War. Terrible war.
___ POV
No sabía que entraríamos en guerra por mi causa.
Al final decidí quedarme con Deamon. ¿Por qué? No podía hacerme nada, sí, pero podía hacerle algo al resto de los ángeles... y vaya que lo hizo. Secuestró a un montón de ángeles personalmente y se encargó de herirlos tanto que muchos de ellos perdieron sus alas y otros no podían moverse. Era algo que ni el mismo Dios podía evitar.
Estuve alrededor de dos meses en el cielo, hasta que comenzaron los ataques y no tuve que pensar dos veces para regresar con el Rey. Pude rescatar a algunos ángeles, pero otros no tuvieron tanta suerte. Deamon estaba tan enojado conmigo que incluso después de haber regresado, secuestro a por lo menos 10 ángeles más y los hundió en el fuego frente a mí.
—¡Cobarde! —grité fríamente.
Intentaba librarme del misterioso agarre que me mantenía inmóvil.
—Debiste pensar en las consecuencias antes de irte sin más —dijo sonriendo maliciosamente.
—Es allá donde pertenezco, Deamon —dije forcejeando.
—¿Y qué? Yo te crié. Me dejaste, hija —dijo.
—Te mataré, Deamon —dije furiosa.
—No puedes hacer eso —dijo.
—Sé que puedo hacerlo —dije segura.
—Quiero que siquiera lo intentes —escupió.
—Pagarás por esos ángeles fallecidos —dije entre dientes.
—No puedes hacerme nada —dijo feliz.
—¡Libérame, maldición! —grité.
Tronó los dedos y aquella extraña fuerza me soltó.
—Piensa dos veces la próxima vez que quieras irte del infierno —dijo más tranquilo.
—Deja tranquilos a los ángeles y no me iré de nuevo —dije.
—Hecho —dijo—, pero no habrá más Camila y tú.
—¿Cuál es tu maldito problema? —dije sintiendo como mi cuerpo ardía.
—Que quizá ella te convenza de regresar al paraíso, lo que significan más ángeles a la lista —dijo divertido.
Suspiré.
—De acuerdo —dije—. No más Camila y yo.
—Excelente —dijo—. Puedes retirarte.
Furiosa salí del infierno y decidí volar un poco, eso distraería mi mente. Estuve por lo menos tres horas yendo de arriba hacia abajo, tenía que encontrar una solución. No podía arriesgarme a subir: sabía que los sirvientes de Deamon estarían vigilándome. Tenía que hallar la forma de poder ver a Dios o incluso a Camila, ellos podrían ayudarme a saber qué hacer. Me tranquilicé tanto que mi forma se tornó semi humana. No tenía prisa de volar, así que la velocidad no importaba tanto en este momento.
—Si tan solo estuvieras aquí, Camila —dije en voz alta.
Yo no podía acercarme, pero ella sí.
—Estoy aquí, demonio —dijo ella.
Volaba a mi lado a un paso decidido.
—Lo siento, pero ahora seremos nosotros quienes te hurtemos —dijo.
—¿Qué ray... —intenté decir, pero no pude terminar la pregunta porque todo se volvió negro.
—
Camila POV
—¿Crees que despierte pronto? —le pregunté a mi padre.
—Lo hará —contestó—. Sé paciente.
—Estoy preocupada —confesé.
—Todos lo estamos —concordó—. Es ella quien puede liberar al infierno de Deamon.
—¿Por qué no puedes intervenir? —cuestioné
—No domino el mal, Camila —respondió—. El mal no existe en nuestro mundo y es algo de lo que no tengo muchos conocimientos.
—¿Cómo esperas entonces que ella lo derrote? —pregunté alterada.
—Tranquilízate —dijo—. Encontraremos una solución.
——
___ POV
Abrí los ojos de golpe. Me senté y miré a mi alrededor: el color blanco predominaba.
—¿Qué demonios? —pregunté.
Sentí un dolor punzante en mi antebrazo y noté una raya gruesa.
—Lo lamento por eso —dijo Alejandro entrando a la habitación.
—¿Qué es esto? —señalé la herida.
—Camila tenía que noquearte de alguna manera —comenzó—. Entonces tuvo que cortar tu brazo. Cuando los demonios están heridos, inmediatamente pierden el conocimiento.
—No lo vi venir —dije.
—Esa era la idea, _____ —dijo.
—Debo irme, Ser. Deamon estará buscándome y puede secuestrar a más ángeles —dije parándome.
—Tranquilízate —dijo—. Todos los ángeles están en el cielo custodiados por sus guardianes.
—¿Dónde estamos entonces? —pregunté.
Noté que se refería a el cielo como tercera persona.
—En la Tierra —contestó—. Un buen escondite.
—Pero él puede encontrarme —dije alterada.
—No puede —contestó—. Para eso era también la herida.
Lo miré confundida.
—Él puede detectarte cuando eres demonio o semidemonio. Justo ahora estás en semihumano y, como estás herida, no puedes transformarte a demonio —dijo.
—Vaya... —dije frunciendo el ceño.
Eso era algo que desconocía.
—¿Camila está bien? —pregunté.
—Lo está —contestó—. Está en la otra habitación.
—Menos mal —dije—. Deamon es capaz de todo.
—Puedes vencerlo, _____ —dijo Alejandro.
—¿Puedo? —pregunté curiosa.
—Puedes —confirmó.
¿Qué?
———
¿Cómo les gustaría que siguiera este shot? La siguiente parte ya sería la última, así que agradecería sus sugerencias.
Lectores: cada uno de ustedes es único y especial. Sean buenos con ustedes mismos. Los quiero bastante y gracias por su increíble paciencia.