Capitulo 39

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Él no espero que ella le contestara, sus gestos decían todo, definitivamente la idea de dormir en la misma habitación no la llenaba de felicidad... al menos él podía ser feliz por los dos.

-Cinna- susurro ella. Su mejor amigo cruzo la puerta de entrada, justo en el momento en que estaba por jurarle a Peeta que nunca dormirían en la misma habitación.

-creo que aquí hay muchas personas que se alegraran de verlo-dijo Cinna hacia Peeta y de inmediato a sus espaldas dos hombres se apuraron a entrar a la casa.

Katniss observo confundida como ambos se abalanzaron sobre su esposo de nombre en un abrazo, dos mujeres más entraron a la casa después de ellos.

Luego de las presentaciones ella pudo saber algo más de él; tenía dos primos y esos primos estaban casados, tenían hijos de la edad de Prim y más pequeños como Rose.

Como su madre ambos optaron por aparentar que muchos años no habían pasado, Peeta no podía reclamárselos, quizá era lo más conveniente para todos, decidió fingir que estaba de acuerdo con lo que se daba en esa habitación, aunque tampoco podía mentir diciendo que no había extrañado a esa parte de su familia.

La cena resulto tranquila en comparación a lo que él se había imaginado, nadie pidió explicaciones de su larga ausencia, sino que los hijos de su tía y sus esposas estaban interesados en saber más de las nuevas integrantes de su pequeña familia. Los niños lo llamaron tío desde el principio, y se sentía tan extraño... se había acostumbrado hacía muchos años a una familia pequeña y de repente esta había crecido.

Las despedidas estuvieron cargadas de promesas, los hijos de Amanda prometieron visitarlos en su casa más seguido, la mujer se vio satisfecha por lo que se había logrado, su sobrino solo pudo pensar una vez más que ella siempre tenía lo que quería...

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Cuando Peeta entro a la habitación en la cual dormiría no había nadie, de inmediato se percató del movimiento en el cuarto de baño, se acercó y toco ligeramente la puerta, aun sabiendo que la única que podría estar ahí era su esposa.

-salgo en un minuto- contesto Katniss sabiendo quien sería la única persona que podría haber tocado, termino de limpiar su cuerpo para después tomar una toalla y envolverse en ella.

El señor Mellark recostado en la cama, decidió tratar de matar el tiempo leyendo un libro, pero cuando vio una sombra recorrer el cuarto de al lado, de inmediato su concentración se esfumo.

Las cortinas que intentaban cubrir las puertas del cuarto en el que se encontraba su esposa, aun dejaba ver que alguien estaba detrás de ellas, específicamente ella estaba ahí.

No pudo evitar que su pecho subiera y bajara más rápidamente al contemplar la sombra de su cuerpo, ella estaba de espaldas y por momentos se agachaba seguramente tratando de secarse totalmente luego de un baño, el deseo lo invadió al instante.

El simple hecho de que Katniss estuviera desnuda en otra habitación lo inquietaba, rezo a todos los santos para que no le permitieran levantarse de esa cama; justo cuando estaba por ceder a sus instintos la puerta se abrió, dando paso a la mayor de las Everdeen con un camisón que cubría casi hasta la punta de sus pies.

-puede usarlo si lo necesita- le hablo ella mientras se dirigía a sentarse en frente del tocador, soltó su pelo, este cayó sobre sus hombros, tomo el cepillo y empezó a tratar de acomodarlo antes de dormir, miro el reflejo de Peeta en el espejo, acostado a un lado de la cama observándola, dejo su mano quieta antes de preguntar- ¿paso algo?- podría jurar que a pesar de la noche podía verlo pálido, la poca luz de las velas que llegaban a él le permitían verlo, Peeta negó y tomo el libro que tenía en su regazo sin intenciones de decirle nada más al parecer, ella volvió a concentrarse en su tarea.

Libertad (FINALIZADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora