Capitulo 2

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La charla era tan amena con los señores, había veces en que Katniss hubiera deseado tenerlos a ellos como padres, y no al hombre que tenía al lado de su habitación.

Cuando veía la manera dulce en la que Sedder trataba a sus pequeños, se preguntaba ¿cómo se sentiría el amor de una madre de nuevo? la suya la había perdido cuando tenía 12 años, y recordaba solo algunos momentos buenos con ella, el resto pasaban a formar parte de sus pesadillas.

La dejo a ella, a Clove, a Glimmer y a Finch solas, al cuidado de un hombre tan egoísta que no se preocupaba en asegurarse que aun estuvieran vivas.

Tomo el papel de madre de sus hermanas más pequeñas, "el" casi nunca estaba en la casa, y cuando volvía lo hacía borracho.

Con ayuda de Sae y el dinero de ese hombre, consiguió que la institutriz siguiera yendo a enseñarles, por un tiempo pensó que él las quería, que por eso se encargaba de su sustento, pero con el tiempo se dio cuenta que una persona como él no podía amar a nadie.

Cuidaba a sus hermanas porque no le gustaba que otras personas se hicieran cargo de sus responsabilidades, a la mañana se encargaba de que tuvieran a su dama de compañía ayudándolas a vestirse, se encargaba de que se sentaran a comer en la mesa, en las tardes que tomaran sus clases, lo mismo durante 8 años, su vida era así, y ella no se quejaba, sus hermanas eran lo que más ama en el mundo y no se arrepentía de sus decisiones, era su deber.

Cuando la campana de la entrada sonó nuevamente, dio paso a un señor que antes ya había visto, el señor Hawthorne, de pelo oscuro y ojos grises, con una cara siempre pensativa, ella lo miro hasta que el señor Chaff le indico que estaban en la parte de atrás de la tienda, cuando el joven alto se les acerco, su expresión cambio a una de sorpresa al ver a la joven allí, antes la había visto, ¿cómo se podía olvidar a una señorita así? Además de distinguida, era bella, muy bella.

-señorita Everdeen-dijo tomando la mano de esta y besándola.

-señor Hawthorne - asintió ella incomoda, si había algo que no le gustaba en esta vida era entablar conversaciones con hombres que no eran de su familia, con el señor Chaff era una excepción, porque él tenía otra mentalidad, y además estaba casado.

-doctor Hawthorne señorita, el doctor aquí presente ya completo sus estudios y es oficialmente un profesional- Katniss levanto la mirada para encontrarse la de él.

-felicidades doctor Hawthorne- miro a sus anfitriones- si me disculpan, creo que ya se hizo tarde-empezó a levantarse y a colocarse sus guantes- deben estar esperándome en casa-sonrió a Sedder y a Chaff a la vez que volvía a estrechar su mano.

-permítame ayudarle a llevar sus libros-pidió nervioso el doctor, tratando de pasar al menos unos minutos más con ella, parecía escapar cada vez que lo veía.

-no es necesario, tengo a mi carrero afuera esperando...

-insisto-interrumpió el- así se ahorra el viaje de ir a buscarlo-Katniss lo miro con desconfianza, pero no podía despreciar así a este hombre, recordó que tenía que ser educada.

- si es tan amable, gracias-trato de sonreír, pero solo logro una sonrisa resignada de lado.

-permítame ayudarle a subir-dijo el cuándo ya estuvieron en el carruaje, prestándole su brazo para que se apoye... la mayor de las Everdeen tuvo que aceptar.

-muchas gracias, no se hubiera molestado-contesto ella hartándose de ser tan cortes con este hombre que apenas conocía, no veía la hora de huir, hasta que el volvió a hablar.

-no pretendo ser inoportuno, pero me he enterado de la enfermedad de su padre y quería ponerme a su disposición por si llegara a necesitar cualquier cosa- dijo el al lado del carruaje, ¿no era de mala educación hablar así? Katniss ahora no podía recordarlo.

Libertad (FINALIZADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora