Capítulo 65 "Eres una chica fuerte"

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Abrí lentamente mis ojos. Por primera vez en lo que se sentía mucho tiempo estaba en mi habitación, mi antigua habitación, el sitio en el que había pasado mi infancia, donde había crecido, llorado, la habitación que hasta hacia poco había abandonado.

El color verdoso de las paredes me hizo sonreír, siempre había sido mi color preferido.

Estiré mi cuerpo ligeramente dormido en la cama. En mi cabeza las cosas seguían un poco confusas, pero algo había pasado la noche anterior. Escuchar hablar a Liam me había hecho despertar. Había necesitado una emoción tan fuerte que me trajera de vuelta, solo me hacía falta él para volver.

Sus palabras volvían a mí una y otra vez y me encontré a mi misma sonriendo y escondiendo mi cara entre las almohadas. Todo lo que él me estaba diciendo parecía tan real que las palabras prácticamente me golpeaban.

La noche anterior comprendí lo que realmente significa el poder de las palabras, entendí lo que significa conocer tu pasado, saber quien realmente eres. Entendí que el amor verdadero no necesita perfección, necesita sinceridad y confianza. Puedes querer tanto a una persona como para ser capaz de renunciar a ella solo para verla feliz. Y no sabía si lo que Liam y yo teníamos iba a durar por mucho tiempo, pero lo que tenía claro era que él había dejado una marca en mi corazón que se quedaría allí para siempre.

Cuando te enamoras por primera vez cambias para siempre y por mucho que lo intentes ese sentimiento no se pierde nunca, y la persona que va a ser tu otra mitad no aparece trayendo la paz. Cuando esa persona aparece trae preguntas e inseguridades, cambia la realidad en la que creías, es la persona que te marca antes y después de su aparición. No es una persona a la que todos quieren, ese chico perfecto de las revistas, sino un chico normal que logra cambiar tu perspectiva sobre la vida.


mi móvil vibró a mi derecha pillándome por sorpresa. Una sonrisa cubrió toda mi cara al ver el nombre de Liam en la pantalla acompañado de un mensaje. Mordí mi labio inferior agarrando mi almohada para ponérmela encima de la cara antes de empezar a gritar. Sentía las mariposas en mi tripa como si se estuvieran convirtiendo en pájaros.

Abrí el mensaje intentando con dificultad aguantarme la sonrisa mientras leía.

"Voy a recogerte esta noche a las 9. Ponte algo sexy para mí."

Fruncí el ceño viendo la palabra "sexy" y volví a leer el mensaje unas diez veces sin poder dejar de sonreír.

La puerta de mi habitación se abrió dejando pasar a mi madre seguida por mi hermano. Mi madre llevaba una caja en las manos mientras que mi hermano se las apañaba para no tropezarse y caer con la tarta con velas encendidas.

Mis ojos se agrandaron al verlos y no pude evitar que la felicidad me inundara, aunque me sorprendí al ver a mi hermano, que no estaba en casa la noche anterior cuando Liam me trajo.

Él dejó la tarta encima de mi escritorio antes de literalmente tirarse encima de mí en su intento de abrazarme. Mi madre se rió, diciéndole a mi hermano que se quitara de encima antes de hacernos daño.

—Felicidades, Allyson— ella dijo sonriente.

Le devolví una sonrisa enorme, levantándome de la cama para abrazarla. En el fondo echaba de menos tenerlos así, me gustaba recordar esa parte de mi infancia, la parte donde pasaba horas enteras con ellos, la parte en la que todos nos sentíamos un poco mejor.

—Aun no me puedo creer que estés cumpliendo diecisiete— mi hermano dijo. —Hace nada que te cambiaba los pañales—

Girándome hacia él, levanté una ceja cruzando mis brazos a la altura del pecho. —Tu nunca me has cambiado los pañales— dije vacilante.

Mi madre dio un paso hacia atrás, mirándonos a mi hermano y a mí como si fuéramos un par de tontos, luego salió de la habitación sonriendo mientras negaba con la cabeza.

Mi hermano rodeó la cama hasta quedarse de pie delante de mí, la diferencia de altura obligándome a mirar ligeramente hacia arriba. No dijo nada mientras me analizaba con atención, me miraba como a una niña. Y es que no importaba los años que pasaran o el tiempo que llevara fuera de casa, siempre sería su hermana pequeña. Siempre necesitaré a mi hermano.

