Annie agradeció mil veces más antes de marcharse. Katniss sintió alivio de que los niños solicitaran toda su atención, quizá era la única manera en la que podía permanecer en la misma habitación que su esposo de nombre.
No volvió a mirarlo, no al menos directamente, su presencia la abrumaba, sabía que no hablaría de lo sucedido mientras estuvieran con sus amigos, pero seguro querría hacerlo en algún momento.
El solo pensar que tendría que verlo de nuevo al rostro, hiso que se sintiera acorralada ¿Cómo explicaría su comportamiento?...
Peeta la conocía lo suficiente como para saber que huiría. Siempre encontraba la excusa perfecta, o al menos casi siempre lo hacía... unos minutos antes no había intentado alejarlo cuando la tenía entre sus brazos. Sin dudas sus esperanzas nunca habían sido tan grandes.
Él quería que lo mirara, quería descubrir en sus ojos como se sentía ¿quizá solo había sido un lapsus? ¿Un momento en el que al encontrarse solos se habían entregado a estar juntos sin pensar en lo que pasaría luego? ¿Quizá era precisamente porque estaban solos?
Nunca la había visto tan ruborizada como cuando Sae entro a la habitación, signo inequívoco de que estaba avergonzada ¿se avergonzaba de que su dama los hubiese encontrado en esas circunstancias? ¿En realidad se daba cuenta de la situación entre los dos? ¿Se daba cuenta de la profundidad de sus sentimientos por ella?
Por un momento tuvo miedo, ¿estaba equivocado al pensar que tenía alguna posibilidad de que Katniss también lo necesitara? no solo como un amigo que la ayudaba con sus problemas, sin dudas ella estaba agradecida por eso, pero el beso, sus besos, ellos no tenían nada que ver con el agradecimiento.
Tenía dudas... ¿su esposa en apariencias lo habría besado solo porque se sentía agradecida y no porque lo viera como un hombre? La realidad choco contra él, Katniss nunca lo vería de esa forma, se había dejado llevar, sí, pero aun así, ella era demasiado... inocente. Seguramente ni siquiera sabía lo que estaba pasando, quizá ni siquiera se imaginaba lo que él buscaba de ella, Peeta estaba casi seguro de que Katniss no tenía idea de cuánto anhelaba que fuera su mujer.
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Miro a Cinna dormir, no había vuelto a despertar y eso la preocupaba, eso y...
¿Por qué no podía dejar de pensar en lo que había pasado esa mañana? Tendría que poder olvidarlo, hacer de cuenta que nada paso, todo sería más fácil si lo veía de esa manera, borrando ese recuerdo de su memoria.
Involuntariamente su mano se apoyó en el costado de su cuello... su cuerpo traicionero una vez más la estaba confundiendo, ¿Por qué no hiso nada para separarse? ¿Por qué en un inicio se acercó a abrazarlo siquiera? ¿Por qué se había sentido tan... diferente?
Trato de buscar una palabra que definiera lo que le estaba pasando, pero no la encontraba, había sido imprudente, impulsiva, una curiosa al querer saber que podía hacer Peeta con su lengua... ¡¿Por qué siquiera estaba pensando en eso ahora?!
-creo que vas a ser la única niña de 20 años con arrugas- la voz grave de Cinna la saco de sus pensamientos, ella se percató de que había estado frunciendo el ceño.
-no soy una niña- le reprocho, recordaba como él solía llamarla así todo el tiempo, Katniss estaba segura que ella y esa palabra no cuadraban para nada, era lo que menos se parecía a ser una niña.
-cierto-él trago saliva, sus ojos no terminaban de abrirse pero parecía estar mejor que el día anterior- ahora eres una señora, la señora Mellark...
-tampoco. Soy solo Katniss, siempre he sido solo Katniss- su amigo pudo abrir los ojos, la miro fijamente, quizá que estuviera a la defensiva lo había sorprendido.
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Libertad (FINALIZADA)
RomanceSiglo XVIII, ¿puede existir una mujer llena en iguales cantidades de odio y amor? ¿Puede un terrible temor llenarte de prejuicios? ¿Puedes vivir desconfiando y a la vez entregarte por completo? ¿Puedes tener sueños diferentes a los que te han impues...