Ally POV
Nunca entendí el significado de las canciones... y ahora estoy aquí, dentro de mi estudio, procesando los últimos acontecimientos de mi vida. Supongo que siempre que estamos tristes o pensativos las canciones comienzan a tomar sentido... ¿o somos nosotros los que cobramos sentido? Porque, es decir, las canciones siempre han sido eso: canciones.
En algún momento nos atrae el ritmo que lleva una batería, el sonido de una guitarra o incluso la voz de tal cantante, pero es cuando los sentimientos brotan en nosotros cuando entendemos realmente la música y es ahí cuando las canciones van más allá de una voz bonita; de una instrumental que suena bien.
Tu tanta falta de querer de Mon Laferte suena en los monitores de mi home studio mientras escribo esto. Suspiro. Miro al techo y escucho con tanto detenimiento como me es posible esta canción. Mi mente está en muchos lados al mismo tiempo.
Hoy volví a dormir en nuestra cama
Y todo sigue igual
El aire y nuestros gatos
Nada cambiará
Difícil olvidarte estando aquí, oh
«Mierda», pienso. Monserrat Laferte debió estar tan herida como para escribir semejantes palabras. Herida... justo como yo lo estoy ahora. En negación, frustrada.
Te quiero ver
Aún te amo y creo que hasta más que ayer
La hiedra venenosa no te deja ver
Me siento mutilada y tan pequeña
Mi novio terminó conmigo. Mi novio terminó conmigo y se aseguró de dejar una huella muy enorme en mi marchitado corazón. Casi no nos veíamos porque siempre me encontraba viajando con las chicas, pero esa no fue la razón por la que él terminó conmigo. Habíamos estado peleando mucho porque él casi no tenía ya tiempo para mí. Yo siempre le decía que cómo era posible que yo estando tan ocupada y con tantas cosas encima, siempre pudiera encontrar el tiempo para él.
Había días en los que quería tirar todos mis logros, días en los que simplemente quería desaparecer. Días en los que mi ansiedad por estar en el ojo público se encendía, días en los que simplemente quería encerrarme en mi habitación y no saber nada de nadie... pero ahí estaba él: una razón para sonreír, para sentirme querida y respetada. Incluso en esos días, me aseguraba de hacerlo el chico más feliz de todo el mundo.
Le escribía canciones, poemas, mensajes bonitos. Me dedicaba a adorarlo día y noche. Le mandaba videos con mis presentaciones, le manda audios con mis canciones. Le dedicaba nuestros conciertos. Incluso hablaba de él con mis amigos cada que podía. Mis padres no sabían de nuestra relación, pero su madre sí. Él es hijo único y solo vive con su madre. Mis amigos siempre fueron mi soporte cuando quería rendirme. Y, créanme, jamás me rendí.
Ven y cuéntame la verdad
Ten piedad
Y dime por qué, no, no no
Cómo fue que me dejaste de amar
Yo no podía soportar tu tanta falta de querer
Nuestro primer problema (y definitivamente nuestra primera pelea) fue cuando él le dijo a su madre que tenía una relación con una chica un año mayor, que se dedica a la música y que apenas llevaba unos meses de conocerla. Para serles honesta, yo me negué rotundamente a que él le confesara a su madre de nuestra relación. He vivido tantas situaciones y tengo una mente que trabaja demasiado rápido, tanto que sabía que algo saldría mal... y así fue. Aún sabiendo que en el momento en que la bomba explotara todo se vendría abajo, yo lo apoyé y hasta lo alenté para que le dijera a su madre.