Capitulo 54

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Cuando abrió los ojos aun era temprano, la luz del sol apenas cubría el suelo de su cuarto, y la mujer que descansaba a su lado aún se encontraba profundamente dormida.

Acaricio el límite del rostro de su esposa, pensando en el último tiempo, tratando de encontrar un mínimo descuido, un mínimo signo de que ella pudiera...

No. No quería creerlo, pensó que quizá su corazón estaba engañándolo, probablemente su deseo era más grande que la realidad, porque admitía que sería el hombre más dichoso del mundo si...

No. Negó mientras se repetía una y otra vez que eso no podía ocurrir, no hasta que tuviera el valor de hablar con ella sobre lo que estaba sucediendo entre ambos.

Estuvo por horas contemplándola, pensando en la manera de enfrentar su responsabilidad. Él era el responsable de hablar con Katniss sobre lo que podía pasar si seguían manteniendo intimidad, pero a la vez tenía tanto miedo de perderla. Si no sabía explicarse, ella terminaría por pensar que era tan egoísta como cualquier otro hombre...

No tuvo oportunidad de seguirse preocupando, la señora de esa casa empezó a removerse en la cama y él cerro los ojos. Le gustaba que ella lo despertara, se había fingido dormido más de una vez para disfrutar de sus suaves manos acariciándolo.

Y de inmediato las tuvo, no solo sus manos acariciándole el rostro sino sus labios depositando cortos besos en la piel de su cuello, no aguantaría mucho... ella se apartó...

Katniss se tapó la boca sintiendo unas náuseas horribles, trago intentando ignorar aquello que subía por su garganta, pero luego de segundos de tratar de sentirse mejor, se obligó a correr al baño...

Llego justo a tiempo para devolver todo lo que había comido el día anterior en una de las vasijas de esa habitación. Se sintió milagrosamente bien cuando pudo hacerlo, lo único que la molesto después fue el sabor desagradable que perduraba en su boca.

Hiso varias gárgaras para deshacerse del mal gusto, pero este parecía seguir ahí, se acarició la frente sintiendo un ligero malestar en la cabeza ¿Por qué había comido tanto? Pensó que esas no eran más que las consecuencias de haber disfrutado de los dulces de Mags como si no existiera un mañana.

-¿Katniss? -Peeta se asomó al baño, y la vio secándose el rostro-¿estás bien?- pregunto seriamente preocupado, había abierto los ojos apenas escucho los pasos rápidos en el piso de madera y luego oyó claramente como su mujer vomitaba. Se froto la nuca nervioso, pensando que no podía ser más que una coincidencia, ella...

-sí, solo que comí muchas cosas ayer y seguramente mi estómago no lo ha soportado- sonrió ligeramente para dejar de ver el gesto preocupado en el rostro de Peeta, salió del baño porque el olor la estaba poniendo más indispuesta- ¿Qué hora es?- pregunto notando la brillante luz del sol invadir su cuarto, buscó su ropa en el armario, Peeta se acercó sin que pudiera advertirlo.

-es tarde- contesto él acariciando la mejilla de la mujer que amaba, observando sus ojos diferentes a cómo los había visto antes, estos brillaban intensamente y no lo había notado hasta ese día.

-sabes que no me gusta levantarme tan tarde- le recordó ella buscando sus zapatos, el dolor de cabeza cedió un poco ante sus masajes en la sien.

-no quise despertarte, ¿te duele la cabeza?-pregunto Peeta al verla acariciarse una y otra vez la frente ¿Cómo era posible que todas las señales llegarán tan de repente? ¿Aún conseguiría seguir negándose a sí mismo que ella podría estar embarazada?

-solo un poco- admitió mientras buscaba unos pendientes en su tocador. No pudo seguir buscando nada porque él tomo de su cintura y la giro para que lo mirara, con el pulgar le acaricio la frente una y otra vez, remplazando a sus pequeños dedos, Katniss cerró los ojos perdiendo de a poco el dolor, pero cuando lo sintió respirar cerca de sus labios corrió el rostro y se tapó la boca- tengo un aliento horrible- se justificó cuando él la miro interrogante, ella nunca había rechazado uno de sus besos, pero se sentía en verdad incómoda con la idea de besarlo en ese momento, podía sentir lo amargo de su boca todavía.

Libertad (FINALIZADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora