Capítulo 33

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Desperté cubierta de sudor

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Desperté cubierta de sudor. Las mantas estaban pegadas a mi cuerpo. Trague saliva. El cuarto estaba en tinieblas. A través del balcón se colaban algunos rayos de la luna. Tantee con fuerza a mi lado en busca de algo inexistente. Disfrute lo bien que se sentía tener las manos libres. Logre sentarme en la cama. Completamente confundida. Solo había sido un sueño. No podía ser un recuerdo. Jamás en mi vida había vivido algo parecido. Pero aquellos nombres, Nora, Peter. Yo los conocía. Era tan extraño. Peter, el hijo fallecido de Nathan y Nora... la maldita de Nora. Era un sueño, pero... Uno demasiado extraño.

Decidida a mantenerme tranquila y no entrar en pánico fui al baño a lavarme la cara, cuando estuve de vuelta lista para dormir me di cuenta de que, en realidad, lo que menos quería era relacionar ese extraño sueño con mi extraña habilidad. ¿Y si tenía algo que ver? ¿Y si estaba conectado? No entendía realmente como podía ser posible. Jamás había estado en una iglesia abandonada y nunca había visto esa clase de ventanales coloridos. Recordaba también la textura de las paredes; Rocosa, antigua, descarada. El ambiente era indudablemente feo. ¿Por qué rayos no podía dormir en paz?

No pude dormir, el sueño se movía alrededor de la habitación pero no terminaba por consumirme. Empecé a dormitar, moviéndome de un lado a otro, cuando, de la nada, el destello en una de las estrellas del techo hizo que abriera los ojos de par en par. Moví a cabeza a los lados y me di cuenta de que el destello brillaba si estaba más cerca de la derecha, pero desparecía cuando me iba hacia la izquierda. Curiosa, me levante sobre la cama para tocarla. Lamentablemente lo único que encontré fue una estrella torcida. Intente moverla, pero estaba fuertemente fijada al techo. Luego de varios forcejeos, la estrella cedió y se desprendió, dejando caer lo que llevaba detrás, el objeto produjo un sonido tintineante rebotar sobre la cama y caer al suelo.

Me baje rápidamente, excitada por saber que era. Se trataba de una extraña llave alargada y delgada, con un extremo ovalado y el otro cubierto de púas que iban en todas direcciones. Encendí la luz de la lámpara de la mesa de noche para verla mejor; Era muy vieja y estaba totalmente llena de polvo. La sacudí usando la brocha de blush que estaba en los cajoncitos... Esta acción revelo una palabra gravada en un costado de la llave. En perfecta cursiva, se leía: Armario.

Instantáneamente mi cerebro emitió un clic peligroso. Mire recelosa el armario. Parecía normal, tan común como siempre había sido. ¿Qué significaba? ¿De quién era esa llave?

Alice.

Me levante de la cama y con pasos lentos fui hasta el armario. Estaba oscuro, y mi ropa lo había llenado aún más. En la parte baja seguían estando muchos tacones. Mis zapatos estaban al otro lado. Busque entre la ropa, decidida a encontrar algo. La llave debía significar algo. Estaba segura que había algo extraño en todo eso. Llegue al extremo de meterme completamente al armario.

Tal vez llegaría a Narnia.

Movi hacia los lados los tacones para ponerme de pie mientras palpaba la parte trasera del armario. No pasaba nada y estaba comenzando a impacientarme cuando el suelo bajo mis pies produjo un crujido. Mi pie derecho estaba justo en medio de todos esos tacones de colores.

Lycans I: EclipsisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora