-tranquila-Katniss lo único que podía observar era la sabana cubriendo sus piernas, lo único que podía experimentar eran los sentimientos recientes provocados por su pesadilla, demasiado horrorosa, demasiado larga, demasiado de su pasado y no podía despertar, aunque sabía que no era real no podía abrir los ojos.
Eran esos mismos sentimientos los responsables de que no pudiera parar de llorar, miedo... sabía perfectamente cómo se sentía, miles de veces tuvo que enfrentarlo, no solamente antes, sino también ahora.
Sus ojos volvieron a cerrarse desde que ese hombre la despertó y permanecían así para que sus fosas nasales pudieran sentir al máximo. Ese aroma a tierra mojada y uvas que ahora sabía de donde provenía era tranquilizador, tanto que por un momento la transporto a un mundo totalmente diferente, al que había conocido esa tarde, con lindos atardeceres, con gente contenta, verde, mucho, más del que nunca pudo soñar...se sintió extraña al pensar que un simple aroma pudiera representar tanto, y que él lo llevara consigo ahora mismo.
Cuando pudo calmarse un poco y abrió los ojos lentamente, su corazón empezó a latir apresurado al darse cuenta de la situación. Su mano derecha estaba cerrada con fuerza sobre la tela de la camisa blanca que el traía, mientras que la otra se aferraba con fuerza a la sabana que cubría la cama. Su cabeza... su oído estaba posicionado justo sobre su pecho y pudo sentir perfectamente cada latido de... "soy Peeta" podía reproducir como hace momentos el la había devuelto a la realidad.
Cuando sintió las manos de su esposo de nombre sobre sus hombros pensó que el fantasma de Robert Everdeen había llegado a buscarla, pero en medio de la oscuridad cuando él le explico de quien se trataba en realidad de alguna manera pudo estar en paz, pudo recordar donde estaba, con quien, no era Robert, él ya estaba muerto, debía recordarlo.
"no te hará daño, nunca más" le repetía su subconsciente.
Su respiración aún era agitada, pero trataba de recuperar la compostura, se quedó estática por unos segundos porque las circunstancias no le permitían pensar con claridad, sin embargo de una cosa estaba segura, esto no estaba bien...
En un instante su mano, la que se volvía un puño sobre el algodón blanco de esa camisa, se abrió y sintió un último latido antes de separarse, un escalofrió recorrió su espalda cuando sintió las manos de el deslizarse con delicadeza desde su espina dorsal hacia sus antebrazos.
-¿está bien?-le pregunto Peeta y ella asintió sin mirarlo.
Katniss pensó en deshacer el contacto bruscamente, pero hubiese sido muy desconsiderado de su parte. El señor Mellark había llegado hasta ahí a ayudarla, lo menos que podía hacer por una vez en la vida era comportarse educadamente.
Delicadamente deslizo sus antebrazos entre las manos de él y se apoyó en el respaldo de la cama, se alejó pero no fue de repente, y para que el no pensara que era una malagradecida flexiono sus piernas y las rodeo con ambos brazos, levanto su mirada y decidió hacer algo que debió hacer hace tiempo.
-perdón-fue lo único que dijo, mientras lo veía levantarse de la cama incomodo, sin dudas todo eso lo había sido, agradecía que la habitación estuviera casi a oscuras porque de seguro sus mejillas estarían rojas.
-yo lo siento...-dijo el mientras una de sus manos iba a su nuca para frotarla- estaba en mi habitación cuando...-señalo la puerta que separaba ambos cuartos.
-sé que seguro estuve gritando-lo interrumpió con un hilo de voz, aunque él estaba hablando de una manera firme dejo de hacerlo para escucharla y mirarla aferrada a ella misma- solo pensé...-Katniss dejo de mirarlo para mirar los pies de la cama- que no me pasaría aquí, pensé que se acabaría...
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Libertad (FINALIZADA)
RomanceSiglo XVIII, ¿puede existir una mujer llena en iguales cantidades de odio y amor? ¿Puede un terrible temor llenarte de prejuicios? ¿Puedes vivir desconfiando y a la vez entregarte por completo? ¿Puedes tener sueños diferentes a los que te han impues...