Cuando ponga _ es tu inicial.
—–Camila POV
Por más increíble que parezca, me armé de valor e invitaría a salir a la chica más popular. En la universidad. Sí: incluso aquí pasa que hay un chico y una chica muy popular. Bueno, todavía más impresionante: el chico más popular resulta ser gay... sí, increíble. Muchos decían que _____ también lo era, pero siempre la veíamos rodeada de chicos. A ella realmente no parecía importarle y se daba el tiempo de charlar con todos los que se le cruzaban enfrente. Era bastante amable.
Ella tenía sus días buenos, de esos en los que era un amor de persona e incluso llevaba dulces y nos los regalaba, pero también había días en los que absolutamente era un demonio andando y mejor nos hacíamos para atrás.
Sí, probablemente se preguntarán qué es lo que más me llamó la atención de ella... bueno, estamos en la universidad de artes, así que todos aquí éramos músicos o pintores. Ella era ambos. De alguna manera está llevando las dos carreras al mismo tiempo. No tengo idea de cómo lo hace si yo muy apenas puedo con música. En realidad yo aquí era una persona que no se notaba mucho, pero tampoco era que no me conocieran. Prefería solo quedarme con mi grupo de personas conocidas, pero de vez en cuando se me acercaba gente que desconocía solo para saludarme.
Así que aquí estaba yo, esperándola afuera de su salón. Faltaban 2 minutos para que sonara el timbre que indicaba el final de su clase. Ella tenía clase de pintura avanzada. Me puse a tontear mientras tanto en mi teléfono. Estaba vagando en twitter cuando escuché que timbró. Como estampida, todos los alumnos salieron disparados, y es que era la hora del almuerzo.
Noté que _____ no iba entre la bola de estudiantes, así que me asomé adentro y ahí estaba ella con un chico. No pareció notar mi presencia, así que entré de lleno en la habitación y me quedé cerca de la puerta.
—Landon, voy a necesitar que te tranquilices —dijo ella preocupada—. No a todos les sale la técnica inmediatamente.
—Llevo un mes intentado y nada funciona —dijo él sorbiendo su nariz.
_____ suspiró.
—Sí, es cierto —comentó—, pero necesitas seguir intentando. ¿Te cuento un secreto?
Él asintió.
—Tardé dos meses hasta que finalmente me salió como es debido —contestó ella—. Pintar solo a escala de grises es complicado; sobre todo porque si te equivocas, es muy difícil corregirlo.
—¿Podrías enseñarme? —preguntó sonriendo tímidamente.
—Seguro —contestó ella sonriendo—. Podemos vernos en la noche.
—¿Puedo almorzar contigo? —preguntó el chico. Ella asintió.
—¿Que dices, Camila? —preguntó _____ volteando a verme—. ¿Almuerzas también con nosotros?
Mierda. Mierda. Mierda. Me acerqué despacio hacia ella.
—En realidad... —dije tímida.
—Lo tomaré como un sí —contestó ella asintiendo. Sonrió de lado.
—Necesito hablar contigo un momento —dije recuperando la compostura. Ella alzó las cejas.
—De acuerdo —dijo asintiendo. Se volteó hacia Landon—. Lo siento Don, tendrá que ser en otra ocasión.
Él suspiró, pero asintió.
—Nos vemos _ —dijo mientras se dirigía hacia la puerta.
—Hasta luego —contestó _____.
Esperó a que Landon se fuera para hablar conmigo.
—Toma asiento, Mila —dijo señalando una silla frente a ella.
—¿Cómo es que...? —me interrumpió.
—¿Sé tu nombre? —preguntó alzando una ceja.
—Sí —contesté.
—Mi trabajo es saberlo —dijo guiñándome un ojo.
Inmediatamente me sonrojé.
—¿Qué sucede?
—Yo... bueno, quería... —comencé.
—¿Si? —preguntó frunciendo el ceño.
—¿Te gustaría salir conmigo? —solté rápido. Ella rió ligeramente.
—Mila, tranquila —dijo sonriendo—. No muerdo, ¿puedes hablar más despacio?
Tragué en seco. Asentí.
—¿Te gustaría salir conmigo? —pregunté más despacio.
Ella alzó sus cejas.
—¿Te refieres a una cita o solo una salida casual? —preguntó ladeando su cabeza.
—Una cita —respondí—. Es decir, si eso está bien para ti. —agregué rápidamente.
—Claro —contestó sonriendo.
—Pensé que no te gustaban las chicas —comenté tímida.
—En realidad no me gustan —contestó. Mi cara cayó—, pero me gusta una chica.
Suspiré.
—Entiendo —dije—. ¿Puedo saber quién es?
—Estoy segura de que la conoces —comentó.
—¿Sí? —pregunté. Ella asintió—. ¿Cómo se llama?
—Camila Cabello —respondió casual.
Mi cara debía ser todo un poema en este momento. Ella rió.
—Vamos Mila, eres muy bonita y, por muy acosador que parezca, te he espiado un par de veces mientras estás en tu clase de instrumento principal —dijo—. Me encanta la manera en la que cantas —sonrió amplio.
—Gracias —me las arreglé para decir.
—¿Tienes clases después del almuerzo? —preguntó. Negué—. Yo tampoco. ¿Quieres tener una cita conmigo hoy?
—Wow... eso sería asombroso —contesté.
—Vámonos, yo invito —dijo guiñando un ojo.
Me extendió su mano y, sin pensarlo dos veces, la tomé. Aproveché para entrelazar nuestros dedos.
¿Adivinen? Eventualmente salimos y hoy, justo el día después de nuestra graduación, decidimos casarnos por el civil.
______, si ves esto: te amo.
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