Capitulo 21

2.7K 227 15
                                    

Narra Irina

Estaba en el gimnasio jugando, cuando Ash llega corriendo y se dirigió hacia mí, con una sombra de temor en sus ojos.

-Irina ven conmigo. -dijo intentando recobrar el aliento.

Me agarró del antebrazo y comenzamos a correr por el pasillo, detrás nuestro había guardias de seguridad persiguiéndonos.

-¿¡Que está pasando!? -dije alarmada.

-¡Calla y corre! -gritó.

Llegamos a nuestra habitación, donde nos encerramos, detrás de la puerta se escuchaban los gritos de los guardias, diciéndonos que abrieramos. Ash agarró una maleta y comenzó a meter todo tipo de cosas que había en un cajón secreto de su armario.

-Mete toda la ropa que puedas, te prometo que luego te explico que esta pasando. -me dió la maleta y comencé a meter toda la ropa de invierno que pude.

Junté toda la ropa que pude en la maleta, mientras ella abrió la ventana, fuera estaba nevando, por lo que hacía frío.

Se puso un abrigo cálido y me paso otro a mi, me pidió que saltara, cosa que hice sin preguntar.

Tuvimos suerte de que en el suelo había varias capas de nieve que amortiguaron nuestra caída, pues la habitación estaba en el primer piso.

En cuanto nos levantamos salimos corriendo hacia la entrada, saltamos la valla y volvimos a correr hasta que se hizo de noche.

-Creo que ya estamos más o menos a salvo. -dijo jadeando, con las manos en sus rodillas.

-¿Me vas a explicar ya que ha pasado? -yo no estaba cansada, aunque había llevado todo el camino la maleta con la ropa.

-Mi madre quiere hacer pruebas contigo. -dijo por fin.

-¿Eso que significa? -pregunté confundida.

-Quiere torturarte hasta encontrar como hacer a otras personas inmortales, como tú. -volvió a poner una postura normal. -Eso significa.

-¿Inmortales? ¿Que quiere decir? - estaba demasiado confundida, no sabía a qué se refería Ash.

-¡QUE NO PUEDES MORIR NUNCA! -dijo entre lágrimas.

-¡Ahí están! -una voz a lo lejos me alarmó.

-¡CORRE! -me agarró por la muñeca y comenzamos a correr.

Teníamos a los guardias pisandonos los talones, corrimos por lo menos diez minutos más, hasta que nos emboscaron en un barranco. No podíamos saltar, el otro lado estaba demasiado lejos, y como era de noche no se veía el fondo, estábamos atrapadas.

-¡Entrega al espécimen, Astrid! -dijo uno de los guardias apuntandonos con un arma.

-¡Antes muerta! -gritó Ash.

-No tienes escapatoria, estáis rodeadas. - volvió a hablar el mismo hombre.

Los hombres se acercaban lentamente, Ash dio un paso hacia atrás, pero no había suelo y cayó al vacío.

No tuve tiempo de pensar, cuando quise darme cuenta, estaba transformada e iba saltando de pared en pared, viendo como Ash caía.

Llegué al fondo unos segundos antes que ella y salté.

Recogí su desmayado cuerpo mientras caía, me di el suficiente impulso como para llegar al otro lado del barranco.

Llevaba a Ash con una pata, mientras las otras tres corrían lo más rápido posible, alejándonos de los guardias, que nos disparaban.

Una de las balas me atravesó, clavándose en mi espalda y haciéndome caer sobre la fría nieve.

Volví a levantarme a pesar del dolor, si no continuaba, Ash moriría de frío allí mismo, el ritmo al que corría descendió tanto que no pude hacer más que caminar, comenzaba a ver borroso y mi cuerpo se zarandeaba, me resultó extraño que la herida no se hubiese cerrado ya, normalmente pasaban dos o tres segundos y volvía a regenerarse.

Pude divisar a lo lejos unas montañas con cuevas, pensé que eran perfectas para que Ash pudiera descansar.

Me adentre en ellas y dejé la maleta en el suelo, que había viajado todo el rato encima de Ash, la envolví con mi cuerpo, impidiendo que el frío tocase su cuerpo.

Después, el mundo simplemente se oscureció.






HibridosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora