— No te creo nada.— Alcé una ceja, Nick revoleo los ojos hacia arriba soltando un suspiro, como si no me soportara más, pero en lugar de responderme feo, me sonrió.
— Debes hacerlo, si Nathan no me ha informado de nada, no hay de que temer.
— Lo sé, lo sé, — Sacudí la mano, molesta. — Pero... Sé que tiene algo que ver conmigo, yo... yo...
— No, Amber, esto es de Cameron, no tiene nada que ver contigo, ahora ve a dormir, estas que te caes, adiós.— me sacudió la mano. Solté un bufido, me habría gustado quedarme un rato, pero él iba a dormir.
Su habitación era igual que la mía con respecto a espacio, pero muy distinta en decoración. Las paredes eran azul oscuro y tenían una que otra imagen en ella, algunas eran de planetas, otras de dibujos abstractos. Habían unas computadoras dobles sobre un escritorio negro junto a la pared, que parecían muy importantes, y Nick me empujo lejos cuando intente tocarlas, porque según el mi segundo nombre era Desastre.
No tenía balcón, pero si una amplia ventana de barrotes blancos perla y cortinas verde negras. Su cama era de color marrón oscuro y las sábanas grises, una de ellas era del hombre araña y su lámpara de noche era negra. El closet que cubría la pared izquierda era grande y de madera oscura, con algunos diseños y, como todo chico, había ropa tirada por doquier. Me habría gustado pensar que Nick era organizado, pero aparentemente no.
Me despedí, el me alboroto el pelo cual cachorrito y al salir de su cuarto decidí buscar algo de beber. Me sentía abrumada. Asustada. Era raro. Sentía que algo iba mal. Además, llevaba varios días de sueños dorados, y no estaba de lo más feliz. Lo único que me complacía era el saber que al día siguiente Mehgan me distraería por un largo rato. Hacía mucho que no salíamos juntas.
Pase por el frente de la escalera y me dispuse a abrir la puerta de mi cuarto, cuando un murmullo me hizo dar media vuelta.
— Gritar no ayuda, Cameron.— Era la voz de Nathan, en un tono neutro y tenso. Mis dedos rodearon la manija plateada, pero no la abrí. Debía ser una suerte que frente a la puerta de mi cuarto estuviesen las escaleras. Podía ver el celaje de la sombra de los pies de Nathan en el piso de abajo si agudizaba la vista.
Dude antes de entrar a mi habitación. Dentro me esperaban largas horas de poco sueño y preguntas poco cuestionables, y ese pensamiento me retuvo, mis pies bailaron un poco sobre el suelo. Y cuando estaba a punto de entrar, la aterciopelada voz de Cameron murmuro mi nombre.
— Amber,— Fue un susurro, pero el aliento se me detuvo como si lo hubiese gritado, y mis pies giraron, mi rostro con ellos.— ¿Debemos contarle?
La emoción se esfumo, dando paso al enojo. Era obvio, otra cosa que me ocultaban y probablemente una de un millón.
— No, ella no debe meterse en esto. Nora no irá por ella, no conoce su identidad. Sabe que tú y Edward son los más fuertes. Amber está fuera de peligro mientras no sepa nada.— Nora. El nombre se deslizo por mis oídos como un zumbido, un zumbido tenebroso.— Lo que debes hacer es calmarte, sacarla de tu mente, está logrando lo que quiere, y sabe que eres más susceptible a ella que los demás...
ESTÁS LEYENDO
Lycans I: Eclipsis
WerewolfLuego de la muerte de su madre y su hermana, Amber decide salir de Londres y mudarse a un pequeño pueblo en Norteamerica para vivir con su padre. Fire's Wood es un lugar extraño, tenebroso y muy aburrido. Sin embargo, el lugar oculta la distopica v...