Capitulo 34

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Narra Ash

Escuché atenta como Irina me contaba toda la historia sobre su madre, hacía largas pausas, aguantando las ganas de llorar, aunque varias lágrimas se le habían escapado durante el relato, cuando terminó, no pude hacer nada, no me salió ninguna palabra.

Solo podía pensar en todo lo que había sufrido, y sin embargo, tenía una sonrisa dibujada en el rostro cada día. 

Me abalancé sobre ella y la abracé, quería que supiese que estaba allí, que podía contar conmigo, que nunca la iba a traicionar.

Irina sin perder un segundo comenzó a llorar desconsoladamente, chillaba y se abrazaba a mi fuertemente, escondiendo su cabeza en el hueco de mi cuello.

Pasamos así varios minutos hasta que su respiracion se calmó, pero su llanto no cesaba. Me tumbe en la cama con ella encima y la apoyé sobre mi pecho, acariciando su cabello para relajarla.

Pocos minutos más tarde Irina se durmió, me levanté y la tapé con una manta, pude vestirme y salir de la habitación sin hacer apenas ruido. Fuí al despacho de mi madre, que ahora se había convertido en el de mi padre, se me habia ocurrido una idea que a lo mejor la hacía feliz.

Llamé a la puerta y enseguida abrió mi padre dándome un gran abrazo, levantándome del suelo.

-¡Me alegro de que estés bien mi niña! Me han contado una historia tan rara sobre dos monstruos que se han peleado esta mañana en el patio y alguien habia salido herido... -dijo soltandome del abrazo. -Pensé que te podría haber pasado algo... 

-Lo cierto es que si ha pasado... -esquivé su mirada.

-¿Pero vosotras estáis bien? -me agarró de los hombros y me obligó a mirarle a los ojos.

-Yo si, pero Irina estaba herida despues de la pelea... Tuve que operarla de urgencia con la ayuda de Catarina y Elisabeth. Ahora está bien pero muy... Deprimida. -me adentré en la sala.

-¿Deprimida? ¿En que sentido? -mi padre cerró la puerta y se sentó en el sofá.

-Aquella cosa con la que peleó, le hizo desenterrar recuerdos que ya había olvidado. -me senté junto a el. -Ha estado llorando un buen rato hasta quedarse dormida.

-¿Te ha contado algo de lo que recuerda? A lo mejor eso le ayuda a superarlo...

Asentí y comencé a explicarle a mi padre todo lo que Irina me habia contado sobre su pasado, mi padre no hacía más que guardar silencio.

Cuando terminé de contar todo el relato exactamente igual a como me lo había explicado Irina, mi padre tenia una expresión de horror en el rostro, la misma que puse yo cuando ella me lo contó.

-Perdón. -dijo limpiando varias lágrimas que le caían de los ojos. -Pero no se me ocurre como poder ayudarte con eso.

Se levantó a por un vaso y una jarra de agua, las puso en la mesa del café y vertió un poco de agua en el vaso.

-No pasa nada papá, en realidad venía a pedirte un favor. -dije algo sonrojada.

-Sabes que por mi niña lo que sea, ¿de que se trata? -preguntó mirándome a los ojos.

-Pues... -las palabras no lograban salir de mi boca.

Me avergonzaba tanto la idea, pero si era por Irina estaba dispuesta a hacer cualquier cosa.

-Quiero que Irina vaya al instituto. -mi padre estaba bebiendo el agua cuando logré decirlo.

Como las balas de una metralleta, el agua salió disparada de la boca de mi padre, provocando que se atragantase.

Se calmó un momento, respiró profundamente y puso aquella cara tan seria que tenía de : "Estoy repasando tu propuesta."

Pasó unos minutos pensando y se le dibujó una sonrisa, creo que ya sabía la respuesta.

-Está bien. -me iba a lanzar para abrazarle, pero antes de poder hacerlo, continuó. -Pero Irina no será la única.

-¿Eh?

-Catarina, Elisabeth y Tú iréis con ella. -dijo riéndose.

-¿¡QUEEE!? - dijeron las dos al unísono, entrando por la puerta.

-¿¡Otra vez espiando!? -grité.

-¡Ha sido Elisabeth, ella me ha obligado! -señaló a la rubia.

-¡Cállate, eso no es verdad! -dijo la rubia algo sonrojada.

-¡Eli! ¡Vamos a ir al instituto! -gritó la pelirroja cogiendola de las manos.

Mi padre y yo veíamos la escena y nos reíamos, parecian realmente ilusionadas por empezar a estudiar, sólo faltaba darle la noticia a Irina.


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