Capitulo 43

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Narra Irina

El chico se sentó en un trono y a su lado se sentó la chica conejo, yo mientras,  seguía en la gloria de los pechos de Ash, y de ahi no me movería nadie.

-Por favor, toma asiento querida. -apareció una silla delante del trono del chico.

-Con permiso. -dijo Ash antes de sentarse.

-Verás Irina, no te hemos llamado aqui para tener una charla de amigos. -habló porfin la chica.

-Me lo imaginaba, sobretodo por el hecho de que no os conozco, ni siquiera me habeis dicho vuestros nombres. -asomé la cabeza por el escote de Ash.

-Cierto, permiteme presentarnos. -se levantó el muchacho del trono. -Yo soy Deian y ella es Marian, somos los dioses a cargo de los animales.

-¿Y el que falta? -señalé el tercer trono a su derecha.

-Muerto, alguien a quien no quiero señalar lo mató. -dijo señalandome.

-Creo que eso es sarcasmo. -comentó Ash.

-Llamame loca, pero yo también lo creo. -susurré.

-No te entiende. -dijo Deian rápidamente.

-¿¡Porqué!?

-Porque estas en forma de gato. -comentó Marian. -Vuelve a tu forma normal.

-¿¡Y COMO SE HACE ESO!? -grité.

Deian me sacó de entre los pechos de Ash y me dejó en el suelo, fue bonito mientras duró.

-Imaginate a ti, en tu forma humana. -empezó. -Ahora, intenta transmitir ese pensamiento a todo tu cuerpo.

Me costó un par de minutos, pero logré volver a ser yo misma, aunque estaba desnuda.

-¿¡PERO TE HAS IMAGINADO CON ROPA!? -gritó Marian.

Corrió hacia mi y con un par de toques en mi hombro y caderas apareció ropa de la nada, ahora llevaba una camiseta de tirantes blanca, dejando ver mi ombligo, unos pantalones de mezclilla negros y unas zapatillas de deporte.

-Eres como un hada madrina. -comenté.

-Muy graciosa, pero el tema es serio. -volvió a sentarse. -Estas a punto de convertirte en un Dios, ¿sabes lo que eso significa?

-No. -saqué mi más pura sonrisa.

Deian empezó a reír, mientras a Marian parecía salirle humo de la cabeza.

-Tenemos que explicarte muchas cosas, pero supongo que hay tiempo para ello. -dijo el. -Tienes toda una eternidad por delante.

Me guiñó un ojo y volvió a aparecer la puerta tras nosotras, dejándonos justamente en el mismo lugar donde nos encontramos.

-Por cierto, quizás empieces a sufrir algunos cambios, como por ejemplo escuchar a los animales o estornudar y convertirte en alguno. -comentó Deian. -Tu siempre relájate y no pierdas los nervios.

-Siento lo que le hice a vuestro amigo.

-No te preocupes, Liam era insoportable, además, ahora está con gente como él. -dijo riendo.

-¿Que quieres decir? -pregunté.

-Mira y lo verás. -me ofreció una placa de vidrio.

En ella se podían ver varios peces en el fondo del mar, me señaló uno en especial.

-Ese es Liam, es un merluzo. -rió.

No pude aguantar la risa, la puerta desapareció y volví a donde estaba Ash, llevaba la ropa que había olvidado en la mano.

-¿Nos vamos? -preguntó la rubia.

-Si... ¿A que hora habíamos quedado con tu padre? -pregunté.

-A las 9. -dijo mirando el reloj. -Son las 8, aun tenemos tiempo para desayunar, ¿te apetece?

-¡Manzanas, manzanas! -dije saltando.

Ash me miró con una sonrisa y pasó su brazo por mi hombro, envolviendome en un abrazo.

-¿Y eso? -le pregunté acerca del abrazo.

-¿No puedo abrazar al amor de mi vida? -dijo mirándome a los ojos.

Me sonrojé, ¿que clase de pregunta era esa? Claro que podía abrazarme, pero que lo hiciese tan repentinamente me pareció extraño, Ash no era de las personas a las que les gustaba mostrar su afecto en público, prefería reservarlo para la intimidad.

-Claro que puedes... -dije mirando a otro lado. 

Me apegue a ella y empezamos a caminar, cuando llegamos al comedor encontramos a Elisabeth y Catarina desayunando con Alexey, estaban armando mucho escándalo, pero dado que no habia nadie en el comedor a esa hora no les llamaron la atención, nos sentamos con ellos y conversamos hasta que faltaron cinco minutos para las nueve.


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