Lou - Camila

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Forgive me father for I have sinned.

___ POV

¿Qué pasaría si su padre celestial y el rey del infierno supieran de nuestro encuentro? Sí: ella un ángel. Yo un demonio. Sus blancas alas, su hermosa aureola, su piel clara. Mis alas rojas, mis cuernos medianos... mi piel morena.

¿Qué me hace diferente de los demás demonios? ¿Qué la hace diferente de todos los ángeles?

Ella es la hija de Dios. Yo soy la hija de Satán.

Por irónico que parezca, soy completamente inofensiva. En lugar de hacer el mal y recoger almas como debería hacerlo, me la paso salvando humanos y corrigiendo sus errores. Mi padre me ama. Él me acepta con todo y mi bondad.

El día estaba particularmente soleado... ¡Los días soleados son lo mejor! Es el clima perfecto para nosotros los demonios. Una de esas tantas veces en las que sobrevolaba la ciudad, encontré a un niño en aprietos: estaba a punto de caer por una ventana. Volé hacia arriba un poco y luego me dejé caer en picada hacia el pequeño. Lo atrapé antes de que tocara el suelo. Apenas lo puse sobre sus pies, algo me tacleó muy fuerte y voló muy alto, llevándome arriba en el proceso.

Me era imposible moverme o defenderme: mis alas y mis brazos estaban pegados a mi cuerpo por una cuerda azul que brillaba. Me encendí en llamas, pero no logré deshacerme de la atadura o del Ser que me cargaba en sus brazos; del Ser causante de este viaje involuntario.

Después de lo que parecieron horas, me soltó y caí unos metros hasta topar con una superficie áspera y dura. Ouch. Como pude me arrodillé y analicé mi cuerpo: todo estaba en orden... menos el hecho de que seguía inmóvil.

Un objeto comenzó a tapar el sol que caía sobre mí. Opté por mirar hacia arriba y vi descendiendo al ángel más hermoso que había visto jamás. Oigan, ue sea un demonio no quiere decir que no pueda enamorarme o gustar de alguien.

—Tienes prohibido acercarte a los humanos... a los niños —soltó apenas sus pies tocaron el suelo.

—Tienes prohibido hablarle a un demonio —ataqué alzando una ceja.

—Yo tengo ciertos privilegios —dijo a la defensiva.

—¡Qué coincidencia! —dije dramáticamente—. Yo también.

Alzó las cejas en sorpresa.

—Tú eres... —comenzó la oración, como no queriendo decir mi nombre.

—¿Te da miedo pronunciar mi nombre, ángel inofensivo? —pregunté, provocándola.

Fue una mala idea, puesto que la cuerda a mi alrededor se apretó un poco.

—Si sabes lo que te conviene, te quedarás callada, _____ Hart —soltó divertida al notar la mueca que hice al sentirme más amarrada.

—Muy bien, Camila Cabello —comencé—, pero dime... ¿Cuál es mi crimen? La regla es que nosotros no los molestamos y ustedes no nos molestan. Cada quien hace su trabajo libremente.

Sí: yo sí la conocía. Conocía su físico mucho antes de éste encuentro.

—Te acercaste a un humano, a un niño... a un Ser puro —recitó, como de memoria.

—Por si no lo notaste, salvé a ese niño, ángel —dije frunciendo el ceño.

—Aún así rompiste la regla —dijo enojada.

Suspiré.

—Camila, solo suéltame. Tengo trabajo que hacer —dije rodando los ojos.

Su turno de alzar una ceja. Cruzóse de brazos.

—¿Si? —preguntó divertida—. ¿Y qué trabajo es ese?

—Salvar humanos —solté obvia.

Se quedó mirándome un momento y luego soltó una risa bastante contagiosa y hermosa.

—¿Dije algo gracioso? —pregunté encendiendo ligeramente una llama entre mis cuernos, símbolo de molestia y amenaza.

—Un demonio salvando humanos... —comentó divertida—. Conmovedor y falso.

—¿O acaso me viste dejar caer al niño? —cuestioné, encendiendo más la llama entre mis cuernos.

Lo pensó por un momento.

—¿Por qué lo hiciste? —preguntó curiosa—. Tu trabajo es llevarte almas, no dejarlas vivir.

—Es un niño —solté—. ¿Qué clase de demonio me crees?

—¿La clase de demonio que es hija de Deamon Hart, es decir, el mismísimo Satán? —preguntó de regreso.

—No soy esa clase de demonio. Al contrario de mi padre, mantengo seguros a los humanos y salvo a los que lo merezcan —contesté harta de todo esto.

Se quedó en silencio, viéndome directo a los ojos. Su mirada era tranquila, era pura. La llama entre mis cuernos comenzó a apagarse. Ella me tranquilizaba.

—Solo por favor déjame ir —dije más tranquila—. Sabes que no podemos convivir... no quiero causarte problemas con Alejandro —me pausé—. Además, no hice absolutamente nada malo.

Pensándolo un poco y suspirando, trono los dedos y la cuerda que me aprisionaba desapareció.

Me puse de pie torpemente y sacudí un poco mi short negro hasta las rodillas rasgado y mi blusa gris sin mangas.

—Entonces es cierto —dijo después de un rato.

Oh... pensé que ella ya había volado lejos. La miré curiosa.

—Que Deamon tiene una hija que debió ser ángel —dijo contestando mi pregunta silenciosa.

—Esto es lo que soy, Ser Celestial —dije haciendo una pequeña reverencia.

—Hablaré con mi padre, quizá te acep... —la interrumpí.

—Estoy genial haciendo el bien en secreto sin nada a cambio —solté.

Miré hacia arriba. Solté un suspiro.

—Camila —asentí.

Antes de que ella pudiera decir cualquier cosa, rápidamente me agaché para tomar impulso, salté y volé tan alto como pude. Una vez que perdí de vista el suelo, volé rápido de regreso a mi reino.

———

Para los que no entendieron la razón del título, Lou es un personaje de Guitar Hero III: Legends of Rock. Él vendría siendo el Diablo. Me gusta usar metáforas y personificaciones haha

Habrá parte dos(:

Imaginas & One-shots de Fifth HarmonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora