Narra Irina
La madre de Ash se acercó a mi con una cosa puntiaguda, me asusté y sin darme cuenta subí al techo clavando las uñas en la pared.
-¡Aleja eso de mí!- grité.
-Irina, la doctora necesita tu sangre.-justificó Catarina.
-¡Me da igual! ¡Dale la tuya!- grité.
-Pero la de Catarina no sirve, ha de ser la tuya.- explicó Elisabeth mientras se levantaba.
-¿¡Porque la mia!?- grité con lágrimas a punto de caer.
-Porque eres especial.- comentó la madre de Ash.
-¡Si, soy un monstruo!- finalmente las lágrimas cedieron.
-No eres un monstruo Irina, ya dije que no era posible que un monstruo me hubiese salvado la vida, eres única. Eres perfecta.- dijo Ash.
Me descolge del techo y fui corriendo hacia Ash, la abracé llorando, ella rodeó mi cabeza con sus brazos presionandome contra su pecho.
-¿Dejarás que te saquemos sangre?- preguntó.
No dije nada, solo asentí.
Narra Ash
Despues del incidente que tubimos con Irina, dejó que mi madre le sacase sangre, aun que no quiso despegarse de mi.
Se quedó dormida sobre mis piernas al minuto de sentarnos en el sofá, cuando terminamos de hablar, la cargué en brazos y la llevé a mi habitación, la recosté sobre mi cama y me tumbe a su lado.
Susurraba alguna que otra palabra en ruso, pero no llevaba el traductor y no pude entenderla.
Cuando alcé la vista, pude apreciar en el reloj que llevaba mas de 1 hora mirando como dormia, decidí darme un baño mientras ella seguía dormida.
Narra Irina
Desperté en una habitación que no era la mía, no supe que hacer y lo último que recordaba era estar recostada sobre las piernas de Ash.
Pasé un rato mirando la pared hasta que escuché una puerta abrirse, Ash salió y yo me hice la dormida.
Entreabrí un ojo para verla, y ahí estaba, desnuda frente al armario, decidiendo que ponerse. Mis mejillas ardían y no podía dejar de mirar el espectacular cuerpo de Ash, mis orejas y cola salieron de su escondite.
Cuando terminó de vestirse, se dirigió hacia mi, se tumbó a mi lado y empezó a acariciar mis orejas, haciendo que me estremeciera.
Me sentía rara y muy calurosa, pero Ash seguía jugando con mis orejas, soltando alguna que otra risa a las reacciones que me probocaba.
Decidí que si ella jugaba con mis orejas, yo jugaría con ella. Y así lo hice, seguía haciendome la dormida, pero "accidentalmente" mi cola pasó entre sus piernas varias veces, haciendo que tubiese algún que otro sobresalto al notarla allí.
Ash siguió acariciando mis orejas, pero esta vez más suavemente, parecía que se habia cansado de jugar, pero era mi turno y no dejaria que escapase fácilmente.
Logré abrazarme a ella y acurrucarme, undiendo mi cara en sus pechos. La mordí, haciendo ver que estaba soñando con comida, se sacudió al notar mis dientes en uno de sus senos, pero no parecía desagradarle.
Rodeó mi cabeza con sus brazos, apretandome más junto a ella, pude oler su perfume de lavanda otra vez, pero no me puse triste, me sentía extraña, era una sensación entre seguridad y dolor de estómago.
Nos quedamos en aquella postura hasta que me quedé dormida.
Narra Ash
Despues de que Irina mordiese mis pechos la abracé, sabia que no estaba dormida pero no quería fastidiar el momento, pasamos media hora así hasta que me di cuenta de que ahora estaba dormida de verdad, retiré su cabeza de mi e intenté levantarme, pero seguía abrazada y no parecía querer soltarme.
Volví a recostar su cabeza contra mi pecho y la dejé dormir, hasta que me quedé dormida yo también.
Una repentina luz me despertó, abrí los ojos y pude ver a una Catarina borrosa, haciendonos fotos a mi y a Irina dormidas.
-¿Que estas haciendo?- pregunté, antes de comprobar si Irina seguía dormida.
-No he podido evitarlo, estáis tan monas.- dijo apuntandonos con la cámara nuevamente.
-¿Que quieres?- dije fría.
-Tu madre te llama, solo a ti.- apareció Elisabeth apoyada en el marco de la puerta.
-Ya voy, solo necesito un segundo para...- antes de terminar la frase, Elisabeth me interrumpió.
-¿Hacer que Irina se despegue de ti?- dijo ella.
-Si...
-Si quieres hago de reemplazo.- sugirió Catarina.
-Ni lo sueñes.- dijimos Elisabeth y yo al unísono.
Le intercambie a Irina mi cuerpo por una almohada que me pasó Catarina, despues de echarle un poco de mi perfume.
-¿Para que has hecho eso?- le pregunté.
-¿Crees que no se daría cuenta del olor que emite la almohada al de tu cuerpo?- dijo mientras me miraba con una media sonrisa.
-Yo...- no se me ocurría ningúna contradicción, ya que lo que decia era cierto.- Bien pensado.
-Porcierto, ¿quieres alguna copia de las fotos que os he hecho?- preguntó enseñandome las fotos.
En todas estaba preciosa pero había una en especial que me llamó la atención, básicamente yo estaba abrazándola por los hombros mientras ella me abrazaba a mi de la cintura, sonriendo.

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Hibridos
Fantasía♡[Historia con contenido Girl×Girl]♡ ♡Si no es de tu agrado; no lo leas. ♡ El amor lo puede todo, y esto es lo que tendrán que demostrar Irina y Astrid, una mujer pantera y una científica recién licenciada. ¿Las acompañarás en su aventura?