—Enana, eres tan guapa...— él dijo, poniendo sus manos sobre mis hombros.

—Oh, calla, sigo siendo la pequeña hermana fea. Que sea mi cumple no me hace más guapa— sonreí, esta vez abalanzándome yo sobre él para abrazarlo.

—Todavía me queda un año para poder mandarte como buen hermano mayor— él bromeó. —Y no creas que solo porque vivo lejos ya no me entero de los problemas en los que te metes— siguió.

Sonreí cuando la imagen de Liam apareció en mi cabeza. Gracias a él yo era como era en ese momento, una persona preparada para luchar por lo que es suyo. Liam era el ángel que estaba en mi sombra, el ángel que había sido golpeado por el destino tantas veces que se le rompieron las alas y se vio obligado a caer en el infierno. Para sobrevivir, tuvo que convertirse en el rey de la oscuridad. La pérdida de su hermana lo había marcado tanto que él paró su humanidad, haciendo pensar a la gente que no tenía una. Y aun y todo, seguía siendo un ángel, mi ángel. Con el paso del tiempo aprendí que para todas las oscuridades existe una luz.

—Eres una chica fuerte, Ally. Estoy orgulloso de ser tu hermano—

*

El vestido de un azul turquesa precioso cayó por mi cuerpo tapando mis piernas hasta por encima de las rodillas. Sonreí levantando la cabeza hacia el espejo. Mi pelo estaba ligeramente ondulado, dejándose caer por mis hombros hasta la altura de mi cintura. El material del vestido me cubría el cuerpo como si estuviera hecho directamente para mí.

Me di cuenta de que estaba jugando nerviosamente con mis dedos, mirando hacia la puerta mientras se abría, dejando pasar una vez más a mi hermano, con una pequeña cajita blanca en la mano. Su sonrisa se extendió sin decirme nada y me tendió la mano señalándome que la cogiera. La abrí, mis ojos agrandándose en el momento que la luz cayó sobre el collar. Tragué saliva, mirando hacia mi hermano que ya estaba sacándolo de la cajita sonriéndome. Me puse de espaldas a él, apartando el pelo por uno de mis hombros. Me sobresalté en cuanto el pequeño trozo de metal frío me tocó y me miré al espejo agarrando el trozo frío entre mis dedos. Era un búho dos pequeñas piedras del mismo color que mi vestido hacían de ojos.

—No pude evitar pensar en ti cuando lo vi. Y Eve básicamente me obligó a comprarlo así que espero que te guste—

—Me encanta—

*

Me acerqué con pasos rápidos al coche de Liam. Él estaba apoyado en una de las puertas del coche con los brazos cruzados. En cuanto nuestras miradas se encontraron sus ojos se abrieron más y dio un paso hacia mí. Llevaba pantalones negros y una camisa del mismo color. Sonreí pensando que era la primera vez que lo veía vestido con otra cosa que no fuera su chaqueta de cuero y sus botas.

La camisa le quedaba como guante, evidenciando su abdomen perfectamente trabajado. Se puso delante de mí y me encontré a mi misma sonriendo al instante. Era perfecto, en mi mundo era perfecto.

—Ally— dijo, mirándome atento.

Su mano acabó en mi cintura y me acercó más a él. Nuestros pechos se chocaron y cerré los ojos disfrutando de la cercanía. El calor de su cuerpo llegó al mío, causándome escalofríos. Sus dedos trazaban pequeños círculos sobre mi espalda. Su cara se acercó tanto a la mía que mi frente chocaba con la suya. Nuestros labios se unieron, pero no nos estábamos besando.

—Estás preciosa— susurró.

Sentí mis mejillas arder y el estómago encogerse.

— ¿Suficientemente sexy para ti?— pregunté, haciendo referencia a su mensaje.

La palma de su mano se metió más profundo en mi piel, haciéndome acercarme todavía más. Sus labios tocaron mi mejilla dejando un beso allí, después bajó poco a poco hasta llegar a mi cuello. Sentí su lengua dejar pequeñas líneas sobre la piel de mi cuello y tenía la impresión de que mis pies habían abandonado el suelo. Cerré los ojos intentando controlar los latidos de mi corazón, pero cuando me vi empujada hacia el coche de tal manera que quedé atrapada entre su cuerpo y el coche, mi corazón quería salirse de mi pecho.

