Lycans I: Eclipsis

Capítulo 63

Serafin.

Mehgan grito. 

Gritó con fuerza, con dolor, y entonces despertó. Le dolía el cuerpo, los ojos le ardían, los cortes en sus manos y piernas habían dejado de sangrar, pero cada que se movia se abrían y volvía a iniciar el proceso de cicatrización. Tenía suciedad hasta en lugares recónditos, su pijama estaba desecha, pero había comenzado a tenerle cariño esas noches en las que hacia un frio tremendo y solo tenia sus pantuflas para darse algo de calor. Pudo incorporarse con mucha dificultad, y las heridas en sus muslos le sonrieron. Eran cortes, cortes muy finos, largos y profundos que unos exterminadores le habían hecho. Era extraño que al inicio no le hubiesen hecho nada, y lanoche anterior, muy de pronto, la sacaron a rastras y le hicieron mucho... Mucho daño.

Miró a su alrededor. Estaba atrapada en la parte trasera de una camioneta, hacia un frio tremendo, apenas y le habían dado una manta raída para que se cubriera. Claro, ellos eran conscientes de que muerta no les servia. pero ha esas alturas, ya Mehgan agonizaba con la muerte. Miro hacia el costado del suelo metálico de la camioneta, donde estaba Nick. Dormía hecho un ovillo en la otra esquina. Mehgan había aprendido a dejarlo en paz luego de la poca duración que podía proporcionarle luego de las largas horas que pasaba en el cuarto frente a su antigua celda. Habían viajado mucho en aquella camioneta, Mehgan no tenia idea de donde estaba, aunque se sentía temblorosa y ansiosa cada minuto. Por alguna razon, sentia que era su deber cuidar de él. Y aunque sanaba, cada vez le costaba más. Y ahora sentía frío, y Mehgan sabía que eso era malo.

Se arrastró por el suelo, acercándose. Y vio su cuerpo temblar. Suspiro, un vaho de humedad salió de su boca. Se acercó y, como pudo, lo envolvió con sus brazos. No sabía mucho sobre los Lycans, pero si sabía de algo era que contacto de cuerpo de persona a persona podía salvar vidas. Así que se aferró a él, en el suelo. Y sollozo, porque ya no quedaban lágrimas en su maltratado cuerpo para llorar. Los brazos de Nick se movieron un poco, tan poco que apenas pudo sentirlo. Y ella, a sabiendas que eso era una mala señal lo apretó mucho más. Intentando darle calor, aunque las puntas de sus dedos estaban fríos y casi púrpuras del frío. Volvió a sollozar, y sintio como Nick intentaba devolverle el abrazo, pero no pudo.

— No dejare quie mueras, — Susurro, como pudo, apretandolo.— No dejare que mueras, ¿Me oyes? ¡Vamos a salir de aquí!

Lo conocía de solo unos cuantos días, pero sentía dolor cada que algo le pasaba, como si su amistad fuera tan fuerte como la que tenia con Amber. Amber... ¿Dónde estaría ella en ese momento? Las pocas fuerzas que utilizó, fueron para quedarse junto a él, y se quedó dormida casi al instante. No había soñado ni uno de esos días. Solo despertaba para ver una y otra vez que tan mal iba todo. Como el herido e irreconocible rostro de Nick, o las heridas en sus piernas. Pero esa vez, junto a Nick en el suelo frío de la celda, tuvo su primer sueño.

En el estaba caminando por el bosque. Era Fire's Wood, estaba segura. Los árboles se cernían sobre ella como largos vigilantes que la protegían. Y ella estaba alejándose de lo que parecía ser un barranco. Estaba vestida con su pijama, sus pies estaban descalzos. Y el cabello rubio fresa le caía por los hombros como cascadas de bronce brillante. Alguien iba con ella, pero no sabía quién. Y resultaba extraño, porque le sostenía la mano. En la otra había un objeto, un raro objeto que Mehgan jamas habia visto. Era una especie de pirámide de tres lados, con tres hermosos colores en cada una de sus caras. No tenia parte inferior. Y los colores se entremezclaban en el cristal como el agua, resultaba hermoso. El brillo verde que emite parecía de otro mundo. Pero ella se sentía bien, confiada y libre, y quien la llevaba de la mano parecía distraído. Si, ido. Era un chico. ¿Pero quién? No era Nick, el era delgado y menos robusto. Y no era rubio.