Por: Lauren_camila14.
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___ POV
—Hey Selena mi horario ya terminó... voy a regresar a casa —grité dejando mi ahorcado delantal sobre el perchero.
—Okay, está bien; ¿te veo mañana? —preguntó.
—Síp —le contesté marcando la "p".
Como verán, trabajo de mesera; no gano mucho dinero, pero me esfuerzo lo suficiente para suplir las necesidades de mi familia. No puedo esperar a estar en casa con mi esposa y mis dos hermosas hijas. Mi hija mayor se llama Madison y tiene 9 años de edad. Mi hija menor se llama Isabella y tiene 5 años de edad. Mi esposa, Lauren, se queda en casa cuidando a las niñas mientras yo trabajo.
Me metí en el auto y encendí el motor. Me coloqué el cinturón de seguridad y comencé a manejar. Me detuve en una luz roja; en ese momento sentí mi teléfono vibrar, así que lo tomé y vi que tenía un mensaje de Lauren, lo abrí y decía Hey mi amor, ¿dónde estás?. Sonreí; le contesté Voy camino a casa mi vida, ¡te amo!. Coloqué mi teléfono abajo ya que la luz cambió a verde.
Pisé el acelerador y seguí manejando. Sentí a mi teléfono vibrar una vez más y miré abajo, pero de repente oí un gran chirrido de neumáticos y un par de bocinas. Levanté mi mirada y vi un auto que venía en dirección hacía mí, del lado izquierdo. Pisé el freno, pero ya era tarde: sentí el auto colisionar contra mi costado. Mi cabeza golpeó la ventanilla y pude sentir los vidrios entrando en mi frente. Grité de dolor por los vidrios en mi cabeza, abrí mis ojos lentamente y todo estaba en cámara lenta.
Sentí una lágrima hacer su recorrido por mi mejilla.
—Lo siento Lauren —susurré.
Todo dejó de ser en cámara lenta para volver a su velocidad normal. Cerré los ojos, luego todos los recuerdos de mi familia pasaron dentro de mi cabeza.
Todo se volvió negro.
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Lauren POV
—Mami, ¿dónde está mamá?, quiero que me lea un cuento para dormir —preguntó mi pequeña Isa.
—Lo siento bebé, pero mamá debe venir en camino —le contesté mientras besaba su frente—. Si quieres yo te leo el cuento —le propuse, pero ella solo negó con la cabeza.
—No, yo espero por mamá —ella sonrió y le regresé la sonrisa.
—Bien —contesté—. Buenas noches bebé Isa.
Me levanté de su cama.
—Buenas noches mami —contestó bostezando.
Antes de salir de su habitación, le lancé un beso el cual me regresó.
Bajé las escaleras y me dirigí hacia la sala; vi a Madison sentada en el sofá con su teléfono en sus manos.
—¿No deberías estar en la cama? —le pregunté mientras apretaba sus mejillas y me sentaba a su lado.
—No estoy cansada mami... además es sábado y tú sabes lo que eso significa —me contestó sonriendo.
—¿Dormir? —bromeé, pero sabía exactamente de lo que estaba hablando: todos los sábados hacíamos noche de películas.
—No mami, es la noche de películas con mamá —ella contestó riendo.
—Tenemos que esperar por mamá —le dije mientras miraba la hora en mi teléfono.
____ ya debería estar aquí, decidí enviarle un mensaje para ver donde está.
«Hey mi amor, ¿dónde estás?», escribí. Bajé mi teléfono, pero lo oí sonar. Inmediatamente lo tomé y sonreí al ver su texto que decía: «Voy camino a casa, mi vida, ¡te amo!»
Luego de leer el mensaje puse el teléfono sobre la mesa.
—Mamá ya viene en camino —le conté a Madison; ella sólo asintió.
—Hey, mientras llega mamá, ve buscando una película para ver; voy a preparar un poco de palomitas de maíz —le pasé el control remoto.
Me levanté y me dirigí hacia la cocina para preparar las palomitas. Coloqué las palomitas en el microondas, le puse la cantidad adecuada de tiempo y presioné comenzar. Caminé por toda la cocina esperando a que estuviesen listas las palomitas.
—Mamá, ¡tu teléfono está sonando! —escuché a Madison gritar desde la sala.
—No grites Maddie —la reprendí cuando entre nuevamente a la sala para tomar mi teléfono.
—Lo siento Mami —ella murmuró apenada.
—¿Hola? —respondí sin revisar quien llamaba.
—¿Es usted la Sra. Jáuregui? —preguntó una voz femenina.
—Sí, ¿quién habla? —contesté un poco confundida.
El microondas sonó indicando que las palomitas ya estaban listas, así que fui directo a la cocina.
—¿Eres la esposa de ____ Dallas? —preguntó nuevamente aquella voz femenina.
—Sí, una vez más ¿quién habla? —contesté firme.
Agarré una taza del gabinete, abrí el microondas y eché las palomitas en la taza.
—Soy Hailee del Hospital central de Miami, solo quería informarte que _____ está en el hospital —me dijo.
Dejé caer la taza y rápidamente llevé mi mano derecha hacia mi boca, cubriéndola en estado de shock.
—Ella ha sufrido un accidente automovilístico... así que te aconsejo venir aquí inmediatamente —dijo Hailee.
Después de esa noticia, colgó.
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