Capitulo 12

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Narra Ash

Me extrañó mucho que mi madre quisiera hablar con Irina, y más en su laboratorio, así que decidí acompañarlas.

-¿Esa señora es tu madre?- preguntó Irina.

-No es mi madre de verdad, es mi madre adoptiva.

-¿Que quiere decir?- preguntó Irina agarrandose a mi brazo.

-Pues... Alguien que no es de tu familia te cría y te da un lugar para vivir, comida... Esas cosas.- la miré a los ojos, atendía a todo lo que le decía sin perderse ni un detalle.

-¿Tienes alguna posible idea de para que ha llamado a Irina?- preguntó Catarina andando de espaldas.

-No, pero espero que no sea nada grave.- dije cruzando mis dedos.

Llegamos al despacho de mi madre, que casualmente era su laboratorio. Se me olvidó mencionar que mi madre es la directora de todo el centro, pero son mínimos detalles.

Llamamos a la puerta y nos dio el permiso para entrar, vino corriendo hacia mí y me dio un abrazo, que yo correspondí.

-¡Cuanto tiempo Ash! Cuentame, cuentame, ¿que tal le va a tu pequeño espécimen?- dijo poniendo sus manos sobre mis hombros.

-No la llames especimen mamá, se llama Irina. Y va bien, va muy bien.- Irina, se veia incomoda con el traductor puesto, asi que decidí quitarselo.

-¡Bueno, bueno! Dime, ¿has logrado averiguar algo de ella?- me soltó y hizo un gesto con la mano diciendonos que nos sentasemos.

-Pues la verdad es que hay varias cosas que quería comentarte.- dije tomando asiento.

Narra Irina

Entramos a una sala gigante, donde habían muchas cosas de cristal y dibujos en las paredes.

Ash me quitó el aparato que me hacía entenderla, era muy incomodo y no me gustaba nada llevarlo.

Nos sentamos en una cama muy rara, no habia visto nada igual antes, era parecida a una silla pero con los asientos juntos.

Delante de la cama había un bol con manzanas, tenía hambre pero no quería coger una, por si me regañaban.

-La doctora pregunta si quieres tomar una.- la voz de Catarina me quitó de mis pensamientos.

Cuando alcé la vista todas me estaban mirando, no pude decir nada y simplemente asentí.

La madre de Ash hizo un gesto con la mano, supuse que me estaba dando permiso, así que cogí una manzana y la mordí.

Narra Ash

Cuando vi a Irina comiendose la manzana, recordé el incidente que habia ocurrido hace unas horas en el comedor, así que decidí comentarlo tambien.

-Quiero decir, ¿Es posible que un especimen pueda sujetar a un ser humano mucho más pesado que él con una mano y levantarlo por encima de él?- mi madre se quedó pensativa unos instantes.

-Es cierto que los especimenes suelen tener una fuerza superior a la nuestra, pero que Irina levante a una persona sin esfuerzo y con una sola mano es asombroso.

-Pues eso lo dice porque no la ha visto pelear...- comentó Catarina mientras reía.

-¿Pelear?- preguntaron Elisabeth y mi madre al unísono.

-Si, hace un rato subimos al ring, tube que rendirme, no habia modo de poder golpearla.- explicó Catarina.- Y eso porque no habeis visto como rompió el saco de boxeo de un solo puñetazo.

-Impresionante.- exclamó mi madre.

Repentinamente me vino a la cabeza la conversacion que tubieron aquellos chicos durante el combate.

-Hablando del combate, cuando terminasteis de pelear, el publico llamaba a Irina "Reina", ¿tienes alguna idea de porqué la llamaban así?- pregunté a Catarina.

-Se comenta que los únicos hibridos que se pueden transformar de la manera que lo hace Irina, son los "nobles". Hace mucho tiempo que dejaron de verse, los humanos mataron a todos los nobles y a algunos hibridos normales porque resultaban una amenaza.

-¿Una amenaza?- repetí.

-Eran inmortales, por mas que lo intentaban, no podian matar a ninguno, descubrieron que había que cortarles una parte del cuerpo diferente en cada noble, a algunos era la nuca, otros el brazo...- explicó Elisabeth.- Despues de aquella masacre no se volvió a ver a ningún noble más. Muchos hibridos del centro comentan que Irina podria ser una de ellos.

-Pero eso significaria que Irina es...

-Inmortal.- me interrumpió Catarina.

-Habría que tomar una muestra de sangre para saber si eso es cierto.- dijo mi madre levantandose del sofá.

-¿Vas a tomarle una?- pregunté.

-Si, ¡imaginte que Irina si es Inmortal, podríamos cambiar cambiar el mundo!

Cogió una jeringuilla y se acercó a Irina, pero al ver la aguja salió corriendo y se agarró a una esquina del techo con las garras.


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