Capítulo 22 "No soy la chica de nadie."

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Los días pasaban uno tras otro, a pesar de que el tiempo se movía demasiado lento. Habían pasado cuatro meses desde que no volví a saber nada de él y estaba bien. Al menos, pensaba estarlo, hasta que me pareció ver su coche delante de mi casa, quedando muy decepcionada cuando otra persona fue la que bajó de él.

No sabía por qué seguía haciendo eso. Debería tenerme más respeto a mí misma. Pero probablemente no era sólo él, y no era sólo yo, estaba casi segura de que había algo más en medio de todo eso, y ese algo era la causa de lo que yo estaba sintiendo en ese preciso momento.

Pero estaba harta de que absolutamente cualquier cosa me recordase a él. Él simplemente se fue, fue su decisión y no tenía por qué darle explicaciones a nadie.

-Deja de hacer eso.- Mi mejor amiga habló haciéndome volver a la realidad.

-¿Qué? ¿Hacer qué?-

-Pensar. Sé en qué estás pensando y deberías dejarlo.- Su mano se posicionó en mi hombro mientras me miraba seria.

-No empieces, por favor.- Rogué no queriendo empezar esa conversación de nuevo.

-Seguiré diciéndotelo hasta que te entre en la cabeza que la gente así no es buena, aunque trate de engañarte.- Pellizqué el puente de mi nariz y cerré los ojos tratando de calmarme. Ella tenía razón. Sabía que la tenía pero simplemente no quería aceptar que me había equivocado.

-No, Diana, el poco tiempo que pasé con él, tuvo malos momentos, sí, pero también me ha mostrado más de una vez su lado bueno.-

-Deja de defenderlo, deja de hacerlo, sabes igual de bien que yo que eso es una máscara para que caigas en su trampa.- Sentándose a mi lado, ella empezó a jugar nerviosamente con sus dedos.

-¿Sabes qué? Nunca debí haberte contado nada.-  Cuando ella me miró con los ojos completamente abiertos, quise darme a mí misma una bofetada por haber pensado en voz alta.

-Bueno, pues perdóname por preocuparme por ti. Se supone que eres como mi hermana, y él simplemente me da mala espina. ¿Es que no oyes lo que dicen sobre él?- Su voz no era más que un susurro, cómo si alguien pudiera oírnos.

-¿Quién?- Pregunté

-Todo el mundo. Y también salió por la tele un par de veces y lo sabes.- Salté literalmente de la cama al oír eso.

-¿Y tú les crees?- Pregunté. Sabía que no llegaríamos a nada discutiendo y sabía que ella tenía la razón, lo que pasa es que yo era demasiado cabezota como para asumir que me estaba equivocando con él.

Se levantó también, pero no dijo nada. Sólo me miró. -No lo sé.- Sus hombros subieron y bajaron rápidamente mientras ella cruzaba sus brazos. -¿Entonces, si él vuelve tú qué harías?- Preguntó de repente.

-En realidad, no lo sé.- Contesté sincera. El lío de cosas que había en mi cabeza no me dejaba pensar bien.

Obviamente, Diana tenía toda la razón y yo debía mantenerme lejos de él. Pero... ¿Y si él decidía buscarme de nuevo?

- Se supone que eres mi amiga. Tú deberías apoyarme incondicionalmente.- Dije indignada.

-¡No cuando eso pone en peligro tu vida!- Casi gritó. -Por Dios, Allyson, ¿Me estás diciendo eso en serio?- Sus manos cayeron a cada lado de su cuerpo y pude darme cuenta de que ella estaba realmente tratando de mantener la calma cuando apretó sus puños.

-Sólo estoy diciendo que no deberías juzgar a alguien sin conocerlo siquiera.-

-¿Tanto te gusta ese chico?- Preguntó lanzado sus manos al aire. -Fueron menos de tres semanas el tiempo que pasaste con él.-

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