez contemplo la posibilidad de estudiar algo, pero todavía no sé qué. Los sábados me encargo de mi casa como siempre, pero ahora me levanto temprano para tener tiempo y almorzar con Esteban y pasar la tarde con él y algún que otro amigo que él invita a nuestras citas. Toda la semana vale la pena cuando llega la noche del sábado y con mis amigas vamos a la cueva de Andy para pasar la noche. Mi semana termina el domingo, cada vez me cuesta más despertarme temprano para ir al servicio, más cuando me quedo a dormir en la casa de Andy diciendo que estoy en lo de Jimena o Berni, pero vale la pena, me divierto con las charlas de Andy. Descubrí que si acepto a dormir desnuda, siempre y cuando él tenga ropa puesta, así que ese fue el trato de las últimas semanas.

Me revuelvo en la cama de Andy, que ahora tiene la costumbre de tener las sabanas limpias y listas los días que puedo mentir y quedarme en su casa. Me giro y lo veo sentado en la cama, con los brazos sobre sus piernas largas.

—¿Qué pasó?

Él se gira para mirarme, y veo que deja algo debajo de sus piernas.

—¿Te desperté?

—Creo ¿Qué haces?

—Estaba pensando.

—¿En?

—En realidad... tomando notas.

—¿De qué?

Piensa unos segundos y cierra el anotador que tiene en sus manos con fuerza y lo revolea hacia el suelo, con descuido.

—De ideas para el trabajo.

Me desplomo sobre la cama y estiro los brazos encima de mi cabeza. Él se lanza contra mi torso, con una mano en mi cintura y respira fuertemente con la nariz, contra mi estómago.

—Perdón por despertarte. ¿Querés que te ayude a dormir?

Me río cuando me besa la piel levemente porque me da cosquillas.

—¿Qué significa eso?

—Si lo pedís, te lo doy. —Vuelve a besar, esta vez más abajo y yo suspiro. —Te podés quedar dormida mientras lo hago. No me molesta.

Me río y le acaricio la mejilla.

—¿No te molesta que no pueda darte nada a cambio nunca?

—No. Para nada. Pero... me tenés que dar un beso después.

Lo pido con todas las letras, fuerte y claro como siempre y él no pierde el tiempo para hundir su cabeza entre mis muslos.

Hay cosas que todavía no entiendo de Andy, pero hay muchas otras que aprendí desde que lo conocí.

1- El alcohol te relaja, te puede hacer reír, pero en grandes cantidades te marea y te da sueño. Descubrí que cuatro latas es mi tope y que si no, me quedo dormida en su sillón desperdiciando mi tiempo con él.

2- Mis amigas son más divertidas de lo que creía.

3- Mi novio es considerado una persona aburrida y partícipe de una secta llamada "Los perfectitos." Ray es por algún motivo el enemigo mortal de Ian.

VirgenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora