-Bien, te soltaré la boca si prometes que no vas a gritar.- Dijo y asentí.
Y eso hizo, despacio, quitó su mano y yo no hice nada. Me quedé inmóvil, me daba miedo que si me volvía, esto acabaría mal, y las lágrimas ya empezaban a pinchar en las esquinas de mis ojos.
-¿Quién eres?- Mordí mi labio inferior muy fuerte tratando de no llorar. Llorar es una de esas cosas que hago mucho y no estoy muy orgullosa de ello, pero es que no lo puedo evitar, es mi manera de desahogarme. Soy consciente de que el hecho de llorar incluso en los momento en los que no lloro por tristeza, sino por rabia, me hacen ver débil y muchas veces parecer débil no es bueno, porque no lo soy.
-Date la vuelta y lo veras.- Contestó y me quedé dudando si mirarle o no. No quería girarme, el simple hecho de que él no me podía ver la cara me daba seguridad.
-No, ¿Qué quieres?- Dios mío, ¿Por qué todo me pasa a mí? No es justo, no le he hecho nada malo a nadie, ¿Por qué simplemente la gente no me puede dejar en paz? Definitivamente no volveré a poner un pie en ninguna fiesta.
Debería girarme y hablar como las personas normales, pero tengo miedo.
-Solo quiero hablar contigo.- Contestó.
-Bien, yo no quiero.- Dije e intenté alejarme del sitio y volver a por mi amiga. Pero no me pude alejar ni siquiera tres pasos porque me tomó de la muñeca y me giró con brusquedad.
-He dicho que quiero hablar contigo.- Ahora yo ya estaba girada, pudiendo verle y, mierda, no me esperaba que fuera justo el.
-Y yo te dije que no quería hablar. ¿Qué vas a hacer al respecto?- No me puede decir lo que tengo que hacer, nadie puede. Sé que probablemente debería tener cuidado al decir las cosas, no creo que sea bueno para mi enfadarLo.
Pero en momentos de estrés yo no pienso bien las cosas, siempre hablo más de la cuenta y casi siempre acabo mal. Me he metido en un montón de problemas en el pasado gracias a mi gran boca, que cuando quiere no hace más que actuar sin consultarlo primero con mi cerebro.
-¿Qué es tan gracioso?- Pregunté yo cuando el empezó a reírse.
-¿Tú crees que eres muy valiente no?-
-No lo creo, lo sé.- Mentí, no, la verdad que no era nada valiente. De hecho, ahora mismo tengo miedo, miedo de enfadarle y que actúe igual que su amigo.
-No te hagas la lista conmigo, no te conviene.- ¿Por qué diablos se porta absolutamente igual que Zayn? Se nota que son amigos.
-Bien, entonces ¿quieres ir al grano de una vez? Así yo me puedo ir a casa y tú te quedas tranquilo. Pero primero, ¿Cómo me has encontrado?-
-Mira pequeña perra, aquí las preguntas las hago yo y tú me tienes que contestar quieras o no, pero si yo fuera tú, tendría cuidado con lo que digo -Se cruzó de brazos, ahora su cara había cambiado completamente, pasó de tener esa cara de niño inocente a una muchísimo más dura que me hizo temblar por dentro.
Pero mentiría si dijera que no me dolió el insulto, no me conoce, no tiene derecho a llamarme perra. También me sorprendía el hecho de cambiar tan rápido de humor.
-Mira, si has venido aquí por lo de esta mañ--
-¿Qué hacías en casa de Zayn?- Dijo el antes de dejarme acabar mi frase.
-Intentaba irme a casa y me habría ido mucho antes si no hubiera sido por ti que se te ocurrió venir gritando. Y después de irte él estaba muy enfadado.-
-¿Y tus padres nunca te han enseñado que es de mala educación escuchar conversaciones ajenas?
-Yo… yo no he escuchado nada de lo que hablabais, lo juro. Además, m-mi intención no era escuchar nada, y-yo solo tenía curiosidad para ver quien llamaba con tanta desesperación a la puerta tan temprano en la mañana.-
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STRONG
FanfictionUna noche, fue suficiente para que dos mundos totalmente diferentes chocaran ¿Qué pasa cuando la oscuridad encuentra la luz? ¿Cuándo el peligro es golpeado por la inocencia? Ella: Una chica tímida que solo quería divertirse. El: el chico malo al q...