Capitulo 30

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Narra Irina

Ese estúpido gato había insultado a Ash, y de una cosa estaba segura; no iba a salir con vida de esta.

Llevaba corriendo tras él unos cuantos minutos, me había recorrido el centro una o dos veces cuando me tropecé con mi propio pié y comencé a flotar antes de caer al suelo, no había olvidado mi objetivo principal, que ahora estaba bastante mas cerca gracias a que podía volar.

-¿Te das cuenta de que estás volando? -giró para verme.

-¿TE DAS CUENTA DE QUE ESTÁS MUERTO? -grité furiosa.

-¡Eso habrá que verlo!

Llegamos al patio frontal y se detuvo en seco, cosa que yo también hice, todo el mundo se había reunido en la entrada principal, tenía razón, mi oído habia mejorado a tal punto que podía escuchar los susurros de la gente en la puerta, eran tales como: ¿Está Loca? o ¿La reina puede volar?.

-Vamos, ¿no decías que me ibas a matar? -una luz salió de su cuerpo, cegándome.

Cuando volví a abrir los ojos el gato se habia transformado, ahora era una pantera blanca, muy parecida a mi forma.

-¡Ataca! -tenía una sonrisa dibujada en el rostro, parecía que esto le divertía.

Me transformé y corrí hacia el para asestarle un golpe con mi garra, pero antes de poder tocarle lo esquivó. Volví a intentarlo una y otra vez, pero era imposible, parecía predecir mis movimientos.

-¿¡Puedes leer la mente!? -grité.

El solo se rió, confirmando así mis sospechas. Cada golpe que intentaba darle chocaba contra el aire, empecé a frustrarme y mis golpes se volvían más torpes así que me retiré un par de metros de él y volví a mi forma humana.

-¿Porqué paras? -preguntó.

Hice caso omiso a su pregunta y corrí hacia él para atacar, esta vez mi puño logró alcanzarlo y golpeé fuertemente, haciendo que chocase con la pared. No parecía conocer el estilo de lucha humano, algo que iba a aprovechar sin ninguna duda.

-¡PUTAAA! -salió de los escombros directo hacia mí e intentó golpearme.

Esquivé su zarpazo saltando en el aire, caí detrás de él y me agarré al pelaje de su espalda, intentó hacer que me bajara de allí, pero floté y empecé a girar, tras dar varias vueltas lo lancé contra un árbol, arrancando este del sitio.

El gato se levantó algo cansado y alteró su forma volviéndose exactamente igual a mí, corrió hacia mi posición para seguir peleando, seguí el juego y corrí hacia el, pero justo antes de poder golpearle cambió de forma de nuevo, copió la imagen de Ash.

Mi cuerpo se petrificó, en unos segundos, pude ver como la única persona a la que habia amado, atravesaba mi vientre desnudo con una mano.

-¡IRINAAAA! -unos gritos me devolvieron a la realidad, Ash estaba frente a la multitud, llorando y gritando mi nombre.

-Que se siente, ¿al ver como tu novia te atraviesa con sus propias manos? -dijo el gato volviendo a alterar su forma.

Puse mi frente contra la suya, mi mano encontró su cuello, blando, suave, frágil. Clavé mis garras en él, sin ningún remordimiento ahora, dejando que saliera un río de sangre y bajara por nuestros cuerpos desnudos.

-Duele. -respondí victoriosa.

-¿Tanto como cuando tu difunta madre te traicionó? -no podía verle la cara, pero seguro que tenía una sonrisa dibujada en el rostro.

-¿Mi madre ha...? -no pude terminar la frase, las palabras simplemente no salieron.

Deje de apretar su cuello, un recuerdo aparentemente muerto volvió a mi, golpeándome en el pecho y dandome nauseas.

Un halo de luz apareció, haciendo que cerrase los ojos, cuando volví a abrirlos, ya no estaba, habia quedado sola, en medio del patio frontal, con todos los espectadores que habían presenciado la batalla en la puerta, mirándome atónitos.

Caí sobre mis rodillas, mi pecho ardía y mis ojos lloraban descontroladamente, tenía ganas de gritar, patalear, golpear a alguien...

-¡IRINA! -la voz de Ash me sacó de mis pensamientos.

Ash corrió hacia mí con una manta, me envolvió en ella y me cargó en brazos, la luz volvió a ponerse tenue y quedé dormida, nuevamente.

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