Dinah POV
—Dinah, tengo que decirte algo.
_____ acababa de entrar a mi habitación algo inquieta. Se quedó parada al lado de la puerta.
Me encontraba tirada en mi cama viendo la televisión; más específicamente Maniac, mini serie original de Netflix.
Tomé el remoto y pausé el capítulo. Miré a _____.
—¿Estás bien? —pregunté, preocupada.
Suspiró pesadamente. Ella jugaba con sus dedos nerviosamente.
—No lo sé.
—¿No lo... sabes?
Fruncí el ceño. Palmee mi colchón. Ella se sentó en la cama, cruzando sus piernas.
—Estás temblando —dije al notar sus manos.
—Estoy nerviosa —confesó.
—Estás poniéndome nerviosa, _____.
Ella tomó aire.
—Perdona. Es lo que menos quiero. Yo so–
—¿Qué sucede? —pregunté firmemente—. Dime qué pasa. Sabes que jamás te he juzgado.
—Creo que estoy embarazada.
—¡Ah! Eso era. No te preoc–
Me callé. En mi mente se reproducían una y otra vez sus palabras.
La miré a sus ojos, buscando alguna pizca de diversión... sin embargo ahí no había más que miedo.
—Perdóname, Dinah. Metí la pata. Sé que me has ayudado mucho, entiendo si quieres que me vaya. Puedo encontrar donde vivir, pue–
—_____, respira —dije, interrumpiendo su arrebato.
—P-pero, ¡acabo de decirte que estoy embarazada!
—Lo sé —dije, acariciándome la sien.
—Dinah...
La miré mientras comenzaba a dolerme la cabeza. Me encontraba bastante estresada.
—¿Ya te hiciste la prueba de embarazo? —pregunté.
—Sí, per–
—¿Quién es el padre? ¿Cuántos años tiene? ¿De dónde es? ¿Ya le dijiste que estás embarazada? ¿Es probable que se haga responsable? —dije, cortando lo que me diría.
—Jim, tiene 17 años, es d–
—¿Te acostaste con alguien menor que tú! —dije exaltada.
—¡Son solo dos años!
—Lo que te hace mayor de edad, lo que puede causar que sus padres te demanden, lo que traerá consecuencias increíblemente fatales para ti.
—L-lo siento.
—¿Lo sientes! Es una broma, ¿cierto? No puedo creerte, _____.
Noté que ella estaba llorando.
—¿En ningún momento usó condón? —le pregunté.
—N-no.
Mierda.
—¡Puedes contraer una enfermedad también! —dije.
Pasé una mano por mi cabello, desesperada.
Vi que volvía a temblar. Suspiré.
—Tranquila, te llevaré al doctor.
—Dinah, Jim dijo que no quiere responsabilidades...
Doble mierda.
—¿Quieres tenerlo? —pregunté cautelosa.
—No lo sé. Una parte de mí quiere, pero la otro no. No tengo nada que ofrecerle y no quiero traerlo a sufrir.
—Yo podría ayudarte, _____.
—Me has ayudado mucho ya, Dinah. Me sacaste de la calle; me diste un techo, comida, educación... prácticamente todo.
—No es nada, lo sabes _____. Ha sido, y seguirá siendo, un placer ayudarte. Cuando era joven me prometí que si podía ayudar a alguien, lo haría.
—No te merezco. Realmente no lo hago. Siempre te estaré infinitamente agradecida.
Sonreí. Adoro a esta chica. Ha sido un apoyo muy grande para mí. Es mi mejor amiga. Lo es todo para mí.
Tomé su mano entre las mías.
—_____, aún está dentro de mis posibilidades seguir apoyándote. Me encantaría ayudarte con el bebé... si tu deseo es tenerlo, claro —tomé aire—. Lo que tú decidas se hará, y estaré contigo en el proceso.
Me miró sonriendo ligeramente.
—Dinah...
—_____...
—¡Feliz día de los inocentes! —gritó riendo.
Soltó mi mano y salió corriendo de mi habitación. Me quedé aturdida un momento, pero reaccioné.
—¡Me las pagarás, _____!
Escuché su risa a lo lejos.
—¡Ya veremos!
———
