La mañana siguiente no podía haber ido peor.
Me desperté tarde y encima con un grandioso dolor de cabeza.
Obviamente llegué como a la mitad de la primera clase y gracias a eso no me dejaron entrara a clase y tuve que esperar en el pasillo todo el tiempo que quedaba para que esta acabase.
Había dormido realmente mal si es que puedo decir que había dormido algo.
Me sentí muy rara al volver a casa ayer. No sé por qué razón pero mi cabeza no dejaba de darle vueltas a todo.
Liam me prometió que no dejaría que nadie volviera a hacerme daño.
¿Eso significa que le importo? ¿O será que simplemente lo dice para ganarse mi confianza? Bueno, da igual cuál sea la razón. No voy a ser tonta esta vez.
O sea. Él puede protegerme de cualquier cosa, eso me lo ha demostrado el día que ocurrió lo del gimnasio. ¿Pero quién me puede proteger de él mismo?
Ya ni se lo que pensar sobre él. La manera en la que se porta como un gilipollas y cinco minutos después es como si fuera la persona más dulce del mundo me asusta.
Me di cuenta de que en realidad, lo conozco sin conocerlo. Hay momentos en los que se siente bien estar con él. Lástima que los malos momentos ganen. Pero me gustaría saber sobre él. El porqué de su comportamiento. Nadie es así sin alguna razón, por lo menos eso creo.
Me encontraba a mí misma pensando en cómo serían las cosas de ahora en adelante. Parece ser que por más que haya intentado hacer que se aleje, no funcionó y no podía permitir que se saliera con la suya.
La puerta abriéndose interrumpió mis pensamientos y le agradecí a mi profesor de matemáticas cuando me dijo que ya podía entrar. Ni siquiera había oído el timbre.
*
La mañana pasó horrorosamente lenta y mi dolor de cabeza seguía presente. Me había tomado una pastilla para el dolor en el recreo y se me había pasado por un rato pero había vuelto con venganza.
Salí por la puerta principal del instituto y solté el aire que no me había dado cuenta de que había estado reteniendo al ver que el coche de Liam no estaba aparcado delante del edificio como el día anterior.
Me fui camino a mi casa y pasé por al lado de un coche negro en el que un chico rubio se estaba apoyando.
Pasé sin prestarle demasiada atención cuando sentí una mano en mi hombro. Me giré para ver quién era y me sorprendí al ver al que estaba segundos antes apoyado tranquilamente en su coche.
-¿Allyson?- Preguntó el desconocido y arrugué ligeramente la nariz.
-¿Nos conocemos?- Miré desconcertada al chico que tenía delante y me avergoncé un poco al creer que no le reconocía.
Él solo sonrió.
- Sí y no.- Crucé mis brazos y levante una ceja al oír su respuesta.
- Explícate mejor.- Exigí.
- Quiero decir, yo te conozco pero tú a mí, no.- Las cosas no quedaron para nada más claras.
Hasta que me di cuenta u de un segundo a otro me encontraba a mí misma riéndome.
-¿Liam?-
-El mismo.- Contestó el rubio confirmando mis pensamientos.
- Y dime. ¿Qué te ha mandado hacer?-
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STRONG
Fiksi PenggemarUna noche, fue suficiente para que dos mundos totalmente diferentes chocaran ¿Qué pasa cuando la oscuridad encuentra la luz? ¿Cuándo el peligro es golpeado por la inocencia? Ella: Una chica tímida que solo quería divertirse. El: el chico malo al q...