Camila POV
Me enamoré de mi hermana adoptiva. Soy Camila Cabello. Tengo 18 y hace dos semanas mis padres adoptaron a _____, una chica dos años menor que yo. Una chica excepcionalmente buena y hermosa. Ella siempre está dispuesta a ayudar a todos cuando sea y a la hora que sea, creo que definitivamente esa fue una de las tantas cosas que me hicieron caer a sus pies.
—¿Mila? —preguntó _____ tocando la puerta.
Teníamos cuartos separados. Ella jamás entraba a mi cuarto... no sin antes pedirme permiso o avisarme.
Me encontraba sentada en mi cama, vagando por Twitter.
—Adelante hermanita —dije suspirando.
Dejé mi celular en la mesa de noche. Ella entró y cerró la puerta tras de sí. Se sentó a mi lado.
—Hola Mila —dijo sonriendo de lado—. ¿Qué tal todo?
—Bien... creo —respondí.
—¿Crees? —preguntó confundida.
—Es... complicado, pequeña —dije revolviendo su cabello.
—Mila, tengo 16 años, no 10 —dijo frunciendo el ceño.
—Eres adorable —dije sonriendo de lado.
Ella sonrió también.
—Mila... ¿puedo preguntarte algo? —cuestionó _____ ladeando la cabeza.
—Dime —contesté sonriendo de lado.
—¿Cómo sabes cuando te enamoraste de alguien? —preguntó en voz baja.
Uh, me agarró con la guardia baja.
—Sientes muchas cosas. No puedes dejar de ver a esa persona. Tu estómago tiene como una fiesta de fuegos artificiales. Lo único que quieres hacer es estar con esa persona; abrazarla, besarla, mimarla. Hacerla reír siempre —dije.
La miré directo a los ojos y había algo que no lograba identificar.
_____ soltó un suspiro.
—¿Acaso _____ está enamorada? —pregunté moviendo mis cejas de arriba hacia abajo rápidamente.
—Sí —contestó simplemente.
Oh. Presiento que esto no me gustará nada.
—Deberías decirle —dije abrazándola de lado.
—Lo nuestro no puede ser —dijo triste.
—¿Por qué? —pregunté frunciendo el ceño.
—Legalmente es mi hermana mayor... —soltó después de un rato de silencio.
Ah, eso era... ¿Qué!
—¿Q-qué acabas de decir? —pregunté cubriendo mi boca con mi mano derecha.
—Lo que escuchaste, Mila —dijo—. Desde el día uno. Llegué aquí y me cautivaste en un segundo. Y, solo para que conste, todo lo que dijiste lo siento dentro de mí, así que estoy enamorada de ti.
Se paró de su lugar. Suspiró fuertemente.
—Lo siento. Sé que no debí decirlo —dijo triste—. No te daré, ni les daré, problemas a ti o a nuestros padres.
Sin una palabra más, salió de mi habitación.
Me quedé pensando. Me quedé ahí, simplemente sentada viendo hacia la nada. ¿Qué podía pasar? Enfrentar a nuestros padres iba a ser una cosa, convencerlos de aceptar esta locura otra diferente. Claro que podría renunciar a todo por ella, realmente siento cosas muy fuertes y dudo mucho que algún día desaparezcan. ¿Qué podría pasar si no nos apoyan? Soy mayor de edad y, definitivamente, podría tomar un empleo, irnos a vivir a un lado diferente... Ahora que lo pienso bien, no suena tan mal. El único problema es que ella es menor de edad aún... Ugh, maldición.
Huir.
Claro que podríamos hacer eso.
Después de una hora, salí corriendo tras ella, porque no importaba que legalmente fuese mi hermana... biológicamente no lo es, así que podíamos al menos intentar algo.
Me dirigí a su habitación y noté la puerta entre abierta. Toqué dos veces antes de meterme. Vi que estaba acostada en su cama, ojos cerrados y mejillas manchadas de lágrimas.
—¿_____? —pregunté sacudiéndola ligeramente.
Abrió los ojos lentamente.
—¿Hmmm? —respondió bajo.
—Vámonos lejos —solté.
Ella se incorporó rápido. Se me quedó viendo con cara de "estás loca".
—Hablo en serio —comencé de nuevo—. Tú y yo, viviendo lejos de aquí, siendo felices. Puedo tomar un empleo, podemos vivir en un pequeño departamento.
—Pero Mila, yo sigo estudiando —dijo suspirando.
—_____, algo se nos ocurrirá —dije—. Solo vámonos ahora que podemos perseguir la felicidad.
—Nuestros padres... —comenzó.
—Escúchame, lidiaremos después con ellos —dije—. En éste momento solo importamos tú y yo.
Se quedó viéndome un momento antes de sonreír amplio.
—¿Qué estamos esperando? —preguntó feliz.
Me acerqué a besarla. Profundo y lento. Nos separamos después de un rato.
Para nuestra buena suerte nuestros padres habían salido a casa de unos amigos con Sofi. Ella tomó su mochila y la llenó con ropa. Yo hice lo mismo con la mía. Tomamos todo el dinero que teníamos ahorrado entre las dos y, por último, tomé mi guitarra y ella su violín.
_____ dejó una nota para nuestros padres:
Papá, mamá,
No se preocupen por Mila y por mí, estamos siendo felices y viviendo nuestro amor libremente. Prometo que volveremos... cuando ustedes hayan asimilado todo. ¿Qué tal en unos... dos o tres años?
Con amor,
_____.
Salimos por la puerta principal agarradas de la mano. Comenzamos a caminar sin rumbo fijo.
Así comenzó nuestra gran aventura.
———
¿Parte dos?:o ¡Los quiero!