—Esto no es sexy, eres lo más bonito que ven mis ojos desde hace meses— dijo, besando la zona debajo de mi oreja.

Gemí, empujándome más hacia él en mi intento de eliminar todo lo que pudiera separarnos, incluso el aire. La fuerza con la que sus manos me tenían agarrada no se había reducido en ningún momento. Apoyé mi cabeza en su hombro, sintiendo su calor por el material de su camisa.

—Me encantaría hacer el amor contigo ahora mismo. Pero eso significaría cambiar mis planes, y yo no hago eso—

Me sentí de alguna manera aliviada al oír eso y resoplé. Él sonrió besando mi frente y me miró de nuevo. No podría describir lo feliz que me sentía al estar tan cerca de él, al poder mirarle a los ojos.

—¿Vamos?— preguntó mirándome.

Fruncí el cejo en cuanto su cuerpo se alejó del mío. Me estaba portando como una niña y lo sabía, pero había sido una persona madura por demasiado tiempo.

—Una parte de mi quiere que cambies tus planes para esta noche— dije gruñona.

Se me quedó mirando un par de segundos antes de empezar a reírse. Le miré mal a pesar de ser el sonido más perfecto que había oído en mucho tiempo, y me arrepentía tanto de no haberlo escuchado más veces.

Dio un paso hacia mí de nuevo haciendo que nuestros cuerpos se queden pegados una vez más y se agachó hacia mi oreja.

—Me voy a encargar de eso más tarde, amor. Voy a salir y entrar en ti todas las veces que me pidas, te voy a hacer sentir bien. Pero ahora nos vamos, así que sube al coche antes de hacerme cambiar de opinión y te follo aquí mismo— dijo mirándome con atención.

—Pues hazlo, ¿qué es lo que te detiene?—

—Estás jugando con fuego Allyson— gruñó.

—No es verdad. ¿Por qué tiene que intervenir algo?—

No me dijo nada, en cambio me abrazó. Sus labios se encontraron los míos y mi cuerpo empezó a temblar. Su lengua pasó por mi labio inferior antes de entrar en mi boca. Su boca moldeaba la mía y se sentía horriblemente bien. Sus manos subieron por mi cuerpo acercándome más. El espacio entre nosotros desapareció y lo único que era capaz de sentir era su presencia.

Se separó del beso con la respiración entrecortada. Podía sentir los latidos de su corazón a través de la camisa. Llevé mi mano allí y presioné los dedos sobre la tela de su camisa. Su frente estaba apoyada en la mía, sus ojos cerrados mientras intentaba volver a su respiración normal.

—Tenemos que irnos— dijo abriendo sus ojos para mirarme.

—¿Por qué insistes en que tenemos que ir a algún sitio? Quiero estar contigo, solo tú y yo. Después de todo lo ocurrido necesito eso—

—Créeme que quiero eso igual o más que tú. Pero me gustaría saber por qué te fuiste esa noche—

En mi cabeza las cosas todavía no estaban completamente claras, pero recordaba algunas cosas de lo ocurrido aquella noche. Mi conversación con Jace, los recuerdos de Danielle en la vida de Liam, la manera en la que la defendía incluso después de tanto tiempo, como les pedía que la dejaran en paz. Mi cuerpo se agachó en mi intento de evitar su mirada. Aquel recuerdo dolía. Es gracioso como parecían haber pasado siglos desde esa noche, cuando en realidad todo había pasado mucho antes de lo que quería pensar.

—Pero no vamos a hablar sobre eso ahora, nos tenemos que ir—

Mis ojos se levantaron hacia él, y por primera vez utilicé la valentía de Hope.

—¿Por qué tenemos que posponer siempre cualquier discusión? No quiero eso Liam. No sé a dónde querías llevarme o qué querías hacer pero ahora quiero hablar sobre todas las cosas ocurridas. Quiero creer en lo que tenemos pero necesito tu ayuda—

Es increíble como mi humos cambió, como me subió la adrenalina por todo el cuerpo solo de pensar en todos los momentos cuando nos alejamos el uno del otro solo porque era simplemente la decisión fácil, o porque no teníamos el valor de decir lo que realmente pensábamos. Es lo que nos había llevado a todo eso. Ni siquiera habíamos sido una pareja de verdad, me había mantenido escondida por él, cosa con la que simplemente nunca había estado de acuerdo.

—No necesito llamarte "cariño" delante de tus amigos solo para que ellos sepan que eres mía— dijo como leyéndome la mente. —Significas mucho más que una simple palabra para mí. Y que te fueras corriendo esa noche lo único que hace es confirmarme qué prefieres hacer caso a lo que dicen otras personas sobre mis sentimientos hacia ti que confiar en mí— gruñó.

Fruncí el ceño, alejándome de él. Mi cuerpo se enfrió al siguiente instante de no sentir su cuerpo, pero estaba demasiado encendida como para darle importancia. Esa noche él no corrió detrás de mí, me dejó sola. Podría reprocharle eso, era lo que me servía como prueba para demostrar que lo que Jace había dicho era real.

—Te oí hablar— escupí. —Escuché cada palabra que salía por tus labios—

—Normal, porque prefieres estar escondida y escuchar desde la sombra en vez de venir y decirme a la cara lo que piensas—

—¿Qué podría decirte Liam? ¿Que me duele saber que nunca seré lo suficiente como para ocupar su lugar? ¿Que nunca estaré a la misma altura que ella ante tus ojos?—

—¿Por qué tendrías tú que ocupar su lugar? Pues déjame decirte que no lo vas a ocupar nunca— dijo, dándome la mirada más dura que pudo.

Probablemente, en otras circunstancias habría llorado al escuchar su respuesta. Pero no esta vez. Había llorado más que suficiente por una causa perdida. Su recuerdo estaba presente en el corazón y en la cabeza de Liam y nunca podría escapar de eso si él no lo quería realmente.

—Yo... Creo que me voy a ir ahora— dije fría.

Le di la espalda pero mi muñeca fue agarrada por él. No hice nada para deshacerme de su toque. No quería irme, quería luchar por lo mío y si me iba lo único que iba a lograr seria demostrarme a mi misma que en realidad soy más débil de lo que pensaba.

—Hey, ven aquí— dijo, poniendo sus brazos alrededor de mi cuerpo.

Sentí sus labios contra mi cuello dejando besos húmedos en mi piel. Gemí, dejando mi cabeza caer sobre su hombro. Cerré los ojos pensando en todas las cosas que nos unían, eran más que las que nos separaban. No iba a dejar una persona del pasado separarnos, lo amaba demasiado como para ser yo la culpable de alejarlo de mi.

—Soy tuyo, si me quieres soy tuyo. Te has ido tantas veces que no puedo permitirme dejarte ir otra vez. Verte tan distinta, tan fría estos días ha sido horrible. Quise dejarte sola porque no quería que tú supieras de mi existencia, por mi culpa has perdido todos tus recuerdos, no quería que recordaras todo lo ocurrido entre nosotros, pero viéndote con Jace rompió cada punto de confianza que tenía en mí mismo. He perdido demasiadas personas importantes como para volver a cometer de nuevo ese error. Danielle fue y siempre será una persona importante en mi vida, la voy a defender siempre, no importa lo que pase. No podrás ocupar nunca su lugar porque ya tienes el tuyo. Siempre te he comparado con ella pensando que sois iguales, que las cosas estarán igual que con ella, pero lo único que hacía era mentirme solo. Fui capaz de dejarla ir, incluso por su propio bien, pero a ti no pude dejarte, no puedo dejarte. Me porté contigo como un gilipollas porque sabía que tú podías hacer frente a toda mi mierda. Siempre eligiere proteger a Danielle en vez de a ti porque finalmente me ha quedado claro que tú no necesitas protección. Eres lo suficientemente fuerte como para pasar de todas las barreras que se te ponen, lo suficientemente valiente incluso cuando sabias que no podías más—

Sus brazos se apretaron alrededor de mi y su cabeza descansó en mi hombro.

—Te quiero, Liam—

Necesitaba decirle esas palabras de nuevo, necesitaba que él se las creyera. Merecía sentirse querido, merecía mucho, mucho más.

—Te amo— dijo, haciéndome dar la vuelta hacia él, atrayéndome en un beso.

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Bueno que? que tal? que habeis hecho en esto ultimos 50 años que he estado sin subir? XD okno jaja de verdad lo siento pero he estado con examenes y con problemas existenciales y todo eso y pues no estaba yo como para coger y ponerme a escribir.

Pero bueno, espero que os haya gustado este capítulo y que no me hayáis abandonado por desaparecerme media vida :)

Muchas gracias por leer. Se os quiere.

Alguien quiere que le dedique el próximo?

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