Dolor [Final]

8.2K 781 417
                                    

—¡No!

Escucho a mi papá por la puerta-ventana de mi balcón y salgo corriendo para ver qué le está pasando.

—¿Papá?

Pregunto insegura desde el balcón. Está oscuro, casi no puedo ver nada, pero cuando mis ojos se acostumbran a las penumbras de mi patio, veo la camisa clara de mi papá caminando a toda velocidad.

—¡Linda!

La voz grave que pensé no volver a escuchar me sacude y me despierta en un segundo. Me sostengo del borde del balcón y veo a Andy abajo.

—¡No vas a entrar a la habitación de mi hija! ¡Menos trepar!

La cara de mi papá está roja, pero lo que más me llama la atención son los movimientos de mano de Andy para hacerle entender que no le está haciendo caso.

—¡No me dejan subir y no voy a hacer la gran Romeo y Julieta! ¡Abrime la puerta Cora! ¡Tenemos que hablar! ¡Y si no querés hablar, escuchame por diez minutos! ¡Yo lo hice! ¡Me lo debés!

Me muerdo el labio y pienso rápido.

—¿No te ibas?

Intento sonar distante cuando en realidad el corazón me late a miles de palpitaciones por segundo.

Sostiene con una mano en su pecho a mi papá que está intentando, no sé ¿Agarrarlo? Andy lo mira intrigado, la verdad que sus esfuerzos son raros.

—Me mudo, me voy para siempre, si me abre la puerta y me deja hablar con su hija, no me va a ver nunca más, sino, voy a volver todos los fines de semana para convertirla en una persona de mal.

Mi papá se retira, me dirige la mirada en forma dubitativa y yo asiento para que sepa que está bien. Entro a mi cuarto y me miro al espejo en un movimiento fugaz, estoy destrozada, soy un asco. Mis ojeras parecen golpes sobre mis ojos, el maquillaje de los chupones se corrió todo y tengo la mejilla roja de la cachetada de Estaban. Me arreglo un poco para que mi papá no vea en mí una drogadicta prostituta.

Cuando bajo las escaleras descalza, mi papá retiene a Andy en la entrada, su brazo bloquea el umbral y este me mira impaciente.

—¡Cora! Escuchame...

Me detengo frente a él, que está del otro lado de la puerta de entrada porque mi papá solo sostiene la puerta y vigila nuestra charla, lo cual me pone sumamente nerviosa teniendo en cuenta que a Andy no le importa nada.

—¿Qué pasa ahora, Andy?

Me froto la sien, ¿qué puede llegar a decir para hacerme sentir mejor? Está hablando conmigo y según el trato con mi papá significa que ya no va a volver nunca más.

—Perdoname, Cora. Necesito que me perdones. No quise hacerte mal, nunca, no lo haría.

—¿Para qué es esto? ¿Para irte sin cargo de culpa?

—No...—Esquiva a mi papá hábilmente colándose debajo de su brazo y se coloca frente a mí. —Para que vengas conmigo.

Mi papá forcejea con él para volver a dejarlo fuera, pero Andy tiene un increíble poder para anclarse al suelo y seguir actuando como si nada estuviera pasando.

—¿Ir a dónde?

—Vení conmigo ¡Mudate conmigo!

Se agacha para estar a la altura de mis ojos como cada vez que quiere decirme algo serio y me sostiene de ambas manos.

—¿Qué? ¿Estás loco?

Mi papá logra finalmente empujarlo y él extiende las manos en el aire dejándome atrás.

VirgenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora