Capitulo 24

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Entraron al salón, Katniss tomando el brazo que Peeta le ofrecía. Él demasiado distraído mirando a su alrededor, quería creer en su esposa de nombre, y a la vez no quería hacerlo, si ella tenía razón, entonces él había estado ciego toda la vida.

Mientras observaba a las personas en cada una de las habitaciones que recorrían, las escenas solo lograban confirmar lo que la mayor de las Everdeen le había asegurado, había vivido tantos años sin darse cuenta de las verdaderas expresiones en la mujeres, sonrisas falsas adornadas con bonitas joyas, hombres adinerados riendo sin siquiera mirar a quien tienen a su lado, sin darse cuenta de su desprecio disfrazado de devoción.

-pero ni todo el maquillaje del mundo podría ocultar el dolor-le susurro Katniss, él la miro para después mirar hacia donde los ojos de ella apuntaban, hacia sus hermanas saludando al señor Burnard, uno de los viejos banqueros y a su esposa- mejilla derecha-le indico mirando hacia otro lado, quizá tratando de disimular su expectación a la escena, Peeta pudo verlo, pero solo porque la mujer a su lado lo revelo, cuando Glimmer y Clove se acercaron a besar esa mejilla, podía ver el rostro tratando de aguantar el dolor, y si uno miraba muy detenidamente podía ver la ligera hinchazón en esa parte de su rostro.

-¿le ha pasado?-giro a mirarla serio, el que ella pudiera ver que esa mujer era golpeada sin que nadie más pareciera darse cuenta, lo hizo considerar que estaba segura de lo que decía porque también la habían lastimado, por un instante algo dentro suyo lo hizo desesperarse ante la posibilidad de que alguien no hubiese sido lo suficientemente hombre para respetarla.

-no-contesto sin mirarlo, sino mirando a su entorno.

Que no le contestara mirándolo a los ojos lo hizo dudar.

-Katniss...-ella lo miro solo un segundo, él podría jurar que le estaba ocultando algo, después miro sobre su hombro.

-su amigo viene para aquí, seguramente a ser un buen anfitrión-advirtió.

Él giro para mirar en su misma dirección nuevamente, efectivamente Gale Hawthorne, hombre con el que no había cruzado palabra hacía meses, caminaba hacia ellos.

-señores Mellark-los saludo con la sonrisa más falsa que Peeta había visto en su cara en todo el tiempo que llevaba de conocerlo, beso la mano de ella y apretó solo un momento la mano de él.

-felicidades-hablo Peeta sin saber que más decir, sin sonreír, después de todo lo que había visto esa noche, no estaba de ánimos de también fingir un estado de ánimo que no iba con lo que sentía realmente.

-gracias, me gustaría que pudiéramos bailar la próxima pieza Katniss-le hablo a ella- claro, si a Peeta no le molesta-esta vez lo miro a él.

Peeta no estaba seguro de eso, y al parecer Katniss no estaba cómoda tampoco con la idea, pero ambos eran conscientes de que un desaire como ese no era educado, y aunque no les gustaba estar ahí, ninguno se animaba a compartirlo en voz alta, habían entrado en ese juego, y debían de jugarlo, ambos asintieron...

-¿todo está siendo de su agrado?-pregunto Gale mientras se ubicaban uno en frente del otro para bailar.

-todo quedo magnifico, tal y como Johanna lo hubiera deseado-contesto ella mirando hacia sus costados, tratando de no mirar los ojos grises de su acompañante, nunca antes había deseado tanto que una canción llegara a su fin.

-y todo podría haber sido suyo-dijo él bajo, aun así ella lo escucho, y si antes estaba incomoda, ahora no había palabras para describir su estado, no quería pasarlo por alto, estaba harta de hacer oídos sordos.

-estoy satisfecha con lo que tengo ahora-le aseguro mirándolo a los ojos.

-no se ve como pensé que se vería estando recién casada-confeso él, al parecer orgulloso de haber captado su atención.

Libertad (FINALIZADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora