Capítulo 64 "Tienes razón, no te conozco"

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Intenté ir hacia otra parte de esa zona. El espectáculo ya se había terminado y no me gustaba que la gente me mirara como si fuera algún tipo de animal extraño.

Seguí andando, con la cabeza en alto, preparada para enfrentarme a sus miradas. Jace me siguió, agarrándome de la mano cuando finalmente estuvo lo suficientemente cerca.

—Ven conmigo— susurró. Me miraba de una manera un tanto extraña. No sabía que significaba eso, pero tenía claro que no planeaba llevarme a jugar al ajedrez.

—Primero me dices a donde—

No bajé la cabeza en ningún momento. Hablé decidida, palabras firmes y acentuadas. En el fondo hacia unas pocas horas que le conocía y no quería ir con él a saber dónde.

— ¿Por qué no vienes y lo descubres sola?—

Su tono misterioso me hacía levantar interrogantes. Fruncí el ceño y empecé a dar golpes con el pie, pero él simplemente me ignoró.

Empezó a caminar, mirando de vez en cuando hacia atrás solo para asegurarse de que le estaba siguiendo. Mis pasos eran lentos mientras volvíamos al coche. Me señaló para entrar, pero simplemente me quedé allí de pie.

—Que sepas que no te voy a estar esperando diez años, así que sube—

Abrí la puerta del coche y finalmente subí, poniéndome primeramente el cinturón. El número de los interrogantes había aumentado a millones. No creía que fuera capaz de hacerme algo. Por muy peligroso que pareciera, no lo veía capaz. Por otra parte, yo había sido lo suficientemente valiente y loca como para subirme a esa cosa, había tenido la suficiente fuerza. Por lo que no veía que me impediría defenderme en el caso de que él intentara hacerme algo.

Antes de subir al coche, vi como sacaba un cigarro del paquete casi vacío y hablaba con alguien. Pero no podía oírlos. Y aun así estaba bastante segura de que el tema de conversación no era otro que mi persona.

Subió rápidamente y encendió el coche, llevándonos a toda velocidad por un camino que parecía rodear la zona.

—¿Por qué tanta prisa?—

Se empezó a reír y no entendí realmente el motivo. El camino fue tranquilo, no había más coches alerte del nuestro y poco a poco fue reduciendo la velocidad. Puso su mano sobre mi pierna izquierda. Me habría gustado sentir algo al contacto, simplemente para convencerme a mi misma que no me había convertido en una piedra, pero, por mucho que me hubiera gustado eso, ningún tipo de emoción despertó en mi.

El coche paró en una curva, y el camino seguía delante de nosotros por dentro de un bosque. Jace me miró, sonriendo de una manera que hizo que los pelos en mi nuca se pusieran de punta.

Mi corazón empezó a latir con fuerza al entender que era lo que quería de mí. Y me parecía normal, al fin y al cabo era su novia. Pero, ¿entonces por qué tenía la esperanza de despertar de una pesadilla?

Pasó su mano por mi hombro intentando llegar a mí. Paró, me agarró de la mano obligándome a quitarme el cinturón y pasarme a su asiento, pasando ahora a estar sentada encima de él.

Puso una mano detrás de mi cabeza, haciéndome bajar ligeramente hasta llegar a la altura de su cara. Me besó, pero yo no sentía realmente que estaba de acuerdo con lo que él hacía. Su lengua se infiltró a fuerza en mi boca, haciéndome sentir obligada, casi asqueada. ¿Por qué no podía sentir nada? ¿Por qué tenía la sensación de que el tal Jace no era más que un desconocido para mí?

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