-no dije eso-se apresuró a defenderse ella, sentía la garganta seca, se planteó seriamente dejar de hablar.
-lo insinuaste- Peeta se acercó y acaricio el rostro notoriamente contrariado, ella lo miro con ojos suplicantes.
-de todo lo que te he dicho ¿es lo único que escuchaste?- definitivamente quería desviar la atención de su confusión de palabras.
-es lo único que me importa-reconoció él con emoción. Se sentía como si hubieran avanzado kilómetros en solo segundos, como si pusieran fin a las distancias que aun los separaban, si ella lo admitía, él podría hacerlo también, pero de repente no encontró las palabras adecuadas.
-¿no te preocupa que Snow pueda tomar represalias? ¿Ni te molesta tener que gastar tanto...-no pudo seguir enumerándole sus problemas porque él, la cayo con sus labios.
Ese beso era incomparable a cualquiera que se hubieran dado antes, Katniss admitía que había pensado eso muchas veces, pero en esta ocasión de verdad percibía algo distinto. Él estaba diferente, demasiado, los dichos que no se podían borrar parecieron activar algo en ese hombre y precisamente eso fue lo que la preocupaba. La mayor de las Everdeen no estaba segura de sus sentimientos, no al menos conscientemente ¿Cómo contestar a una pregunta que no encontraba respuesta? ¿Lo quería?
-te quiero...-susurro Peeta apoyando su frente en la de ella, quizá el sonido de sus respiraciones agitadas había cubierto sus palabras, decidió repetirlas mientras Katniss lo miraba intensamente- te quiero Katniss.
-Peeta...- lo había escuchado las dos veces, primero con ojos cerrados las palabras sonaron irreales, como un susurro del viento. La segunda vez, mirando sus ojos profundamente azules tan cerca, todo parecía más real, la confesión le produjo un nudo en el estómago y la dejo sin habla ¿era tan fácil para él? Ella ni siquiera podía decir nada, miro el suelo tratando de ordenar sus pensamientos.
-solo quería que lo supieras- dijo suave él, como si deseara que su confesión quedara solo entre los dos. Seguramente ella no quería que nadie más lo supiera luego de su reacción, Peeta sintió la desolación de verla apartar la vista al suelo, pero no se arrepentía de haber abierto su corazón, las palabras estuvieron guardadas demasiado tiempo.
La mayor de las Everdeen asintió lentamente, miro una de las repisas de libros y ante el silencio supo que tenía que decir algo.
-le... tengo que...iré con Cinna y le contare que lo has solucionado- hablo automáticamente, como si su cerebro supiera que hacer para librarse de la penosa situación. Pero de repente ya no importaba poder huir, el dolor que sentía en el pecho parecía crecer a cada segundo, y la obligo a hacer algo... a demostrar que no era indiferente a lo que él acaba de decir. Se acercó a besar la mejilla de su esposo de nombre, su amigo. Se enojó con su mente cuando esta le obligo a separarse- gracias- susurro mirando directamente un rostro vacío de expresión.
Mientras cerraba la puerta, pensó que le gustaba ese mismo rostro lleno de luz un millón de veces más que el que había visto al salir, el problema era que no podía decírselo, ni siquiera podía reconocerlo completamente para ella misma.
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-le deberé mucho, en serio, y a ti Katniss, a los dos- dijo Cinna con premura, la sonrisa que mantenía en su rostro fue suficiente recompensa para Katniss, y resulto ser una gran distracción de la repentina angustia que la invadía.
-yo no he hecho nada, él logro que Snow te vendiera- se apresuró a corregir, no olvidando lo significativo del gesto de su esposo de nombre.
-aun así, los dos me han ayudado tanto- suspiro él mirando el atardecer.
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Libertad (FINALIZADA)
RomanceSiglo XVIII, ¿puede existir una mujer llena en iguales cantidades de odio y amor? ¿Puede un terrible temor llenarte de prejuicios? ¿Puedes vivir desconfiando y a la vez entregarte por completo? ¿Puedes tener sueños diferentes a los que te han impues...