Cerré los ojos por un instante, y cuando los volví a abrir, un montón de pequeñas luces hicieron que todo se viera muchísimo más claro.
Mi boca se abrió al instante. Un camino iluminado por un montón de velas, colocadas a cada lado de este, se encontraba justo delante de mí.
El color rojo de las velas combinaba perfectamente con el amarillo del fuego. También había una gran manta roja sobre el suelo, encima de la que descansaba una cesta.
Mi respiración se cortó al ver todo eso.
Todo estaba rodeado de velas de todos los tanos y tan perfectamente ordenados. Probablemente había tardado una eternidad preparando todo eso.
Era perfecto.
Sentí que estaba a punto de llorar en el momento que él me hizo girar hacia él, pero me contuve mordiendo en interior de mi mejilla.
Me miró asustado y empezó a respirar más deprisa.
— ¿No te gusta?— preguntó con una voz muy ronca.
—Liam...—
—Mierda. Pensaba que estaría bien venir aquí—
—Liam, yo...—
—Ven, podemos ir a otro sitio— prácticamente ordenó, cogiéndome de la mano.
— ¡Liam!— protesté. — ¿Quieres dejarme acabar de hablar?—
Su mirada encontró la mía y de nuevo pude ver esa inseguridad en sus ojos.
Era tan perfecto...
Demasiado perfecto para mí.
Tiré mis brazos alrededor de su cuello, pegando mi cuerpo al suyo. Él se quedó inmóvil por lo que se sintió demasiado tiempo antes de rodearme con sus brazos y abrazarme con fuerza.
Su cuerpo estaba tenso, supuse que a causa de la emoción. Me apretó con más fuerza contra su pecho.
Acaricié su cuello, volviendo delante de él sin romper el abrazo en ningún momento.
Sus ojos me miraban fijamente, analizando cada parte de mi cara. Tomó mi barbilla entre sus dedos mientras sus ojos seguían mirando los míos.
—Quiero besarte— finalmente dijo.
Sonreí discretamente y tiré de el hacia abajo, hacia mí. Nuestros labios quedaron de nuevo a centímetros de distancia. Nuestras respiraciones se chocaban entre sí, nuestros labios estaban separados por milímetros pero en ningún momento llegaron a juntarse del todo.
Sabía que él estaba esperando para que fuera yo la que daba el siguiente paso.
Y eso hice.
Me puse de puntillas para tocar sus labios. Sus ojos se cerraron y me abrazó todavía más fuerte. Su lengua paseaba por mis labios, humedeciéndolos antes de entrar en mi boca.
Era increíble como mi cuerpo respondía a cada movimiento suyo, a cada toque.
Era la primera vez que él me besaba de esa manera, y en ese momento estaba segura de que no quería que fuera el último.
—Joder, no sabes lo que me haces, pequeña—
Nuestros labios se despegaron después de largos minutos, encontrándome con sus ojos llenos de tranquilidad.
Sonrió enviando nuevos escalofríos por mi columna vertebral. Se estaba aprovechando del hecho de que tuviera ese efecto sobre mí.
Levantó su mano derecha para acariciar mi mejilla, haciendo que yo cerrara los ojos con el contacto.
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STRONG
FanficUna noche, fue suficiente para que dos mundos totalmente diferentes chocaran ¿Qué pasa cuando la oscuridad encuentra la luz? ¿Cuándo el peligro es golpeado por la inocencia? Ella: Una chica tímida que solo quería divertirse. El: el chico malo al q...