Capítulo 61 "Ella fue demasiado débil"

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"Son cinco sentidos los que necesitamos todos los días. Son tan necesarios que con el paso del tiempo se nos olvida que los tenemos, se convierten en una necesidad, una costumbre. Eres consciente de que no pueden desaparecer pase lo que pase y mientras el tiempo pasa no les das la misma importancia. Después, un día de repente todos desaparecen, todo está entre la niebla de tu cabeza y no recuerdas nada. No sabes como es sentir algo, no sientes el sabor dulce o amargo, oyes pero no entiendes, ves pero no eres consciente, tocas pero en realidad no sientes nada.

Llega el día en el que todo desaparece. Tus cinco sentidos se quedan pero en realidad no sabes como usarlos. Ese día te das cuenta de que estás perdido, no sabes por cuanto tiempo, solo sabes que estás perdido. Eres como un barco perdido en medio del océano y no sabes que hacer cuando ves que estás parado.

Pánico, el primer paso hacia el fracaso, no ves nada claro, solo sombras, personas a tu alrededor que dicen conocerte pero tú no sabes nada sobre ellas. No sabes quienes son, que papel han ocupado en tu vida, su importancia. No sabes nada. Miras a tu alrededor pero no entiendes nada realmente. ¿Quienes son ellos? ¿Que quieren de ti? Tantas preguntas a las cuales no eres capaz de ofrecerles una respuesta. Sus miradas transmiten pena, miedo, esperanza, pero no sientes nada. No sientes amor hacia ellos. No sientes nada, eres como un robot, sin emociones, sentimientos, estás vacío por dentro."

LIAM:

Mi casa se había vuelto una pocilga desde que... pasó lo que pasó.

Quería con toda la fuerza de mi cuerpo olvidarla, no saber nada de ella, follarme a la primera que se me cruzara y beber hasta no poder mas, bueno, en realidad eso es lo que había estado haciendo durante los últimos días. Pero soy persona y aún me sentía culpable al pensar en ella. Ella estaba allí, en una cama de hospital y yo estaba aquí.

Me tiré al sofá y me tapé los ojos con el brazo, intentando dormir. Parecía probablemente un muerto que había vuelto a la vida.

Llamaron a la puerta, no me moví, no tenía ganas de ver a nadie. Durante esos días había bebido más alcohol que en toda mi vida, estaba continuamente ebrio.

La puerta hizo ruido al chocar con la pared contraria finalmente y alguien entró a la casa. Quité la mano y levanté la cabeza sólo para ver quien era. Zayn estaba de brazos cruzados y una expresión impenetrable, mirándome como si me quisiera matar.

Bajé la cabeza y volví a mi postura inicial con un largo suspiro.

—Hay una cosa... La inventaron hace muchos años. Se llama móvil— gruñí.

—Te he llamado un millón de veces, creo que el que no sabe utilizarlo eres tú—

—Bueno, no te quedes en la puerta, en el armario debe de haber una botella de lo que sea, ábrela y saca dos vasos—

—Ah. Y tú crees que puedes estar todo el día bebiendo y llamando a chicas y ya está, todos los problemas arreglados—

—Parece funcionar para Kath—

—¿Kath? Sabia que eras capaz de cagarla todavía mas, pero a esto de verdad que no me esperaba—

—¿Sabes qué? Deja ya el papel de madre que no va contigo— finalmente dije.

Me levanté del sofá y tenía la sensación de que todo daba vueltas alrededor de mi. Zayn ni se había movido de su sitio y no lograba comprender por qué. ¿En que momento de la vida se había vuelto tan serio?

—Tío, ¿qué te pasa? Desde hace días estás como si tuvieras un palo en el culo—

—Pues...— me cortó. —Estoy así desde que me paso los días en una habitación de hospital cuidando a Allyson, cosa que tendrías que estar haciendo tú—

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