Capitulo 25

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Narra Ash

Después de lo que fue una hora tomando un chocolate caliente y conversando con Sofía, la dueña de la cafetería, se escuchó el sonido de un helicóptero y entró mi padre alarmado, se lanzó a mi y me abrazó.

-¿Estás bien? ¿No estás herida? ¿Te han hecho algo? -dijo mi padre agarrandome de los hombros.

-Si, estoy bien. No, no estoy herida. Y no me han hecho nada. -estaba acostumbrada a las triples preguntas.

-Bien, ¿Has comido? ¿Te duele algo? ¿Como está ella? -seguíamos de tres en tres.

-No, no he comido.

-¿¡QUE!? -me interrumpió. - ¿¡Como que no has comido!?

-¡Calmate! Te pareces a la abuela. -dije riendo. -No he comido porque no tenía hambre. No me duele nada y Irina está arriba durmiendo.

-Vale, vale. Dame unos momentos que me calme. -se puso una mano en el pecho y respiró profundamente. -Que te parece si vas a buscar a Irina y nos vamos? Yo le iré pagando a la señora por la estancia y el consumo.

-Me parece bien, enseguida vuelvo.

Se podía escuchar como Sofía y papá discutían, ella no quería nada por haber cuidado de nosotras y mi padre se negaba a dejar las cosas como estaban. Entretanto yo subía las escaleras hasta el ático, abrí la puerta y ahí no había nadie. Tan solo una ventana abierta, una especie de granada de gas y una escalera de madera por la parte exterior de la ventana. ¿Lo primero que me vino a la cabeza? Han secuestrado a Irina.

Bajé corriendo las escaleras todo lo rápido que pude, con lágrimas rodando por mis mejillas me dirigí hasta mi padre, que seguía discutiendo con Sofía.

-¡Han secuestrado a Irina! -fué lo primero que salió de mi boca.

Mi padre me abrazó, tratando de calmarme.

-Creo que se quien puede haberla secuestrado... Vamos. -mi padre se dirigió hasta el helicóptero en el que había llegado y fuimos de vuelta a los laboratorios.

Narra Irina

Desperté atada a una silla en el despacho de la madre de Ash... Lo ultimo que recuerdo es como se abría la ventana y lanzaban algo en medio de la habitación, algo que desprendía gas y un olor bastante desagradable. Comencé a ver medio borroso y caí al suelo, intentaba levantarme, pero una persona entró por la ventana, llevaba una mascara algo extraña y me cargó, a partir de ahí no recuerdo nada más.

-¿Ya te has despertado? -reconocía esa voz, era la madre de Ash sin duda.

-¿Que hago aquí? -pregunté como pude.

-Vas a cambiar el mundo, y a hacerme rica por supuesto. -dijo entre risas.

-¿Que va a hacer conmigo? -intenté zafarme de los agarres, pero era imposible en el estado en el que me encontraba.

-Vamos, dejemos las preguntas para otro momento, empecemos con algunos cortes. -se acercó a mi y comenzó a hacer largos y profundos cortes en mi brazo con un bisturí.

Grité de dolor, pero no pareció importarle, ya que siguió cortando desde mi hombro hasta mi muñeca. A los pocos segundos comenzó a regenerarse.

-Fascinante... -anotó algo en una libreta.

Siguió contándome, esta vez se decidió por los dedos, comenzó a cortar uno por uno, observando como se regeneraban.

-Tengo una pregunta, si te corto un dedo... ¿volverá a crecer?

-¿¡QUE!? -comenzó a cortar mi dedo índice, lentamente.

Grité y pataleé todo lo que pude, pero igualmente ella seguía cortando. Topó con el hueso, y cambió de utensilio, esta vez usó una sierra. Lloraba de rabia, impotencia y dolor, aquella tortura aparentaba no terminar nunca.

-No llores Irina, estamos cambiando el mundo gracias a ti... Imagina un mundo sin muerte... Sin enfermedades ni dolor... No sería... -clavó un bisturí en mi pierna, justo en la separación de la rodilla y la tibia. -¿Fantástico?

-¡Sin dolor una mierda! -grité enfurecida.

-¡Oh vamos! No seas tan agresiva... Sabes que no te puedes transformar, si no ya tendria la cabeza separada del cuerpo... ¿Verdad? -sonrió macabramente, como si le gustase hacer daño a otras personas...

Me quedé callada, tenia razón... Estaba demasiado débil como para poder moverme siquiera...

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