Inmortalidad - 5H + Camila

2.3K 154 12
                                    

___ POV

—¿Crees que es posible morir de tristeza? —preguntó Dinah.

Levanté la vista de mi libro y la miré.

—Sí, creo que es posible —contesté.

Retomé mi lectura.

—¿Te has enamorado? —preguntó.

—¿Por qué de repente tanta curiosidad? —pregunté mirándola.

—¿No puedo preguntar? —cuestionó ella.

—Puedes, pero no suelo hablar de ello —respondí.

—No sé mucho de ti. Llevamos viviendo juntas prácticamente más de la mitad de mi vida —dijo.

—Tu hermana me pidió que te cuidara. Fue su último deseo y estoy cumpliéndolo. Ella era muy querida para mí —dije.

Intenté seguir leyendo, pero ella seguía inquieta.

—¿Quién es Camila? —preguntó.

Me tensé. ¿Cómo demonios sabía de ella?

—Una amiga —contesté.

—¿Y por eso dices que la quieres de regreso y que la amas? —preguntó.

Cerré de un golpe mi libro. Ella se asustó.

—Supongo que ya sabía que llegaría el momento en el que te pondrías curiosa —dije suspirando.

—Lo siento —dijo cabizbaja.

—Tranquila Dinah —dije sonriendo—. ¿Quieres dar un paseo?

Asintió emocionada.

—¿A dónde quieres ir? —pregunté.

—¿Podemos ir a ver una película? —preguntó entusiasmada.

Suspiré.

—Sabes que no pueden vernos —dije.

—Nunca me dices porqué —dijo.

—¿No te dijo tu hermana que confiaras en mí sin hacer preguntas? —cuestioné.

—Sí, ella era buena conmigo —dijo pensativa—, pero sé que ella hubiera querido que me dijeras todo cuando fuese momento.

Suspiré.

—Vayamos a caminar, ¿sí? Prometo contarte todo —dije.

Ella asintió y salimos de casa. Aunque, ¿saben? Más que casa, era una cabaña en medio de la nada. Árboles y más árboles nos rodeaban. Era impenetrable. Era imposible que nos encontraran... Y si se llegase el caso de que encontraran nuestra ubicación, en realidad no nos encontrarían del todo: la cabaña era solo una fachada. Nosotros vivíamos bajo tierra con todas las comodidades. A nadie se le ocurriría buscar bajo tierra.

La hermana de Dinah, Ally, me pidió antes de morir que cuidase de ella. Dinah era maltratada por sus padres y Ally quería que la sacara de ahí a como diera lugar. Su padre, Józef, líder de la mafia rusa, quería usar a Dinah para sus negocios.

Yo no soy cualquier persona: yo soy inmortal. Ally era la única persona que sabía mi secreto. Y es que eso era: he vivido tanto que las personas que llegaban a saberlo morían con él.

Tenía 20 años cuando me di cuenta que no podía morir. Estaba triste y quería irme de una vez por todas. Corté mis venas y enterré una daga en mi corazón. Sentí cómo iba desvaneciéndome. Sentí cómo el sueño y cansancio iban apoderándose de mí. Prácticamente... ¿morí?

Aproximadamente 5 horas después, desperté de golpe. Mis muñecas estaban sanas, sin ninguna cicatriz. La daga seguía ahí, pero mi corazón seguía bombeando como si nada. Saqué la daga y volví a desmayarme. Unas dos horas después desperté sin ningún rasguño. Seguí intentando acabar con mi vida hasta que llegó un punto en el que me cortaba y se cerraba inmediatamente.

Conforme el tiempo pasaba tuve que ir adaptándome a las nuevas generaciones y a los cambios que constantemente se presentaban. Había vivido ya por lo menos 200 años. Después de los 20 no envejecí jamás.

Ally.

25 años. Hermosa chica de ojos cafés tan brillantes. Ella estaba ahí cuando accidentalmente me corté con un cuchillo mientras cortaba rábanos para la cena. Ella y yo vivíamos juntas, solo éramos amigas. Nos apoyábamos mutuamente.

—Mierda —dije por lo bajo.

—¿Qué suced... —intentó decir Ally.

Y es que yo también me hubiese quedado sin palabras: la punta de mi dedo índice colgaba por un hilo de carne.

—Debemos ir al hospital —dijo con voz temblorosa.

—Ally, no es necesario —dije restándole importancia.

—¡Tienes el maldito dedo colgando! —gritó desesperada.

Suspiré.

—Mira —dije.

Me acerqué al lavabo, abrí la llave y con cuidado puse mi dedo bajo el chorro de agua. Como cualquier herida, claro que dolía. Limpiarme fue en vano ya que la sangre seguía saliendo a chorros, pero debía intentarlo. Le enseñé mi dedo.

—Pon atención —dije tranquilamente.

Agarré la punta que colgaba y la coloqué de vuelta a su lugar. Inmediatamente comenzó a cerrarse y la sangre paraba lentamente. Me acerqué de nuevo al lavabo. Lavé la sangre que había escurrido y después le enseñé mi dedo.

—Como si nada —dije orgullosa.

Se desmayó. Alcancé a agarrarla antes de que cayera de lleno al piso. Media hora después estaba despierta. Me miró y se quedó en blanco.

—¿Cómo es que...? —intentaba ella preguntar.

—Lo descubrí a los 20. Es una larga historia —dije encogiéndome de hombros.

—Tengo tiempo —dijo viéndome atenta.

Le conté todo de principio a fin. Quedó bastante atónita, mas sabía que mi secreto estaba a salvo con ella.

———

¡Hola! Esta historia está quedando increíble. Llevo rato escribiéndola, pero aún no quería darla a conocer porque quiero terminarla (llevo unas 10 páginas y aún sigo escribiendo). Sin embargo, cada vez que escribo en ella, me da esa sensación de compartirla con ustedes... entonces decidí subir un pedazo de la historia. Comenten si les gusta y díganme qué les gustaría que pasara.

Los quiero mucho. Son los mejores. Sonrían; les mando un fuerte abrazo. Todo irá mejor.

-H.

Imaginas & One-shots de Fifth HarmonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora