"Engaños".

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Querido diario: Dos días días que no escribo no es porque no haya hecho nada estos dos días. Fuí con Jonathan después de ese escándalo a mi casa y se quedo a dormir, solo hablamos y se fué a la mañana. Esteban me mandó un mensaje diciéndome *Ja, no pasa nada.* por lo de mi pequeña o grandísima falta de respeto, para ir a comer a su casa y no mandarle un mensaje. Fuí tonta pero por alguna razón no me siento mal, me siento bien por haber entrado en la vida de Aarón de alguna forma y conocer a Miranda.

Hoy preparé unos ricos cupcakes de chocolate como les gustan a Jonathan. Hice su misma receta que la de la torta horrible por fuera pero riquísima por dentro. Pero mis cupcakes sé ven hermosos. Hice nuestras caras en ellas y corazones rojos.

Mi madre viene y ve todos mis cupcakes de reojo, al igual que Lisa con su muñeca en mano. Ella agarra uno y ve mi obra maestra.

Sam: Bueno, me tengo que ir. -Lo digo muy apenada no creí que se levantaría a esta hora.
Mamá: ¿Este es Jonathan? ¿Es un mensaje de amor por los corazones?

Mierda, no quiero parecer desesperada. No creí que lo verían así.

Saco de su mano mi cupcakes y lo pongo en la bandeja. Los tapo y me voy directo a la casa de Jonathan. Debe estar triste por lo de Tiffany, aunque espero que estos cupcakes le levanten el ánimo y no lo voy a mentir pero también quiero pasar algo de tiempo con él.

Salgo de mi casa. Veo a muchos niños por las calles jugando con sus amigos, corriendo y saltando por todos lados. Me hace recordar mucho a David y yo, aunque nos llevábamos mal, nos peleábamos pero nos queríamos al menos yo lo hacia. Me quedo mirando a una niña jugando sola con su muñeca. Me acerco despacio y saco un cupcake.

Sam: Toma.

Nos sonreímos muy tiernamente.

??: Gracias.

Ella me da un beso en la mejilla y se come su cupcake. Por dentro pienso "mi primera buena acción del día". Llego a casa de Jonathan y toco su puerta. Me quedo esperando con una sonrisa en la cara, mi día no puede ser mejor.

Abre Tiffany con ojeras de maquillaje en su rostro.

Tiffany: Hola. -Me sonríe algo perdida.

¿Que hace esta aquí? ¿No terminaron? Talves solo es un mal entendido. Intento mirar para los lados y no veo a Jonathan.

Tiffany: Que traes aquí.
Sam: Nada. ¿Están juntos de nuevo?

Ella se acerca ami y me mira a los ojos.

Tiffany: No te acerques a él.
Sam: Solo somos amigos.
Tiffany: Ya no, le dije que si te seguía hablando terminaremos y no le hablaré más. No te alteres el cree que soy el amor de su vida, mientras tú estabas con otros yo siempre estuve aquí para él. Esa pelea no significó nada. -Sonríe y me saca la bandeja.

Mientras lo revisaba intenté sacárselo de las manos.

Tiffany: Oh cupcakes, gracias. -Intenta cerrar la puerta y yo me tiro sobre ella para sacarle la bandeja de sus manos, pero se caen todos al piso.

Ella grita y viene alguien muy rápido bajando las escaleras. Ella lo escucha.

Tiffany: ¡Hay! ¡Como pudiste hacerme esto! Solo entré en pánico ese día por favor no me pegues más.
Sam: ¿Qué? -Agarro su brazo muy enojada.
Jon: Déjala.

Ella abraza de atrás a Jonathan. Él me mira confundido pero muy decidido a decirme que me valla.

Sam: ¿Pero no ves que está actuando? No le hice nada por dios. Jonathan tú te acuerdas del drama de las típicas películas tontas que..

Él sin dejarme hablar solo me cierra la puerta en la cara, dejando mis cupcakes en el suelo. Intento agacharme para recoger algunos corazones que no se cayeron al piso y seguían intactos en la bandeja.

Sam: Solo quedan 3. -Suspiro llevándolos en la mano y comiéndome uno en el camino.

Tengo un nudo en la garganta, que tonta. Se nota que está cegado, él cree que la quiere de verdad y que ella lo ama. Por favor, todo estaba saliendo tan bien. Tal vez deba dejar mis ilusiones con él y centrarme en otras cosas. Me quedo parada unos minutos en medio de mi puerta. Intento cambiar mi cara y entro sin decir una palabra.

Mamá: ¿Ya llegaste, tan pronto?

Ignoro su pregunta y sonrío al verla. Entro a mi habitación y cierro con llave. Me acuesto en mi cama con la almohada en la cara intentando gritar, me doy vuelta y miro hacía el techo. Como podré olvidarme de él si vamos a empezar dentro de unos días las clases, como haré para no toparme con él si siempre nos sentamos juntos y prácticamente hacemos todo junto.

Sigo mirando el techo sin saber que hacer y deseando no haber pensado en eso. Pongo mi cara sobre la almohada cayendo lentamente dormida, con lágrimas en las mejillas.

Samantha, Querido Diario.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora