Capitulo 45

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Su corazón no había latido con tanta prisa nunca antes, ella lo sabía, se conocía. Sus piernas tampoco se sintieron nunca tan débiles y resultaba... aterrador.

Quería salir huyendo, un pánico inexplicable la invadió. Abrió los ojos y miro la camisa de Peeta aferrada entre sus manos. El pecho que esta prenda cubría subía y bajaba bruscamente igual que el suyo propio, y sus corazones latían tan fuerte... podía sentir el de él sobre sus dedos.

No entendía como momentos atrás pudo sentirse tan dichosa y ahora lo único que sentía era miedo. Si las manos de Peeta no siguieran sobre sus caderas, podría convencerse de la idea de que todo había sido un sueño, pero él estaba ahí y todo era tan real...

La mayor de las Everdeen cerró sus ojos, porque no se sentía lista para huir de otra manera, el temor en vez de aplacarse se intensifico. Trato de concentrarse en el aroma tenue a canela de la cálida piel de uno de sus únicos amigos, enfocarse en lo que eso despertaba en ella y no en la guerra que se libraba en su interior... era tan intensa, supo que la rompería por dentro solo en segundos...

Un sollozo por parte de ella alarmo al señor Mellark, pensando que le había propinado algún tipo de daño se apresuró a tomar su rostro entre las manos, sus ojos grises bañados en lágrimas partieron su corazón, pero que ella negara y se apartara fue lo que le arranco el alma.

-Katniss- la llamo cuando la joven se apresuró a correr hacia la puerta del baño- Katniss- repitió cuando cerró la puerta del que era su cuarto, interponiéndola entre los dos- ábreme por favor- pidió aunque sabía que la puerta no estaba cerrada con llave, los sollozos que ella emitía lo estaban destrozando.

-vete por favor Peeta- imploro entre lágrimas y con miedo al pensar que él abriría la puerta.

-no voy a irme, tenemos que hablar, por favor Katniss- sabía que sería difícil pero se obligó a no girar el pomo.

Ante aquellas palabras la actual señora Mellark cerró sus ojos con fuerza, era obvio que él no se iría, la había acorralado y si los sentimientos recientes no eran suficientes, ahora se le sumaba la enorme vergüenza de mirar su camisón.

Con manos temblorosas ella toco la fina tela blanca un poco por debajo de su abdomen, justo donde ellos... un escalofrío la recorrió al recordar cómo se había sentido su cercanía, pero también estaba alarmada por la humedad de su ropa.

-qué vergüenza...- susurro para sí misma- ¿Cómo volveré a verlo al rostro?- se preguntó mientras se encaminaba a su ropero en busca de algo más que ponerse. No solucionaba las cosas, pero le daba tiempo para pensar.

La prenda blanca cayo arremolinada alrededor de sus pies. Antes de pasar el otro pijama por la cabeza miro entre sus piernas y se sintió tan extraña... con todo, con la comodidad que sintió mientras él, la tocaba, con la repentina necesidad que inundaba su cuerpo, recordaba perfectamente como nada le había importado mientras estaba en la cama de la otra habitación, ¿Quién era esa mujer y que había echo con ella? Se limpió con esmero tratando de buscar respuesta a todas sus preguntas.

Unos golpes suaves en la puerta la obligaron a dejar de reprenderse por su comportamiento.

-tenemos que hablar sobre lo que paso Katniss- hablo Peeta, sintió alivio al no escuchar más su llanto, pensó que unos minutos serían suficientes para que asimilara que tenían que conversar, aprovecho para cambiarse los pantalones, se sentía avergonzado, no sabía cómo se disculparía.

Lo que acababan de pasar era muy íntimo, tendrían que haberlo hablado antes, pero en el momento parecía tan necesario... Olvido que Katniss no conocía nada sobre este tipo de cosas y casi estaba seguro de que se encontraba aterrada por la nueva experiencia ¿Por qué tuvo que ser así? ¿Por qué no pudo contenerse? ella le abrió...

Libertad (FINALIZADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora