Capitulo 50

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Un paso al frente

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Un paso al frente. Suspiro. Otro paso al frente. Limpio el sudor en mi frente. Otro paso al frente. Estoy lista. 

— Bien, Amber, tu puedes, tu puedes hacer esto.

Cuando era pequeña, solía pensar que las ruinas de un lugar eran una cosa bastante llamativa. Que esos lugares escondían secretos y que sentarse en un mural casi todo derrumbado era paz total. Pero aquella vez, apenas y podía sentir el frió, sabia que debía hacer mucho, por que apenas y sentía una brisa por sobre mi piel. La campera de cuero rojo oscuro me cubría lo suficiente, y los pantalones de mezclilla también. Incluso los botines negros que combinaban con mi camisa de tirantes. 

El suelo estaba totalmente cubierto de ruinas, escombros, pedazos de cemento, de pared, de pintura, tierra y mucha mas basura incontable. Un laberinto de paredes desquebrajadas se unían una con otra entorno a aquel lugar. El cielo nublado no dejaba ver ni un ápice del sol de la madrugada y, por dios, debían cortar toda esa maleza. 

Habíamos creído que la sede seria un lugar de lujos y ostento, pero nos habíamos equivocado. Nathan nos había dado una dirección en medio de la nada. Por un momento todos habíamos estado dispuestos a acabar con el plan, luego, decidios salir a investigar. Dos días bastaron para que Paul, Andrew y Cameron averiguaran donde realmente estaba la sede, como funcionaba y cuanto tardaríamos en entrar. Nadie discutió cuando me impuse con mi plan e inclusive accedieron a dejarme entrar, sin poder encontrar otra manera, todos igual de enojados y confundidos que yo.

 En cuanto a Paul, aun se negaba a mirarme y en ocasiones, incluso se alejaba cuanto podía. Nick había dicho que ya se le pasaría, por que era muy rencoroso, a mi no podía importarme menos, al menos frente a los demás, por dentro me sentía triste y traicionada, por que el no creía en mi. 

En Surrey había una avenida enorme que cruzaba por el centro de la ciudad, y que, al alejarse lo suficiente, como si quisieras salir del estado, tenia un cartel derrumbado frente a un campo de maleza que llegaba por sobre mi cabeza. El cartel ponía Zona Destruida/Peligro, y aun así nos vimos obligados a caminar (O correr) por casi media hora hasta que dimos con aquellas ruinas. Seguramente en su época había sido un fantástico lugar, pero las ruinas estaban totalmente intactas y en medio había un enorme, literalmente, enorme edificio rojo sangre. De casi diez pisos. Que parecía abandonado, con sus paredes sucias y manchadas y ventanas rotas y vacías.  Pero no. Exactamente desde las cuatro de la madrugada hasta la seis, llegaban enormes camiones de basura, extrañamente limpios que cruzaban por la maleza y llegaban al edifico, lo rodeaban y dejaban cargamento, para luego volver. 

Aquel cargamento no era nada mas ni anda menos que mujeres. 

Con toda la fuerza que pude retener, me detuve en medio de las ruinas que rodeaban el lugar, como un blanco fácil, en medio de un lugar donde era fácilmente vista. Sabia lo que debía hacer a continuación. Y aun así, no podía dejar de pensar en aquel sueño. Esa mañana había despertado mas temprano de lo acordado, asustada y temblando. 

Lycans I: EclipsisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora