Como un sueño.
Él lo sentía así, despertarse con ella a su lado siempre sería una novedad. Supo que podrían pasar años y siempre se sentiría como en un sueño.
Desde el principio, desde que su matrimonio por conveniencia inicio en aquella iglesia hacia casi un año atrás, ese hombre sabía que este día alguna vez llegaría.
El día en el que ambos serian "libres" uno del otro.
En un pasado Peeta Mellark deseo mucho poder terminar con todo aquello, deseo que aquella joven saliera de su vida tan pronto como llego... en un instante.
En la actualidad, estaba seguro de que no podría vivir ni un solo día sin tenerla cerca, no podría vivir ni un solo minuto sin ella...
Acarició el oscuro cabello que cubría la espalda desnuda de la que era su mujer, la admiro durmiendo sobre su pecho, abrazándolo, convenciéndolo de que sus sentimientos eran tan fuertes como los de él.
Cuanto lo había deseado, cuanto había deseado su presente, la tenía, tenía sus ojos grises mirándolo con amor, con deseo, los podía ver brillar cada vez que estaban juntos, cada vez que sonreía, cada vez que le sonreía. Tenía su cuerpo, sus manos, sus besos, pero había algo que no estaba muy seguro de tener, aunque ella lo amara, aunque se lo demostrara ¿en realidad poseía su alma?
-buenos días-susurro Katniss abriendo los ojos lentamente, percatándose de la habitación en la que estaban, sintiéndose cálida por tenerlo a su lado.
-buenos días- él se acercó, la beso solo un segundo y miro sus ojos grises, que bonita era, cuando sonrió tímidamente lo fue más...
-¿me ayudas a...-antes de que pudiera terminar de pedirlo Peeta ya estaba a sus espaldas ajustando su camisón. Un escalofrió la recorrió cuando un dedo toco el lugar en el que tenía la cicatriz, él le beso la nuca, la rodeo con sus brazos desde atrás y siguió besándole el cuello, mientras ella acariciaba las fuertes manos sobre su abdomen.
-¿Peeta?- la voz de Effie y unos golpes en la puerta interrumpieron sus caricias.
-voy enseguida tía- contesto él sin dejar de abrazar a su esposa, disfrutando de sentirla apoyada en su pecho.
-¿Cómo esta ella?-pregunto Katniss sintiendo con su dedo índice el anillo que Peeta llevaba en su mano izquierda, anillo que simbolizaba su unión y separación.
-tranquila- informo él, lo estaba, había estado alterada en la madrugada cuando fue a buscarlo a su cuarto porque Haymitch empeoro, pero luego de que el mayor de los Everdeen se despidiera de su esposa e hijo, y finalmente pudiera encontrar la paz que necesitaba para morir, Effie pudo estar en paz también.
-¿y cómo estás tú?-inquirió Katniss girando para tenerlo en frente, con ambas manos le acaricio las ojeras que tenía bajo los ojos, ligeras, pero estaban ahí.
-sabía que esto iba a pasar- se justificó.
-eso no cambia lo que puedas sentir- lo abrazo, él la abrazo con la misma fuerza- si sientes tristeza está bien, si te sientes liberado también está bien, cualquier sentimiento es mejor a no sentir nada- menciono mientras le acariciaba la nuca, Peeta asintió sobre la curva de su cuello- no estás solo, me tienes.
-¿te tengo?-pregunto reconfortado por sus palabras.
-siempre me tendrás- aseguro ella, sello su promesa con un beso en la mejilla del que había sido su esposo hasta ese día, no importaba lo que pasara de ahí en más, nada cambiaba el hecho de que ellos se tenían uno al otro.
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Rose y Prim la abrazaron con lágrimas en los ojos luego de que ella pudiera decirles sobre la muerte de Haymitch. Para Katniss, fue lo más duro que tuvo que hacer en años, observar a sus hijas sufrir, destrozaba su corazón.
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Libertad (FINALIZADA)
RomanceSiglo XVIII, ¿puede existir una mujer llena en iguales cantidades de odio y amor? ¿Puede un terrible temor llenarte de prejuicios? ¿Puedes vivir desconfiando y a la vez entregarte por completo? ¿Puedes tener sueños diferentes a los que te han impues...