STRONG

Capítulo 4 "No tienes que decir nada."

Mantuve los ojos cerrados por algunos segundos pensando que era yo lo que había golpeado, pero los abrí en el momento en que no sentí absolutamente nada. Su mano había aterrizado a centímetros de mi cara, en la pared.

-Zayn… -No me di cuenta de que estaba llorando hasta que no hablé. -Zayn.- Volví a decir pero esta vez tampoco me hizo caso. -¡Zayn!- Esta vez sí que lo dije gritando y es cuando se giró para verme.

-¿Qué coño quieres?- Contestó gritando, más de lo que yo lo había hecho antes, lo que no me ayudó demasiado.

No le contesté, solo bajé la mirada y empecé a jugar con mis dedos y él solo se sentó en la cama mientras pasaba frustrado las manos por su pelo.  Supuse que ya no quedaba nada por romper, y estaba en lo cierto.

Miré a mí alrededor y todo, pero absolutamente todo, estaba roto y lo que no se podía romper estaba simplemente tirado por el suelo.

-¿Qué ha pasado?- Me atreví a preguntar.

Después de unos segundos en los que noté que él estaba pensando si contestarme o no, finalmente me dijo:

-¿Qué ha pasado?- Dijo con una voz mucho más aguda de lo normal, intentando imitarme, supongo. -¿Sabes que es lo que ha pasado? Has pasado tú.-

-¿Perdona?-

-No, no vengas ahora a hacerte la inocente.-  ¿Qué?, espera ¿Qué? ¿A este chico que le pasaba? Eso no estaba teniendo ningún sentido.

-No me estoy haciendo la inocente, pero no soy adivina. Si no me explicas las cosas no puedo darme cuenta yo sola.-

-Mira, ¿sabes qué? Olvídalo, solo… no sé, prepárate o haz lo que tengas que hacer, te voy a llevar a casa.- Dijo saliendo por la puerta, cerrándola con fuerza.

Estaba feliz por irme a casa, por fin acabaría todo esto. Lo único que no me gustbaa del todo era tener que estar en el mismo coche que Zayn. ¿Y si le da uno de los ataques de bipolaridad?

Bueno, eso sería una cosa interesante que les podría contar a mis nietos algún día. Lo que no quería era que se enteren mis padres de mi pequeña escapada de la noche.

La voz de Zayn gritando mi nombre desde abajo me sacó de mis pensamientos. Por el tono de su voz, ya no parecía estar tan enfadado como minutos atrás, aunque tampoco se podía decir que hablara como la persona más dulce del mundo. Este chico es simplemente raro, estoy segura de que ni siquiera el mismo se aclara con su comportamiento.

Bajé las escaleras encontrando a Zayn en el final de estas, de brazos cruzados, esperándome a mí, supongo.

-Yo… eh… lo siento pero necesito tu camiseta.- Dije señalando la parte de arriba de mi cuerpo que estaba tapada con su camiseta.

-No me importa.- Dijo con indiferencia.-¿Ya nos podemos ir?-

-Si, vamos.- Contesté. Necesitaba llegar a mi casa cuanto antes. Eran las ocho y media de la mañana, lo que significaba que seguramente mi madre estaba ya despierta y seguramente histérica porque yo no estaba en casa.

Es lo que me pasa por intentar ser rebelde.

-¿En qué piensas?- Ni siquiera me di cuenta en que momento habíamos entrado al coche.

-En mi madre, bueno, en lo que le voy a decir.-

Mi madre no se lo iba a tomar bien, no lo va a entender. Ella es muy protectora conmigo. Todo el mundo lo es, bueno, por lo menos todos los que me conocen. Toda esta gente había creado un tipo de burbuja en la que me han metido y de la que no me dejan salir.