Capitulo 48

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El dolor es algo siniestro, hiriente y te hace pensar cosas terribles sobre ti mismo. Mezclado con el miedo y la frustración, el dolor puede llevarte a realizar actos delictivos por venganza.


Yo estaba dispuesta a lo que fuera mientras ellos no le hicieran daño a ella.


Mehgan se revolvía, pero estaba sujeta por dos hombres grandes y descomunales, era demasiado pequeña para poder soltarse. Su cabello estaba suelto, desordenado, y contrastaba con las prendas azules que la cubrían.


Mi ensoñación fue rota por otra explosión. Esta vez, la fuerza del impacto fue más fuerte. Tropecé, y caí al suelo. Cameron, que seguía conmigo, evito que me hiciera daño.


—¡¿Estas bien?!— exclamo, tratando de hacerse oír por sobre los fuertes sonidos que nos envolvían. Asentí. El me sujeto la mano y, sin soltar el maletín, tiro de mi fuera de la habitación. Corrimos rápidamente hacia las escaleras, pero a mitad de camino tuvimos que detenernos. Una nueva bomba había destrozado un lado del granero, dejando una gran abertura justo donde antes estaban las puertas. Las escaleras se habían destrozado.


Oh por dios. ¿Qué está sucediendo?


Cameron tiro de mi hacia un lado cuando un nuevo sonido sacudió el lugar. El humo comenzaba a hacerse más denso.


—¡Amber!— oí que gritaba.—¡Amber, mírame! ¡La chica! ¡¿Esa chica era tu amiga?!


De pronto sentí algo salado entre mis labios, lagrimas, yo estaba llorando y gimiendo y no lo había notado. Asentí violentamente.


— Es... Mehgan...—susurre, tratando de tragarme las lágrimas. En medio de un ataque sorpresa, en peligro inminente, y, aun así, llorando sin poder detenerme.


Cameron señalo un costado de la abertura; allí los escombros creaban una plataforma asimétrica que, en comparación a todo lo demás, era la única superficie cercana por donde podríamos bajar del segundo piso sin tener que aventarnos. Dijo algo, pero yo no lo pude oír muy bien. Los oídos me pitaban, el ruido de las bombas me había hecho daño.


Comenzamos a movernos en el momento en el que sonaron las balas. Muchas de ellas. ¿Dónde estaban los demás? ¿Estaban bien? ¿Y Kate? ¿Y Nathan? ¿Y...?

Lycans I: EclipsisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora