Capítulo 5

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Ella miro su chaleco y su saco oscuro, sus ojos azules, si, definitivamente era el mismo hombre, era en vano negar que lo era.

-es un placer conocerla señorita Everdeen-dijo el mirando extrañamente su mano cuando ella pareció retirarla rápidamente de encima de la suya.

-lo mismo digo señor mellark-miro a un lado hacia su tío sentado en su sillón y se acercó a besarlo en la mejilla-perdón por el retraso.

-no importa-dijo el apretando la mano de su sobrina que descansaba en su hombro y señalando con su mentón hacia adelante-creo que olvidaste a una persona- ella vio a la niña rubia de la dulcería sentada entre sus hermanas sonrió por lo hermosa que era, se acercó y se inclinó hasta quedar a su altura.

-perdona Prim-dijo extendiéndole la mano, ella la tomo y se sonrieron mutuamente-es un placer conocerte.

-eres tan hermosa como dijo tía Effie-le contesto, Katniss sonrió más ampliamente.

-tu eres más hermosa de lo que me había dicho tía Effie-tomo su mejilla-¿te han enseñado tu habitación?-negó-¿quieres que te la enseñe?-pregunto con entusiasmo, la niña miro a su padre el cual asintió.

Cuando Katniss salió de la biblioteca llevándose su perfume a flores con ella y a todas las niñas, Peeta se sentó pensando en lo que acababa de pasar mientras su tía le contaba que había sido de sus amigos cuando se fue.

Desde el primer momento había sido extraño conocerla, en su primer encuentro se consoló pensando en que nunca más tendría que volver a verla, y ahora, ¿era la sobrina que su tía tanto amaba? Hablaban maravillas de ella, pero la primera impresión que había tenido el, competía con todas sus cualidades.

Otra cosa que le pareció extraña fue que en esa misma habitación había pedido perdón dos veces, pero en el pasado no había estado dispuesta a ofrecerle disculpas a él, sus ojos grises parecían alejarlo, pero no podría asegurarlo, quizá habían sido ideas suyas.

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-pensamos que estando en una casa nueva y un país nuevo, te sentirías más cómoda en compartir habitación con alguien-dijo katniss mientras la llevaba de la mano por las escaleras-pero si quieres tener tu propia habitación, hay otras disponibles.

Cuando las puertas se abrieron ante los ojos de Prim no podía creer lo que veía, la casa había sido ya más de lo que había visto jamás, pero ver esa habitación con grandes ventanas, o los sillones blancos con muñecas sobre ellos, era como estar viviendo un sueño.

Se acercó tímidamente a una cama gigante con sabanas de un rosa claro.

-¿esta es mi cama?-se giró preguntando a Katniss que estaba cruzada de brazos contemplando la felicidad de la pequeña, asintió.

Mientras Prim se sentaba sobre ella y comprobaba lo suave del colchón, Katniss se sentó a su lado lentamente.

-en la otra cama duerme Rue- la señalo- Prim...-hizo una pausa y tomo una de sus manos entre las suyas-esta es tu casa, sé que estas muy lejos de donde naciste y sé que muchas veces uno puede sentirse incomodo ante tantos cambios-la niña le sonrió levemente- pero todos en esta casa queremos que estés cómoda y que seas feliz-rio-no sabes lo ansiosa que estaba tía effie por tu llegada, apenas lo supo contaba los días para que estuvieras aquí-Prim se vio feliz, lo que la alentó a seguir-todos los juguetes que ves aquí también son tuyos, si nos portamos lo suficientemente bien tío Haymitch trae más-le guiño el ojo, tomo la punta de una de sus trenzas-puedes hablar conmigo ante cualquier cosa que te moleste o te ponga triste-Prim asintió.

-gracias Katniss-el resto de las niñas entraron a la habitación con miles de perfumes y vestidos que de seguro serian del agrado de Prim, querían hacerla sentir cómoda, convertir ese en su hogar.

Libertad (FINALIZADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora