Wish This Never Ends - Laurmani

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Lauren POV

—Te extraño —solté apenas ella contestó el teléfono.

Podía escuchar su respiración. La conozco tan bien que sabía que la había dejado sin palabras.

—¿L-Lauren? —preguntó mi ex esposa más confundida que nunca—. ¡Son las 3 de la mañana!

—Totalmente soy yo —dije, seguido de una risa histérica.

¿Qué? Puede que haya consumido un par de drogas, eso no me hace adicta... ¿o sí?

—Lauren, por la mierda, ¿qué carajo te metiste ésta vez? —preguntó Normani un poco más alerta.

Rebobinando un poco al pasado, resulta que probé algunas drogas por curiosidad... esa curiosidad siguió aumentando hasta que llegué a consumirlas a diario. Eventualmente Normani se enteró y me mandó a rehabilitación (la cual por cierto no funcionó para nada).

Y entonces todo se fue al carajo. Me dio muchas oportunidades hasta que la harté y me pidió el divorcio; en mis momentos de lucidez habló conmigo y firmamos el papel que me apartaría de ella para siempre... y ahora heme aquí: viviendo en un pequeño departamento en el que muy apenas quepo; tan solo tiene una cocina, un baño y una habitación. No hay televisión, simplemente no hay lujos.

—No lo sé, creo que combiné varias cosas —dije riendo ligeramente.

—Lauren, ¿dónde estás? —preguntó Normani preocupada.

—Creo que en mi departamento —contesté.

—Voy para allá —dijo colgando el teléfono.

¿Realmente vendría? Espero que lo haga. ¿La verdad? Cuando nos divorciamos supe que me había pasado de los límites. Sí, lo sé, un poco tarde, pero realmente había dejado de drogarme casi inmediatamente después de que ella me dejó.

Mis planes eran los siguientes: la había hecho creer que me había drogado y de esa manera atraerla a mi departamento. Sí, verdaderamente mi departamento era demasiado pequeño, pero lo había arreglado e incluso decorado un poco. Estaba esperando tenerla de regreso. Hoy se cumplían exactamente 8 meses en los que ella me había dejado y 5 en los que yo había dejado por completo mis malos pasos.

Ahora que lo pienso... ¿qué sería lo primero que le diría? Algo como "Hola Normani, te traje a mi departamento a base de engaños para ver si podía tenerte de regreso"... Sí, eso sería totalmente pésimo. Había planeado todo meticulosamente, pero realmente no esperé llegar tan lejos en mis planes. Quizá una gran parte de mí estaba esperando fracasar, por eso ya no seguí organizando nada. Ahora tendría que improvisar... no había otra opción.

Este muy pequeño espacio Normani lo estaba pagando. Seguía manteniéndome y asegurándose que nada me faltase, la diferencia era que no estábamos juntas más. La otra diferencia es que apenas dejé completamente las drogas, me dediqué a buscar trabajo hasta que logré mantenerme por mí misma. Así que, permítanme corregir: Normani piensa que está manteniéndome, cuando realmente todo el dinero que me hace llegar, así como toca mi cuenta, regresa a la suya y lo mejor es que ella jamás prestó mucha atención a sus estados de cuenta, así que no ha notado que sigue teniendo exactamente el mismo dinero.

Unos ligeros golpes en mi puerta me sacaron de mis pensamientos. ¿Cómo es que Normani había llegado tan rápido? Recordaba que estaba más lejos de mi pequeño hogar. Me espabilé lo más que pude; me paré de mi cama y caminé directo a la puerta principal. Tomé una muy profunda respiración antes de abrir la puerta con manos temblorosas.

Al abrir, me hice a un lado para dejar entrar a Normani. Entró, cerró la puerta tras de sí y se quedó viéndome un momento.

—¿Lauren? ¿Eres realmente tú? —preguntó mi ex esposa.

—Soy yo —confirmé.

—Te ves... diferente —comentó.

—Han cambiado un par de cosas desde que decidiste irte —dije sonriendo de lado.

—Recuperaste tu peso, tu piel tiene mejor aspecto... estás radiante —dijo sonriendo—. Dejaste las drogas, supongo.

—Supones bien —dije asintiendo—. ¿Vamos a la cocina?

—Seguro —dijo siguiéndome.

—¿Qué tal te ha ido? —preguntó una vez que estuvimos sentadas alrededor de la muy pequeña mesa que fungía como comedor.

—Excelente. Conseguí un trabajo y en unos meses planeo moverme a un lugar más grande —contesté.

—Si está yéndote tan bien y dejaste las drogas... —comenzó—. Me trajiste con otro propósito, ¿cierto?

—De hecho sí —dije tímidamente.

—Habla —dijo tranquilamente.

—Nada me gustaría más que regresar a tu lado, si me aceptas —comencé—. Sé que cometí muchísimos errores durante el tiempo que estuvimos casadas. Sé que debí hacerte caso desde un principio. Jamás quise perderte. Eres aquello que necesito para seguir. Cada vez que sentía que tendría una recaída pensaba en ti y todo mejoraba.

—Lau... —comenzó ella.

—No, déjame terminar —dije firme—. Te necesito. Dame una última oportunidad. Te prometo que seré mejor de lo que fui anteriormente. Te amo, Normani Hamilton. Jamás tocaré las drogas o inclusive el alcohol de nuevo. Lo prometo. Déjame demostrarte que ahora soy mejor persona, que ahora entiendo más todo que antes.

—¿Mi turno de hablar? —preguntó sonriendo ligeramente.

—Tu turno de hablar —confirmé.

—Muy bien —contestó—. Lauren Jáuregui... mi perdición desde que te conocí. No tengo que pensarlo: me encantaría regresar a ti y que regreses a mí.

—¡Sabía que dirías que no!, por favor n —me callé de golpe—. Espera, ¿qué?

Ella empezó a reír.

—Dije que sí, que te quiero de regreso —respondió.

Me paré de mi lugar y me senté en sus piernas, abrazándola.

—Esto nunca terminará —dijo.

—¿Promesa? —pregunté esperanzada.

—Promesa —contestó.

———

Lectores, cuánto tiempo. Espero les guste; prometo ya ponerme a escribirles más imaginas.

Imaginas & One-shots de Fifth HarmonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora