Capitulo 29

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Narra Ash

Un rayo de luz me despertó, abrí los ojos temerosa de los recuerdos que tenía de el dia anterior, no hubiesen sido más que un sueño.

Pero allí estaba, mi pequeña y hermosa Irina, mirándome a los ojos con una sonrisa dibujada en sus preciosos labios.

-Buenos días. -dijo sin dejar de observarme.

-Buenos días... -contesté.

Nos quedamos observándonos durante lo que fueron cerca de 5 minutos, hasta que de mis ojos comenzaron a caer varias lágrimas.

-Me dijeron que no volverías a despertar... -la abracé. -Que no volverías a abrir los ojos...

-Pero aquí estoy, y eso es lo que importa, ¿no? -sonrió y depositó un dulce beso en mis labios.

Seguimos besándonos por más tiempo, íbamos a pasar al siguiente nivel cuando de repente Irina dejó ver sus orejas y su cola, me hizo un gesto para que guardara silencio y se levantó. Se dirigió a la puerta del baño, se puso de espaldas a ella e hizo un gesto con la mano, acto seguido la puerta se abrió, Catarina y Elisabeth cayeron dentro de la habitación.

-Joder Ash, solo queríamos saber si estabas bien... -las palabras de Catarina fueron disminuyendo de volumen cuando alzó la vista y vio a Irina frente a sí. -¡¡IRINA!!

La pelirroja de pelo corto saltó a abrazar Irina, pero a sorpresa de las cuatro, Irina saltó y se quedó suspendida en el aire, flotando.

-¿Pero que...? -soltamos Elisabeth y yo al unísono.

-¿Tanto desprecias mis abrazos que prefieres desafiar las leyes de la gravedad? -dijo Catarina, como siempre tomandoselo todo a broma.

-¡BÁJAME! -gritó asustada, Catarina la agarró del pie y la dejó en el suelo. -¿¡Se puede saber que acaba de pasar!?

Narra Irina

Acababa de quedarme bloqueada en el aire como si fuese un globo, me había caído de rodillas al suelo, empecé a temblar, estaba muy asustada.

-A eso se le llama flotar, y empiezas pronto y mal. -una voz masculina salió de la esquina de la habitación.

Reconocí aquella voz, era la misma que me había hablado cuando estaba en aquel oscuro vacío, giré la cabeza asustada y allí estaba, el mismo gato blanco que había en mi habitación cuando desperté.

-¿Eres tú quien ha dicho eso? -pregunté.

-¿Irina con quien hablas? -Ash me miró con cara de preocupación.

-Dile a la rubia que se calle y escúchame, padeces una mejora auditiva considerable, sientes tu cuerpo mas ligero, y ahora puedes volar... ¿verdad? -no dije nada, solo asentí. -Bien, eso quiere decir que estás empezando a tener instintos de noble...

-Irina, me estás asustando... -ash se acercó a mí.

-¡CALLATE MORTAL! ¡NO INTERRUMPAS A UN DIOS! -cuando el gato gritó, el cristal de la ventana se rompió, asustandonos a todas. -Uh... 7 años de mala suerte...

-¿¡Irina que coño está pasando!? -dijo Catarina asustada.

-¡OYE, ESO VALE DINERO! -grité.

-Vale, vale, ya lo arreglo... Pareces una humana en plena menstruación... -el gato flotó hacia la ventana y la tocó, esta volvió a la normalidad completamente.

-Menstrua... ¿Que? -intenté repetir.

-Nada. Volviendo al tema, el penúltimo noble ha muerto, solo quedas tú. -el gato flotó de vuelta y se sentó frente a mi.

-¿De qué me estás hablando? -pregunté.

-Repasemos, Irina. ¿El hecho de que seas la única en este sitio que puedas transformarte en una pantera de cuatro metros es porque...? -dejó la pregunta en el aire, para que yo contestara.

-Nunca me había parado a pensar en eso... -dije algo avergonzada.

-Nunca te habías parado a pensarlo... Claro... ¡PUES PIENSALO! -me dió un golpe en la cabeza y aparecieron mis orejas y mi cola. -¡Puede que no seas la única que tiene esto, pero eres la unica que se puede transformar en una puta pantera!

Flotó hacia Catarina y Elisabeth, y les dió un fuerte golpe en la cabeza, sus orejas y cola salieron repentinamente, dejándolas perplejas.

-¿Que cojones? -exclamó Catarina. -¿Tu también has notado como si te diesen una colleja?

-Si... -dijo Elisabeth frotándose la cabeza.

-La próxima vez podrías ser un poco más suave... -reclamé.

-Irina, ¿puedes ver a quien nos ha golpeado? -preguntó Elisabeth.

-¡PREMIO PARA LA RUBIA NÚMERO 2! Y decían que las rubias son las más tontas... Aunque de esa de ahí puedo confirmarlo... -señaló a Ash.

-¡EH! ¡UN RESPETO DIOS DE PACOTILLA, ESTÁS HABLANDO DE MI NOVIA! -me puse de pié y encaré al gato.

-Ah... Siento que te haya tocado una tonta... -fingió estar apenado.

-¡ERES GATO MUERTO! -grité.

El gato salió volando y yo fui tras él, corriendo por los pasillos, la cafetería, el laboratorio...

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