___ POV
—¿_____? —preguntó el sacerdote.
Volví a escucharlo, pero mi mirada seguía en ella. Tenía que hacer algo. No podía amarrar mi vida a alguien a quien no amo. Debía pensar rápido.
Ally POV
A la mierda. Me levanté decidida de mi asiento. Busqué a mi padre y lo encontré en su habitación.
—Iré a la boda —dije apenas entré a su cuarto—. Debo hacer algo.
Levantó la vista de su periódico y me miró sonriendo.
—Te llevo —dijo aventando el diario.
Se acercó a mí y me dio un abrazo bastante fuerte.
—Vayamos por mi nuera, ¿qué tal eso? —preguntó.
Reí y el rió conmigo.
—
Llegamos a la iglesia, pero, ¿cómo nos dejarían pasar? Estoy segura que tendrían un montón de seguridad. Principalmente por mí, porque de alguna manera los medios lograron enterarse de todo lo que sucedió y sabía que yo estaba lejos de ser una invitada.
—¿Cómo pasaré hasta donde ellos están? —le pregunté a mi padre.
—Yo distraeré al chico de seguridad. Es importante que no te vean para que así puedas pasar atrás de él —dijo mi padre entusiasmado.
—¿Papá, estás bien? —pregunté riendo un poco.
—Siempre quise hacer algo así —dijo riendo.
Rodé los ojos.
—Es hora —dijo caminando un poco más rápido, encontrándose con el chico de seguridad.
Vi que se sumergían en una plática, así que vi mi oportunidad para pasar desapercibida.
1
2
¡3!
Pasé lo más rápido que pude, logrando entrar sin problemas. Una vez dentro, nadie me prestó atención a pesar de notarse la diferencia de vestimenta. Fui acercándome poco a poco hasta que estuve dentro de las primeras tres filas, más específica, me puse en la segunda. Todos estaban tan concentrados en la escena frente a ellos que definitivamente no se molestaron siquiera en voltear a verme.
—Acepto —dijo su prometido.
Todos comenzaron a aplaudir. Pude notar la indiferencia en el rostro de _____. Se veía harta de toda esta situación. Se veía incluso desesperada por salir de ahí lo más rápido posible. Su necesidad de terminar con esto era palpable. No sabía la repercusión que esta boda tendría hasta que vi la primera fila llena de políticos en general.
—Silencio —dijo el padre—. Necesitamos continuar con la boda.
Su mirada y la mía se encontraron. Ella ya se había dado cuenta de mi presencia. No sé desde qué momento yo estaba llorando, pero sí noté que ella había comenzado a llorar conmigo. Arrepentimiento, ira, frustración. Todo eso cruzaba por mi mente y estoy segura que por la suya también.
—¿Aceptas, _____ Wilson, a David Tanner como tu legítimo esposo, para estar con ella en la salud y en la enfermedad? —preguntó el sacerdote.
Y este era el momento. El momento en el que la perdería para siempre. Aunque ella quisiera divorciarse, estoy segura que no pasaría. Nuestras miradas seguían compitiendo.
—¿_____? —preguntó el sacerdote.
Y por la mirada que me dedicó, sabía que estaba pensando tan rápido como podía. Eso es algo que había visto en ella muchas veces. Necesitaba ayudarla, pero como si hubiera leído mi mente, negó casi imperceptible con la cabeza.