Capitulo 24

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No era nuevo para mí ver a la madre de Mehgan ser tan indiferente con su pobre hija como si fuese una piedra. Pero no era un acto que me fascinase ver. NO cuando Mehgan tenía ojos de cachorro remojado y aspecto desamparado.

— Vamos, está haciendo frío. — Tire de ella para cerrar las grandes puertas de roble con cuidado. Mehgan camino hasta la sala y se sento con lentitud en el caro sofá de piel italiano de su madre. — ¿Estas bien, Meh?

— No lo sé. Creí que dudaría antes de irse. — Sacudió la cabeza — No es importante, Abby. Tu estas aquí conmigo. Es suficiente.

— Esta bien, hare la cena. ¿Qué quieres comer? — pregunte, caminando hasta la lujosa cocina con granito de mármol y electrodomésticos caros. Deje de admirar la ostentosa casa de tres pisos de Mehgan cuando note que le apenaba el tener tanto dinero. No era una característica de los niños ricos, que se regodeaban de todo lo que tenían. Pero Mehgan era más humilde y amable que esa clase de personas, estaba contenta de tener una amiga como ella. Me habria gustado contarle mi más grande secreto, pero su seguridad era más importante que nada. — Uh, aquí tenemos pan y mantequilla y... mantequilla y pan, ¿Qué prefieres?

Ella soltó una risa desde la sala, luego entro a la cocina con una enorme sonrisa. Alce las cejas al verla tan contenta.

Como no habia comida, mehgan sugirió que podíamos ir al súper mercado. Accedí, contenta de pasar un rato con ella. Fuimos en mi auto, porque Mehgan tenía uno pero no sabía conducir. Intente que fuera lo más rápido posible, no quería volver s entrar en la cabeza de alguien, no frente a mehgan. Elegimos comida para toda la semana, y quizá nos sobrepasamos un poco con dulces, pero lo compensamos añadiendo todo tipo de vegetales a la compra. Nos ahorramos la discusión de quien pagaba porque Mehgan estaba algo enojada con su madre y quería gastar todo el dinero que pudiese. Yo no era nadie para detenerla, asi que solo la deje hacerlo.

Nuestra cena consto de sándwiches con todo lo que pudimos meterles dentro y grandes vasos de jugo de tomate. Pasamos el rato hablando sobre el colegio, cuando Mehgan me dijo algo que me sorprendió.

— Este es mi padre.— Extendía hacia mí una foto. La mire un segundo con duda, antes de tomarla entre mis dedos. Estaba vieja, medio descolorida y algo borrosa. Pero claramente pude distinguir la silueta de una familia en la foto. La madre de Mehgan, más joven y feliz, una niña de rizos pelirrojos que debía ser Marilyn, y finalmente un hombre de cabellera rubia sosteniendo una bebe que debía ser Mehgan.

— Parecían felices.— comente, sonriendo — Es una hermosa foto.

— Es lo que me causa dudas.— Dijo ella, con un tono muy serio — ¿Cómo pudo haberse ido si era tan feliz, Amber?

No supe cómo responder, la verdad no sabía cómo hablar de ese tipo de temas, mucho menos cuando lo único que sabía sobre padres se resumía al mío, que no era perfecto pero al menos habia estado conmigo.

Lycans I: EclipsisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora