Capitulo 44

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"te lo advierto Katniss, casi podría jurarlo, ningún hombre te amara"

Las palabras amenazadoras de Robert la hicieron levantarse alarmada, en medio de la oscura habitación Katniss se aferró a las sabanas... ¿Por qué él no podía dejarla en paz?

Trago saliva con dificultad y se sentó lentamente, solo para observar el cuerpo sin vida de ese sujeto tumbado a su lado, un escalofrío recorrió su cuerpo, helando todo a su paso...

-Katniss...-alguien la llamo, sus ojos grises se abrieron mientras sentía el palpitar acelerado de su corazón, lo único que le permitió asegurarse de que había despertado de verdad esta vez, era una mano que tomaba la suya con fuerza, no tanta como hacía solo unos días, pero con la misma calidez.

-Peeta...- ella se incorporó en el colchón y lo miro luchando por mantener los ojos abiertos.

-estaba...-pronuncio él con dificultad, el cuerpo le dolía hasta la punta de los pies y apenas podía mantener los parpados levantados, sin embargo sus oídos estuvieron alerta y activaron su ser al escuchar los lamentos de su esposa.

-si...- lo interrumpió ella secando con disimulo una de sus mejillas- era un mal sueño, pero no importa, ¿estás bien? ¿Cómo te sientes?- se percató de que la fiebre hubiera cedido tocando su frente. El sol ya se colaba por las ventanas.

-pesado-contesto parpadeando lentamente, solo para verla, parecía que había pasado una eternidad desde que la había visto claramente.

-se te pasara y estarás bien- ella no podría explicarlo, supo que nunca podría hacerlo, pero que él la mirará de la manera en la que lo estaba haciendo llenaba su corazón. No sabía si se debía a que eso demostraba que él no moriría o si era porque no había visto esos ojos azules en mucho tiempo, casi se sentía como una eternidad.

Sentada sobre sus rodillas se percató de que debía de estar toda despeinada, pasó una de sus manos por su cabeza tratando de acomodar su trenza y sintió como sus mejillas enrojecían porque él no apartaba la vista de su rostro, supo que seguramente tendría la almohada marcada o algo así.

-creo que debe resultar desalentador que lo primero que veas en días sea a mi toda desarreglada con los pelos en punta- se animó a admitir sonriendo ligeramente, de repente toda la habitación parecía estar llena de esperanza cuando él también sonrió.

-no, sin dudas no es nada desalentador- trato de convencerla acariciando la mano que aun sostenía, guardándose sus verdaderos sentimientos, "eres lo más bonito que he visto en toda mi vida".

-voy a...-por un momento ella olvido lo que iba a hacer- ¡traerte el desayuno, eso!- la pequeña risa que él emitió casi le hace llorar, la emoción la obligo a acercarse a besar la mejilla de él, para después saltar de la cama- no tardare-le prometió mientras se ponía los zapatos.

-está bien- pudo decir Peeta solamente luego de la sorpresa de su inesperado beso.

La vio atravesar la puerta de la habitación a toda prisa con una felicidad que nunca había visto en ella ¿estaba feliz porque él hubiese despertado? No quería ilusionarse con esa idea, pero la Katniss que tenía hacia segundos era tan diferente a la que tuvo hacia un tiempo atrás.

Aunque solo compartieron unas cuantas palabras no le pasó inadvertido que ella empezó a tutearlo ¿desde cuándo? No podía recordarlo, los recuerdos estaban difusos en su mente. La sorpresa de haberla encontrado en su cama no se comparaba a la que tuvo cuando ella le hablo con ojos tan llenos de luz, no supo cuánto tiempo paso, ¿Katniss había dicho días? Él se sentía como si hacía meses estuviera en esa cama...

-papá- una dulce voz desde la puerta lo hiso volver a la realidad, la pequeña Rose sonrió al llamar su atención y se acercó como un rayo hasta su lado, con la misma rapidez se subió a la cama y no dijo nada más, solo lo abrazo con fuerza-mamá dijo que despertarías- susurro sobre su pecho mientras él acariciaba su cabeza.

Libertad (FINALIZADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora