Capitulo 1

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Sus ojos grises como el cielo nublado se abrieron rápidamente, para sacarla de sus sueños, más bien de sus pesadillas.

Definitivamente iba a ser un día malo, siempre que empezaba con pesadillas tiene que serlo.

Podría permanecer sentada en el borde de la cama el resto del día, pero hacía mucho tiempo eso no le estaba permitido, ella no podía darse el lujo de descansar, tenía muchas cosas que hacer en ese nuevo día, muchas para escapar.

Sin embargo, cada amanecer se permitía mirar desde su ventana, salir al balcón de su habitación y observar el sol resurgir; en días como este sentía que la vida se le escapa de las manos, ¿qué sería de ella mañana? ¿Tendrá un nuevo amanecer que ver?

La muerte estaba muy presente en todos sus días, el que es su padre algún día no estaría más, e inevitablemente eso la había echo considerar su mortalidad, nadie tenía la vida asegurada, pero había algo de lo que podía estar segura... sus hermanas siempre estarían con ella, una razón para sonreír, eso y que su dama de compañía estaba entrando en la habitación para ayudarla a cambiarse.

-buen día Sae-dijo de espaldas a la puerta, sin siquiera haber escuchado la voz de la mujer, esta nunca había podido sorprender a la joven, estaba con una niña a la que no le gusta perder en nada.

Quizá esta señorita de clase alta tenia defectos, pero a simple vista todos la verían como la mujer ideal; de piel blanca y suave, dueña de un pelo oscuro brilloso, y ojos de un profundo gris, rasgos delicados, todo en ella reflejaba juventud, miles de hombres pretendiéndola lo aseguraban, pero ella se encargaría de que estos desaparecieran, si teníamos una lista de sus prioridades, casarse ni quisiera estaba en ella.

-buen día-se anunció en la habitación de dos de sus hermanas, abrió las cortinas, para que el sol entrara a la habitación, y ambas, un poco más jóvenes que ella, ya se estaban levantando sin reclamar, así eran las cosas con su hermana mayor, de nada servirán sus suplicas de permanecer un momento más en la cama.

-¡es domingo!- grito Clove, no pudiendo contener su exasperación, tapo su cara con la almohada, mientras que su hermana no se molestaba en escucharla, Katniss solo lanzo un vestido en la cama y le saco la almohada de la cara.

-no es excusa-dijo sonriendo sin remordimientos.

-papa tiene razón, necesita un marido-exclamo Glimmer cuando la vio salir hacia el pasillo.

-¡te escuche!-le grito la mayor de las Everdeen mientras se dirigía a la habitación contigua.

-buuen diaa-dijo esta vez en una melodía, se acercó a besar la mejilla de Rue, la más pequeña de sus hermanas.

-la consientes demasiado-observo la pequeña Finch mientras se ponía la bata, como buena hermana mayor Katniss se acercó y abrazo a su otra pequeña niña para darle un beso sonoro en su mejilla.

-no seas celosa-dijo a la vez que le golpeaba el tarsero para que se apresurara a prepararse.

Volvió a recorrer el pasillo, pero esta vez la sonrisa que traía desapareció de su rostro, opto por una expresión seria. Mientras recorría el camino en sentido inverso dio un vistazo a la habitación de sus hermanas más grandes para verificar que ya se estaban arreglando y luego paso por su habitación, para dirigirse a la habitación de al lado.

Hubiera sido mucho más rápido ir a esa habitación primero, pero simplemente todos los días le lleva tiempo prepararse para lo que vería ahí adentro.

Puso ambas manos en el picaporte de las puertas, respiro, enderezo los hombros y subió la barbilla...

Su corazón volvió a latir cuando vio como el bulto en la cama subía y bajaba, aun respiraba, soltó el aire. Se acercó a la mujer que dormía en una silla mecedora al lado de la cama.

Libertad (FINALIZADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora