Capítulo 58 "Solo una"

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LIAM:

Empujé con fuerza las puertas del garaje. El pecho me dolía simplemente de pensar que ella no estaba bien, que le había hecho daño. Apreté los puños a mis costados y golpeé con fuerza la puerta de hierro. Una y otra vez. Me di la vuelta para mirar a los de alrededor.

Estaba preparado para matar a cualquiera que hubiera tocado un solo pelo suyo. Tragué saliva y saqué el móvil formando su número, un nudo formándose en mi garganta cuando una vez mas no hubo respuesta. Perfecto. No debí haberla llevado nunca a ese sitio, no era un lugar adecuado para ella.

Las puertas se abrieron finalmente y levanté la cabeza pensando en que tal vez sería ella, pero no. La mirada de Jace me fijó y simplemente sonrió. Fruncí el ceño mientras él me señalaba entrar. Observé disimuladamente la zona pero ella parecía no estar allí. Acabé entrando mientras Jace encendía un cigarro.

- ¿Te puedo ayudar con algo?-

-No, yo... estaba buscando algo-

- ¿Estabas buscando a tu pequeña protegida?-

Mis puños se cerraron antes de darme tiempo a pensar siquiera y ya habría hecho algo al respecto si no hubiera sabido que era exactamente lo que quería. Intenté mantener la calma mientras él seguía hablando.

-Venga, ¿Qué pasa, Liam? ya me habrías saltado encima hasta ahora, te has vuelto una niña-

Su risa me retorció el estómago y decidí no hacerle caso. Me di la vuelta con la intención de irme, pero oí algo. Moví la mirada por la habitación pero el ruido no se volvió a escuchar. Miré a Jace, pero su mirada no decía nada.

-Entonces, ¿qué es toda esta mierda con tu pequeña puta?-

-No te atrevas a llamarla así-

Su risa destrozó el silencio en la oscura habitación, pero levantó las manos en señal de paz, haciendo unos cuantos pasos hacia atrás. Mirándolo bien, parecía haber aumentado alfo su masa muscular desde que yo me había ido, todo parecía estar ahora a sus pies, todo lo que había sido mío.

Recuerdos de nosotros dos me invadieron. No era más que un niño cuando él "me encontró", aunque él tampoco era mucho más mayor que yo, apenas nos llevábamos un año, pero por alguna razón la gente en ese sitio no parecía tener problemas con él, así que me llevó con él. Siempre tenía una foto de Ruth en la mano y casi siempre se metían conmigo por eso.

Los de allí tenían ya la experiencia de peleas y crímenes en serie, una mas no sería nada, pero nunca lo hacían. Me golpeaban hasta dejarme inconsciente, luego paraban. No me sentía capaz de responderles, no estaba acostumbrado a la violencia. En mi familia reinaba siempre la paz, siempre había vivido de esa manera, hasta llegar a ese sitio.

Y entonces, esa noche todo cambió. Mi único recuerdo de ella había sido roto en trozos pequeños y tirado en mi cara. Fue como si hubiera vivido su muerte de nuevo. Fue la primera vez que golpeé a alguien hasta dejarlo inconsciente, de la misma manera que ellos lo hacían conmigo siempre. A partir de ese momento todo cambió, yo cambié. Nadie se acercaba demasiado a mí por miedo a no acabar de la misma manera que su "amigo".

-Te recuerdo que no es la primera vez que haces esto-

- ¿Hacer qué?-

-Irte. Has decidido mantenerla alejada de nosotros, de los que prácticamente te han criado-

-Es mi vida, puedo hacer todo lo que me dé la gana- gruñí.

-No cuando eso afecta a mi gente-

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