Capitulo 26

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—Mehgan, ¿Estas bien?

Ella soltó una carcajada, y note que sus ojos lucían algo desenfocados. Oh dios. Ella también habia consumido aquella droga. Con un rápido jalón, la puse de pie, y tire de Logan, que también parecía algo borracho, para que me siguiera.

Nathalia, según Logan y su poca cordura, se había ido a casa con su amiga un rato antes... Ahora, lo único que quería era salir del club lo antes posible, porque dudaba que los exterminadores abandonaran el lugar sin hacer algo malo.

Andrew también se había ido, y en el peor momento.

Echando una mirada furtiva detrás y comprobando que nadie notara lo escandalizada que me sentía, logre hacer que Mehgan subiera los escalones para llegar al pasillo que daba a la puerta. Logan nos seguía, mareado y tembloroso. Sus ojos lucían rojos, y parecía estar en la luna.

Debían haber muchos exterminadores escondidos. No los veía, pero estaba allí. Lo sabía. Eran expertos camuflándose, eran expertos fingiendo ser normales.

— ¡Mehgan, pon de tu parte y sube las escaleras.— le pedí, empujándola un poco. Ella soltó una carcajada muy sonora y se dejó caer en el último escalón con fuerza. Logan estaba apoyado en la pared junto al pasillo por el cual debíamos salir, observándonos y bailando ligeramente la conga.— ¡Logan, ven conmigo!

Suspire y me quite el sudor de la frente. Un estruendo resonó en la sala. La música lo ahogo para los oídos humanos, pero yo lo escuche perfectamente. Como algo tronando. Busque con la mirada su procedencia; La gente no había notado que al otro lado de la sala, junto a la puerta del bar, había un fila de hombres que salía completamente vestidos de negro. Que caminaban con cierta fluidez entre ellos, con silencio, igual que Ninjas.

—Oh no...— A pesar de que los exterminadores siempre vestían como los agentes S.W. A.T. esta vez llevaban un traje, lentes oscuros y sombreros negros al estilo antiguo, eran lo suficientemente concurrentes como para que alguien pudiera notarlos, si es que aún quedaba alguien lo suficientemente sobrio para darse cuenta de eso.

Corri de nuevo hacia mis amigos, Logan y Mehgan se reían.

— Vámonos, ahora. —Levante a Mehgan de un tirón y la lleve junto a mi mientras veía como los exterminadores se situaban en lugares extrañamente estratégicos al rededor el gran salón. Note con cierta tardanza que se comunicaban entre ellos con un micrófono blanco en su oído.

—¿Por qué nos vamos?—pregunto Logan, cuando llegábamos hasta las puertas por las que habíamos entrado.— Sé que es tarde y todo pero... La fiesta está muy buena, ¿No te quieres quedar?

Le sonreí amablemente al hombre de la puerta, que me miro frunciendo el ceño. Vislumbre en su oído el mismo micrófono blanco que en los exterminadores y una nota de miedo tembló en mi voz cuando le respondí a Logan.

Lycans I: EclipsisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora